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Pétroleo y Cultura: El juego de los ricos que sorprende a chilenos en Abu Dhabi, la nueva Meca del arte en el mundo

Pétroleo y Cultura: El juego de los ricos que sorprende a chilenos en Abu Dhabi, la nueva Meca del arte en el mundo

Aunque el dinero corra a raudales es difícil que esta ciudad se convierta en una capital cultural al estilo de París, Londres o Berlín, pero la familia real o los multimillonarios que allí viven están convencidos que más que de Arte lo que se trata aquí es de «Poder», por ello su obstinación en transformarla en al menos en el gran mercado multicultural del mundo, una fantasía de las «Mil y una Noches» que algunos estudiantes de arte chilenos ya han tenido oportunidad de conocer.


Hay un lugar donde los artistas no sufren privaciones, no tienen que regatear por sus obras ni angustiarse por una beca. Ese sitio se llama Abu Dhabi y es una ciudad que forma parte de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), un país árabe cuya riqueza se ha multiplicado gracias a los ingresos del petróleo.

Ciudad a orilla del Golfo Pérsico, es la sede del gobierno y la familia real. La ciudad, de un millón de habitantes, en su mayoría extranjeros, comenzó a construirse como tal en los años 60. En PIB per cápita, este emirato es superado en riqueza sólo por Noruega y Luxemburgo.

Y con el dinero ha llegado el arte. Una zona de la ciudad, el distrito de Saadiyat, está dedicado exclusivamente a la cultura y las artes. Allí tendrán sus sedes sendas filiales actualmente en construcción de los museos del Louvre, a abrirse este año, y el Guggenheim, que espera ser inaugurado en 2017.

Aunque el dinero corra a raudales es difícil que esta ciudad se convierta en una capital cultural al estilo de París, Londres o Berlín, pero la familia real o los multimillonarios que allí viven están convencidos que más que de Arte lo que se trata aquí es de «Poder», por ello su obstinación en transformarla en al menos en el gran mercado multicultural en el mundo, una fantasía de las «Mil y una Noches» que algunos chilenos ya han tenido oportunidad de conocer.

Del Duoc a Abu Dhabi

El año pasado cinco alumnos de actuación en Duoc partieron a un viaje a Abu Dhabi a participar del “Global Shakespeare Student Festival 2014”, que tuvo lugar en la sede que tiene en este país árabe, la New York University Abu Dhabi (NYUAD). Fueron los únicos representantes del continente americano invitados a vivir la experiencia, que les permitió relacionarse con otras culturas y trabajar en torno a las obras del dramaturgo y actor inglés, a través de workshops, clases magistrales y presentaciones.

Estudiantes del Duoc en Abu Dabhi

Estudiantes del Duoc en Abu Dabhi

Carlos Díaz León, director de carrera del Duoc, y único docente latinoamericano invitado, explica que la sorpresa inicial fue encontrarse con la respuesta de uno los profesores de actuación de este lugar y que en Chile nunca ha escuchado. «En este lugar no tenemos problemas de plata».  Lo que vino después fue trabajo, aprendizaje y mucha sorpresa.

La aventura comenzó con la llegada al Campus Saadiyat, junto a las demás delegaciones actorales provenientes de El Líbano, Singapur, Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU), prosiguió con ocho clases magistrales, entre las que estaba Desde lo neutral a la interpretación trágica en Shakespeare, del chileno Carlos Díaz León.  Su ponencia tuvo como objetivo introducir a los alumnos en el lenguaje corporal de la tragedia, la exploración del cuerpo físico y emocional en el desarrollo de una secuencia escénica Shakesperiana.

Tras días de ensayos, las actividades concluyeron con la presentación de los alumnos chilenos de la obra “Shakespeare…nuestra culpa”, dirigidos por la profesora egipcia Dina Amin, una puesta en escena donde los personajes deben luchar contra su remordimiento.

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Intercambio cultural: Duoc -Universidad de Nueva York en Abu Dhabi

La visión de chilenos residentes

Tres artistas chilenos residentes en el lugar –Nikolai Kozak, Agustina Zegers y Attilio Rigotti- han sido testigos –y  beneficiarios- también han sido testigos de esta explosión cultural. Rigotti, por ejemplo, estudió gracias a una beca que, en sus palabras, es parte “de la inversión cultural de Abu Dhabi y su deseo de convertirse en un centro cultural”.

“Entendiendo que el petroleo se va a acabar, y que la economía siempre cambia, Abu Dhabi intenta convertirse en un centro de cultura”, explica. “Han abierto sus puertas a universidades extranjeras -Paris Sorbonne, NYU Abu Dhabi, entre otras-  además de a grandes museos del mundo”, en un lugar donde un 85 de los residentes son extranjeros, “con un futuro determinado a ser un lugar de encuentro de culturas y economías”.

“¿Es una meca del arte mundial? Todavía no. Pero con todo el apoyo económico a museos y universidades, Abu Dhabi quiere convertirse en una meca del arte a nivel mundial”, aunque sea un país que, en su opinión, recién comienza a entender y establecer su relación con el arte. “Hay que ver qué pasará en los próximos años, cuando los museos abran sus puertas, y las universidades tengan más y más graduados”.

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El entusiasmo

Se trata de una “ciudad muy nueva con muchos recursos, mucho entusiasmo y con una relación muy interesante al patrimonio, especialmente al patrimonio inmaterial”, opina Zegers por su parte.

“Es un sitio multilineal, de propuesta y de posible reestructuración del arte más allá de los cambios dentro del país. Puedo que decir presenta una oportunidad importante para reformular los cánones occidentalizados prescritos en muchas de las instituciones de arte de renombre y los marcos que las conllevan”, comenta.

