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Opinión: Ilusión de la UP y sufrimientos de la dictadura como germen de éxitos artísticos

Opinión: Ilusión de la UP y sufrimientos de la dictadura como germen de éxitos artísticos

La desgracia, más que la felicidad, es la cuna de muchas grandes obras artísticas. Del mismo modo, el reciente éxito del cortometraje de animación “Historia de un oso”, que acaba de ganar el primer premio Oscar para Chile, es un ejemplo más de que el periodo histórico comprendido entre la Unidad Popular y la dictadura militar siguen siendo campo fértil para la creación y el éxito de sus obras en el mundo.


La desgracia, más que la felicidad, es la cuna de muchas grandes obras artísticas. Del mismo modo, el reciente éxito del cortometraje de animación “Historia de un oso”, que acaba de ganar el primer premio Oscar para Chile, es un ejemplo más de que el periodo histórico comprendido entre la Unidad Popular y la dictadura militar siguen siendo campo fértil para la creación y el éxito de sus obras en el mundo.

El film del director Gabriel Osorio, quien se inspiró en la detención, cárcel y exilio de su abuelo socialista para escribir su film, sigue el camino de otras premiadas películas chilenas que se basan en nuestro trauma histórico, como “La frontera” (1992, premio Goya),  “Machuca» (2004, premiada en Vancouver, Filadelfia y Bogotá) y “No” (nominada al Oscar en 2013), por no mencionar la filmografía del documentalista Patricio Guzmán (1941), que se ha impuesto en lugares tan diversos como Berlín, Grenoble, Jerusalem y San Francisco.

A nivel musical, en el mundo Chile es conocido por Inti Illimani, cuyos integrantes vivieron un largo exilio en Italia. En los 80, Los Prisioneros hicieron famoso a Chile en Latinoamérica con sus temas nada inocuos. Canciones como “El pueblo unido”, de Sergio Ortega, han sido interpretadas públicamente en momentos tan recientes como la celebración del partido Podemos en España; la rapera Ana Tijoux, otra hija del exilio, acumula múltiples nominaciones a los premios MTV Latinoamérica y también los Grammy, que ganó en 2014 pasado junto al uruguayo Jorge Drexler.

En los libros sucede otro tanto, con autores tan distintos como Isabel Allende, que toca el tema de la violencia política en su debut “La casa de los espíritus” (1982), con innumerables premios y miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras desde 2004, o Roberto Bolaño, ganador del Premio Herralde, el Rómulo Gallegos y Mejor Novela en 2008 para la revista “Time”. Entre los poetas, Raúl Zurita, galardonado y becado en Alemania, Italia y España, también ha reflejado profundamente en sus versos los sufrimientos del gobierno del general Augusto Pinochet.

A nivel pictórico, uno de los más conocidos representantes de Chile es Roberto Matta, quien apoyó explícitamente a la UP y cuyo pasaporte fue anulado en 1974 por un Ejecutivo homicida. Su mural “El primer gol del pueblo chileno” fue borrado, y la “Sala Matta” del Museo Nacional de Bellas Artes, perdió su nombre. En 1992, se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Otro ejemplo es José Balmes, Primer Premio Bienal Iberoamericana de Arte sobre papel en Buenos Aires, Argentina (1986), entre muchas otras distinciones.

Por premios como el Oscar a “Historia de un oso”, el argumento de “cerrar las heridas” y “dejar atrás el pasado” de los dolores atroces infringidos por unos chilenos a otros compatriotas –“en nombre de una sola bandera, la bandera de la ganancia”, como dice en referencia a su país el líder argentino Luis D’Elia- resulta absurdo y queda en ridículo, una vez más.

«The past is never dead. It’s not even past», decía William Faulkner, Premio Nobel de Literatura en 1949, en su libro -mitad novela, mitad obra teatral- “Requiem for a Nun” (1951). De la ilusión de la UP y los sufrimientos causados por el terrorismo de Estado se seguirá hablando por muchos años más. También en el arte. Pese a quien le pese.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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