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Revistas de Pin-Up Picaresco en Chile: la recopilación definitiva del cómic erótico chileno

Revistas de Pin-Up Picaresco en Chile: la recopilación definitiva del cómic erótico chileno

Desde Monos y Monadas o la afrancesada publicación Mi Kits a principios del Siglo XX hasta el destape de El Quirquincho, el libro «Pin-Up Comics Picaresco en Chile» recopila casi un siglo de humor gráfico erótico local. El volumen, que tiene como protagonistas a emblemáticos ilustradores como Guido Vallejos, Themo y Lukas, resucita clásicos como El Pingüino, Can Can, Viejo Verde, Pepe Antártico, Zaz Pirulín y Ricuritas. El libro se lanzará el martes 15 de diciembre, a las 19 horas, en el Teatro Antonio Varas.


El martes 15 de diciembre, a las 19 horas, en el Teatro Antonio Varas (Morandé 25), Editorial NautaColecciones lanzará su segundo libro, Pin-Up Comics Picaresco en Chile. Se trata de una exhaustiva compilación realizada por el coleccionista Moisés Hasson y la editora María Eliana Aguayo, la que continúa la línea de su primer y exitoso volumen, Comics en Chile Catálogo de Revistas 1908-2000 (2014).

El libro es el más completo y detallado catálogo del formato en Chile, un trabajo que reúne decenas de portadas, y revive las épocas de fulgor, muerte y resurrección de las revistas Pin-up Picarescas en Chile. Para ello Hasson desarrolla tres capítulos que comienzan con la publicación de revistas a imagen y semejanza de sus símiles francesas, en las primeras décadas del siglo XX.

En ese periodo conocido como La Belle Epoque local, destacan revistas como Monos y Monadas y Mi Kits, que se distribuye durante 24 semanas y contiene trabajos de autores extranjeros, narraciones, chistes, y publicidad de locales nocturnos, así como también Paliques, revista de Óscar Edwards Bello, de corte literario y con el foco en fotografías de desnudos artísticos.

La importancia que tuvieron la revistas Pin-Up Picarescas en Chile queda manifestada en el segundo capítulo, La Edad de Oro. Desde 1945 se inicia una escalada hasta la cima de la producción, participación y popularidad de este tipo de revistas en el país. Tan solo dos de ellas, Pobre Diablo y El Pingüino, suman más de 1.000 ejemplares, un récord muy difícil de batir pero que tuvo un abrupto final con la desaparición de la bohemia tras el Golpe de 1973.

“Así como los cómic infantiles abrieron la puerta a lectura de muchas generaciones, las revistas picarescas representan un correlato de la historia de Chile en el Siglo XX y de cómo nuestra sociedad vivía el humor y el erotismo, en una época de gran bohemia nocturna. Nuestro proyecto busca rescatar esos elementos que conforman la cultura popular chilena”, explica María Eliana Aguayo, editora del volumen.

Según el libro, tras una larga espera marcada por la censura durante la dictadura militar y la desaparición de la bohemia santiaguina, las revistas picarescas reviven con la publicación de nuevos títulos, entre estos, El Oso Polar, Tiburón, Papaya y El Quirquincho. Y, aunque internet provocó un cambio cultural que deja poco espacio a este tipo de revistas, no son pocos los ilustradores que se formaron bajo su alero, ni las generaciones de chilenos que las tienen en la memoria.

“Estas publicaciones permitieron que mucha gente viviera del humor. Fueron una escuela con maestros y ayudantes, que posibilitaron la aparición de Pepo, Themo, Lukas, Guido Vallejos, quienes después crearían las más populares historietas nacionales”, explica Moisés Hasson, autor del libro y quien es ingeniero, investigador y coleccionista de la Ciencia Ficción, Cómic y Genealogía (publicó en los años 80 el fanzine NADIR y administra desde hace unos años el blog Biblioteca junto al mar).

Cabe destacar que este proyecto fue premiado hace unas semanas con el Fondo de Desarrollo de Negocios Crece, que entregó la Presidenta Bachelet en el marco de la Semana de la Pequeña y Mediana Empresa.

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