Crítica musical
La emergente cantante nacional Isabela, debuta con este álbum de diez temas en los que se evoca una serie de lugares en los que se puede haber estado o no, sitios imaginarios y hasta escenas de películas nunca vistas. La magia de su sonido y potencia de su voz, recuerdan a Shania Twain o Sheryl Crow.
Un viaje cosmopolita, interpretado principalmente en inglés, es el que nos ofrece Girl With No Country, el primer disco de Isabela (Isabel Custer) una cantante y compositora chilena que, en su primer disco, pone al pop nacional en un sitial de privilegio. Y esto se debe principalmente a la multiculturalidad en la que la propia cantante está inmersa, por razones tanto familiares como académicas, y ha tenido la oportunidad de empaparse del mundo, lo cual queda demostrado en este trabajo, donde según sus mismas palabras, plasmó cada una de estas experiencias.
Cancao de Mariana, un tema bossanova que nos transporta a las noches de Sao Paulo o Salvador de Bahía con suaves melodías y toda esa magia que tiene Brasil.
Girl With No Country, naturalmente, un tema country en la línea de intérpretes pop de los 90 como Shania Twain o Sheryl Crow y que además es una declaración de principios que expone la línea conceptual del disco.
Proud, es una canción liviana con irónico optimismo, que refleja nuestra generación contemporánea.
The Advocate contiene esos toques cadenciosos que recuerdan la voz de Sade, pero es, sin embargo, en Let Love In en donde su interpretación parece más relajada y a gusto, con evidentes influencias de Tracey Thorn.
La melodía de Listen to the Rain es reminiscente a The Beatles y quizá es el punto menos propositivo del disco.
Spring Evening Song cierra el disco con un aire de tango electrónico que algunos años atrás masificó Bajofondo Tango Club, y que parece ser junto a Proud, los temas con mayor proyección promocional.
En este trabajo predominan las cuerdas (guitarras, violines, ukelele), y fue grabada en su totalidad en Santiago, en estudio 57 Pro Audio, producida por Indi Music Factory (Claudio Quiñones y Nicolas Emden). Las mezclas estuvieron a cargo de Joaquín García y la masterización final se realizó en Boston, Estados Unidos, por el ingeniero Pablo San Martín en Esoteric Sound Studio, el arte del disco estuvo a cargo de Matías Boza y las fotografías de Vanessa Morales.
Un álbum al alcance de todo oído, especial para comenzar el año escuchando buena música.
Para mayor información, visitar la web de la artista en : www.isabelamusic.com
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