En comparación con Chile, Abu Dhabi es, según Zegers, “un ambiente muy nuevo con menos figuras establecidas y con muchas instituciones importadas. En Chile hay otro tipo de bagaje y el medio es más local”.

“Creo que Abu Dhabi ha logrado perfilarse no como un ‘hub’ cultural, sino que un mercado cultural”, reflexiona Kozak, en tanto. “El arte que existe en Abu Dhabi es casi siempre internacional, y responde al enorme incremento en el turismo y la inversión extranjera en el país. El arte en los Emiratos es un síntoma del crecimiento económico, y es por ende un juego de ricos. Prima el arte decorativo, en medios estáticos, que se ve bien en una pared de la sala de estar”, aunque se ignora a los artistas locales, lamenta.

“Eso sí, al ser un mercado, la ventaja es que el mundo del arte emiratí es un tanto más democrático. Hay posibilidades para jóvenes artistas, y hay movilidad suficiente como para insertarse de manera permanente en ese mundo”, cuenta. “El mundo artístico chileno, a diferencia de el emiratí, es una oligarquía impenetrable. Esto sumado a la falta de recursos para artistas jóvenes hace que sea mucho más difícil establecerse como artista, aún si tu obra tiene peso”.

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Nikolai Kozak, en Abu Dhabi

Gracias a NYU

Según el consulado chileno en Abu Dhabi, en la localidad viven apenas 27 chilenos (en la vecina Dubai son 250). Zegers, Kozak y Rigotti han llegado a través de estudios en la filial local de la Universidad de Nueva York (NYU).

Zegers lo hizo gracias al programa de artes visuales de la casa de estudios. Kozak estudia comunicación audiovisual, pero trabaja con escultura, video, fotografía y performance, mientras Rigotti se matriculó en teatro gracias a una beca, con tan buen desempeño que tras graduarse en 2014 la universidad lo contrató como ayudante de profesor.

La experiencia local ha sido buena, pero lo importante para este trío es la proyección internacional que les ha permitido su trabajo en esta ciudad multicultural, cuya lengua franca es el inglés.

Zegers, por ejemplo, pudo exponer parte de su trabajo fotográfico y escultórico, específicamente su serie “S4”, en el local The Space de Abu Dhabi, y luego también exhibir parte de esta obra en la Galería Metropolitana de Santiago.

Kozak, entre otros, pudo mostrar en 2013 su obra “Suadade” en el festival de cine de Medio Oriente ZUMEFF, en la ciudad, y también en un festival de Nueva York. A Rigotti su estadía en Abu Dhabi le ha permitido trabajar con diversas compañías teatrales y artistas de Estados Unidos, Italia, India y el Líbano.

Idiosincrasia particular

“Es un lugar con una idiosincrasia muy particular, especialmente en torno al arte”, dice Zegers. “Estar expuesta a eso me ha permitido acercarme al arte desde distintos puntos y especializaciones dentro del mundo del arte. Mis docentes y pares no son mayoritariamente de un solo lugar, así que me he encontrado en un ambiente muy horizontal e internacional”.

Lo mismo destaca Rigotti. “Creo que lo más me ha dado Abu Dhabi es un enfoque internacional e interdisciplinario al trabajo del artista. Junto a Teatro Mitu y mi profesor Rubén Polendo, he podido explorar tradiciones teatrales de casi todo el mundo, y entender como distintas disciplinas pueden afectar e influenciar la actividad teatral”.

“He podido hacer talleres y colaborar con artistas del Medio Oriente, e incluso Chile, y desarrollarme más y más como educador, no sólo actor”, haciendo clases a 148 alumnos de más de 50 países.

“Quizás ese es el regalo más grande de Abu Dhabi, poder abrir la mente y el mundo de una forma tan radical, y darse cuenta que hay todo un mundo más allá de nuestra cordillera, y tantas materias y disciplinas que pueden conectarse y colaborar, y que más que ser un actor, soy un artista, capaz de colaborar con científicos, historiadores, directores, instituciones, etc”.

Simbolismos compartidos

“En Abu Dhabi aprendí a desarrollar una práctica que por definición tenía que tener una relación fluida y elástica a su contexto”, explica Kozak. “O sea, en los Emiratos era imposible generar obras que tuvieran que ver con temas sumamente específicos al contexto chileno, y que a la misma vez generaran el mismo impacto que tendrían en Chile. Aprendí entonces a encontrar un simbolismo compartido filtrando teorías y conceptos, logrando así crear bases en las cuales estuvieran condensadas similitudes no atadas a las fronteras o a la especificidad cultural”.

Para él, el esfuerzo compartido de los artistas en Abu Dhabi es cómo crear códigos y metáforas que permitan hablar críticamente sobre los procesos que están ocurriendo en el país y que últimamente se han visto en primera plana mundialmente. Es una labor complicada, y para muchos ha llegado a ser peligrosa, admite.

“La gente busca el arte que incorpore una profundidad y una complejidad conceptual, ya que es este el que permite un foro de reflexión y diálogo que no existe en el resto de la ciudad”, explica.

Kozak resalta que Medio Oriente sigue existiendo como el opuesto polar a lo occidental, y esto a pesar de que el Golfo se occidentaliza cada vez más. Tal vez por eso, “en relación a lo artístico, el separarme del contexto chileno me permitió verlo desde un punto de vista macro-conceptual, cuando antes lo había vivido de manera sensual y inmediata”.

Con el foco puesto en la memoria histórica, fue allí donde este artista dio origen a algunas de sus creaciones (“Amnesia Subtitulada” y “Memoria Obstinada”) que luego serían expuestas en el Museo de la Memoria.

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