Tom Zé, uno de los grandes de Womad: «Chile tiene una importancia fundamental en América Latina»

Tom Zé, es uno de los grandes de la música brasileña. Su legado lo une a Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa y Maria Bethânia. Tras fundar la corriente del «tropicalismo» en Brasil y de convertirse en la década de los 60 en uno de los cantantes más elogiados y prometedores de la época, Tom Zé pasó por un periodo de oscuridad. Sin comprender bien las razones, sus discos se dejaron de escuchar, su popularidad de vino a tierra y se le dio por muerto creativamente.

Desencantado por la recepción de su música experimental, Tom Zé de todas formas intentó insertarse nuevamente con discos como All Eyes (1973) y el Estudio de la samba (1976), pero el resultado fue el mismo. Se había apagado la conexión con el público, con el mismo que unos años atrás incluso lo había validado como el ganador del V Festival da Música Brasilera. Fue en ese momento de la historia donde este músico pasó de la muerte a la resurrección.

Cuenta la historia que hastiado por los intentos vanos, Tom Zé tomó la decisión de retirarse por completo de la música y concentrarse en un nuevo trabajo: expendedor de una bomba de combustible. Así, hacia finales de los 80, cuando sus discos estaban prácticamente sepultados, David Byrne, un músico pop escocés, escuchó sus discos, se fascinó con su esencia rupturista y lo catapultó a la fama mundial.

«David Byrne libera mi disco Lo mejor de Tom Zé (1990), que recorrió los Estados Unidos y Europa, y fue nominado entre los mejores discos de la década por la crítica norteamericana y europea. Después vinieron las giras internacionales y mi trabajo se extendió a otros países y también en Brasil, que me volvió a descubrir», cuenta el músico brasilero a El Mostrador Cultura+Ciudad a días de presentarse en Womad Chile, la experiencia colectiva que une música con multiculturalidad, diversidad y autosustentabilidad este fin de semana en Recoleta.

En esta entrevista Tom Zé aclara que lo que impulsó a que su música volviera a ser escuchada no fue un cambio en la originalidad de sus canciones como tampoco gracias a un salto de época entre las generaciones antiguas y las nuevas que escuchan su música, sino que fue «cosa de mercado». Lo que hizo Byrne, reflexiona, fue ponerlo en el mercado, no inventar su música.

«Mi forma de escribir no significa que intente hacer música sofisticada, para nada», cuenta el músico. «Mi propósito es que las canciones se escuchen y canten en las estaciones de autobuses, que circulan por reductos no elitistas. Lo que hago es responder a la situación, a los lugares y a las personas, a los estímulos externos. Mi entorno me interesan mucho, me da de comer».

Este vínculo con lo que sucede en su entorno, llevó a que su música en los años 2000 fuera cada vez más requerida por la juventud, convirtiendo en Tom Zé, incluso ahora a sus 73 años, en un músico que identifica a más de una generación. En músico, para algunos, de culto.»

«Los jóvenes identifican conmigo, tal vez por la interrupción de un largo tiempo sin grabar discos que precedieron a mi redescubrimiento. En 1984, por ejemplo, grabó el álbum Nave María. No tuvo impacto en el momento, no se escuchó. Ahora en 2015, sin embargo, la publicación Pitchfork incluyó la canción como una de las más escuchadas».

Mostrar esta música en Santiago en Womad Chile para Tom Zé es una oportunidad invaluable. «Chile tiene una importancia fundamental en América Latin», dice.

» Que se haga el Womad en tierra chilena es más que oportuno. En un momento donde se hace indispensable las reflexiones colectivas, el festival lo logra a través de la música. Estoy encantado de encontrar a los chilenos, escuchar sus voces, ver sus gestos, que siempre ayudan a definir lo que es una cultura. En Brasil se dice: «Mucho gusto», cuando se le presentan a alguien. Eso es lo que digo a Chile, mucho gusto».

Tom Zé se presenta el domingo 14 de febrero a las 22:00 horas en el escenario de la Paz.