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«La patria insospechada»: Lo que la historia de Chile ha dejado bajo la alfombra En esta historia los héroes son bajados del pedestal

«La patria insospechada»: Lo que la historia de Chile ha dejado bajo la alfombra

El libro de Rodrigo Lara, cuenta historias de la plaza de toros en Santiago, donde brutales crueldades divertían a la elite durante la Colonia, sobre un hombre que amaneció sin nariz, manos, orejas, ojos o pies, para ser vendido como esclavo, o del secuestro diario de mujeres para cambiarlas por ropa. “El pasado es mucho más abierto y cambiante de lo que suponemos”, asegura el autor.


Una plaza de toros en Santiago, donde brutales crueldades divertían a la elite durante la Colonia. La corrupción y el robo del real ducado. Amanecer sin nariz, manos, orejas, ojos, o pies para ser vendido como esclavo. El secuestro diario de mujeres para cambiarlas por ropa. Angata, la líder de una revolución en Isla de Pascua…

Todas estas historias son parte de La patria insospechada, del periodista y escritor Rodrigo Lara (Santiago de Chile, 1960). Capítulos desconocidos que narran una historia de carne y hueso, donde los héroes son bajados del pedestal y donde ocurren una serie de hechos que la historia oficial ha dejado en el olvido.

“Este libro tiene que ver con las historias que se leen desde las fracturas, desde los circuitos de los deseos (las pulsiones) que hay detrás de cada historia y eso lo hace tremendamente interesante”, destaca la psicoanalista Constanza Michelson.

El hongo del pescador

Lara no es un novato en la literatura. Participó en el taller de novela del escritor José Donoso y fue uno de los ganadores del Concurso de Cuentos Revista Paula 2014 de Chile, con Dos niños fantasmas. Ha publicado Antes de la ventura (1995) de Editorial Beatriz Viterbo en Argentina y Diario íntimo del correcaminos (2005) de Ediciones B en Chile. Vive actualmente entre Buenos Aires y Santiago de Chile.

En el prólogo del libro, Lara relata por qué quiso escribir este libro.

“Una vez leí que los mapuches usaban un hongo para pescar. ¿Cómo? Lo secaban, molían y lanzaban a los pequeños riachuelos que corren por esos bosques como nubes verdes estacionadas para siempre sobre sus tierras. A poco de hacerlo, aguas abajo, los peces envenenados con aquel polvo misterioso emergían flotando guata para arriba. La toxina del hongo no afectaba a las personas, así que los animales eran perfectamente comestibles”, escribe.

“Recuerdo la sensación de asombro frente al dato: aquello era fabuloso. Y también la extrañeza: ¿cómo no se enseñaba en los colegios o, por lo menos, no era un dato, por lo singular, conocido?».

Hallazgos

Entre los principales hallazgos y sorpresas que se encontró al investigar, Lara menciona la revolución de Angata en Rapa Nui y toda la época previa de los subdelegados-tiranos, (que) “es fascinante”.

“Daría para una serie de varias temporadas”, explica. “Es trágica por diez lados distintos. Llena de pliegues y personajes que, en sí mismos, merecerían un libro, como Juan Tepano; Katherine Routledge; Enrique Merlet, un verdadero ‘lobo del negocio ovejero’; el valiente y adelantado a su época Luis Ross Mujica; Manuel Vega, el policía-panadero convertido en rey consorte al casarse con la viuda del Rey Riroko, asesinado en Valparaíso…”.

“También me golpeó mucho el Chile de 1940 que descubrió Hubert Herring. De una pobreza y desigualdad terribles. Y cómo él, recorriéndolo, pronostica, tres décadas antes, la posibilidad del golpe del 73”.

A partir del libro, Lara pudo concluir que el pasado es mucho más abierto y cambiante “de lo que suponemos”.

“Que las cosas que ocurrieron contienen la semilla de más de un futuro posible. Dicho de otra manera: podemos ir al pasado a buscar los peldaños para construir con ellos una escalera que nos lleve a otro futuro que el obvio”, remata.

Crisis de identidad

La publicación de este libro se da en un momento en que hay un fuerte interés por la historia no oficial, como lo demuestra el éxito del libro Historia secreta de Chile (2015) de Jorge Baradit, con 40 mil ejemplares vendidos.

“Parte de las nuevas clases medias, medias-medias y medias-bajas, se han convertido en descreídas de los relatos ‘oficiales’ de lo que Chile es y cómo llegó a serlo”, aventura Lara para explicar este fenómeno.

“Hay mucha gente que siente que le meten el dedo en la boca en esta versión de un país que, hasta 1973, poco menos que estaba en la colonia, y que todo el ‘progreso’ vino después. La historia de un país no es la historia de su acceso al consumo, aunque la historia del consumo diga mucho de un país. Hay una crisis”, dice.

“La gente quiere saber más del pasado, tanto para entender el presente, como para inventar e inventarse un futuro más o menos común. Chile no es importante porque esté al borde de ese mar que intranquilo nos baña, o por que el vino sea único, es importante porque nosotros estamos aquí. Pero, resulta que hoy los chilenos tienen dudas sobre quiénes son ese ‘nosotros’».

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