Crítica gastronómica del chef Gonzalo Peñafiel
Ozaki es caro y difícil de definir. Si fuese persona es de los que cuesta pillarle la onda. Tiene una pelea interna poco entendible. La carta físicamente es una vergüenza pero sus preparaciones una maravilla, en cuanto al servicio muy poco personal, pero no es lento. Y, un ambiente casi tipo picada pero con porciones y precios de restaurantes top.
Av. Las Condes 7621, Las Condes.
Servicio: Regular
Comida: Bueno
Ambiente: Regular
Precio: De $ 15.000 a $ 20.000
El local en su interior es pequeño y en esta época del año muy caluroso. Sin buena ventilación o aire acondicionado. El acceso no les juega a favor aunque quede en plena Av. Las Condes; no es un sector con mucho peatón y no cuenta con estacionamientos.
La carta: una simple, arrugada y descuidada hoja de papel impresa, esconde fusiones extraordinarias. Este roll es sagrado: Acriollado Maki ($9.800), relleno de camarón en panko, cubierto en salsa criolla, pescado blanco y palta, además de crema de tigre, miel, crispy de camote y emulsión de cilantro. Para compartir pedimos: Pulpo Olivo Parrilllero ($8.800) sobre papas en salsa a la huancaína, con una apropiada cocción y dorado perfecto. Para terminar, Wantán Chalaco ($6.800) de pescado y pulpo en criolla salsa acevichada.
Ozaki es caro y difícil de definir. Si fuese persona es de los que cuesta pillarle la onda. Tiene una pelea interna poco entendible. La carta físicamente es una vergüenza pero sus preparaciones una maravilla. En cuanto al servicio, este es muy poco personal, pero no es lento. Y, un ambiente que parece casi «picada», pero con porciones y precios de restaurantes top.
Dan ganas de pegarle un buen tirón de orejas, que se pongan las pilas y se den cuenta que con pequeños detalles pueden llegar a hacer grandes cambios, tienen un potencial enorme.
