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Teatro Container, el evento teatral con estándares estéticos e ideológicos capaces de generar audiencias El festival se extiende hasta el 27 de marzo en Valparaíso

Teatro Container, el evento teatral con estándares estéticos e ideológicos capaces de generar audiencias

César Farah
Por : César Farah Dramaturgo, novelista y académico, es docente en la Universidad de Chile, Universidad Adolfo Ibáñez y Uniacc. Ha escrito las novelas La Ciudad Eterna (Planeta, 2020) El Gran Dios Salvaje (Planeta, 2009) y Trilogía Karaoke (Cuarto Propio, 2007), así como la trilogía dramatúrgica Piezas para ciudadanxs con vocación de huérfanxs (Voz Ajena, 2019), además, es autor de la obra El monstruo de la fortuna, estrenada en Madrid el año 2021, también ha escrito y dirigido las piezas dramáticas Alameda (2017, Teatro Mori), Medea (Sidarte 2015-2016, México 2016, Neuquén 2017), Vaca sagrada (2015, Teatro Diana), Tender (2014-2015, Ladrón de Bicicletas) y Cobras o pagas (2013-2014, Ladrón de Bicicletas).
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Las obras que están presentes en esta versión del festival son 12 y aborda el interés por la discusión de temas y conceptos relacionados con el quehacer social de nuestro momento, como demuestra las tres líneas centrales en los que se dividen los espectáculos: comunidad, ciudad, intimidad. Paralelamente, existe la intención de dejar de pensar los objetos como meros artículos de uso y dotarlos de posibilidades estéticas, de ahí el uso mismo que hacen las compañías teatrales de los containers como espacio vital de las propuestas.


Existe -en el lenguaje común de la cultura oficial, de la no tan oficial y, sin duda, de los artistas- la frase que reza “Santiago no es Chile”. Esta frase que contiene buenas intenciones la mayor parte del tiempo (y con intenciones más bien propagandísticas en otros casos) da cuenta del creciente interés por articular acciones artísticas y culturales fuera de la capital, lo que no deja de ser la base central para generar redes culturales concretas, que impliquen el desarrollo de audiencias y una relación del arte con la comunidad; para esto, claro está, se requiere pensar y reflexionar eventos con contenido e intereses estéticos, a la par que se instalen en relación con la comunidad (y que den cuenta de las diversas  propuestas creativas a lo largo del país y fuera de él.

El festival de teatro Container es un esfuerzo real (y exitoso) por constituir una escena teatral internacional, de calidad, con estándares estéticos e ideológicos que son capaces de generar audiencia, articular redes comunitarias en torno al teatro y, por cierto, desde una mirada que reivindica, concretamente, múltiples ciudades, la idea de un cierto nomadismo en los eventos artísticos y un interés central por vincular el teatro de un modo muy directo al público, con un formato (los containers mismos) que no son un sello caprichoso, sino que suponen una postura estética clara y argumentada, en relación al concepto de sitio-específico (tradicionalmente llamado site specific, pero como en español existen las palabras para denominar tal fenómeno, podemos usar el nunca bien ponderado lenguaje de Cervantes para referirnos a ello y evitar, un poquito más que sea, el imperialismo cultural), la idea de sitio-específico, supone un formato de arte que se crea a partir de un lugar determinado, el que se tiene en cuenta al momento de pensar y constituir la obra y que es parte integral de la experiencia estética misma.

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A simple vista, se puede apreciar que levantar este fenómeno es una tarea titánica, en particular tomando en cuenta que los fondos concursables son pocos, difíciles de conseguir y que la autogestión es una especie de apostolado digno de mártires cristianos en el coliseo romano, la producción de Teatro Container se adjudicó, por cierto un fondo público y consiguió aportes de privados para completar su propuesta.

Así, resulta de vital importancia prestar atención a todos los festivales, encuentros, núcleos de extensión y de estudios artísticos que se desarrollan a lo largo del país; es posible que haya cualidades dispares entre ellos, pero en términos generales, nadie puede dejar de concientizar el esfuerzo real, concreto, por desarrollar focos que vinculen arte, personas y comunidad, en un Chile con un ciudadanos promedio relativamente alejados de fenómenos artísticos que no sean los conciertos de música (popular) y el cine.

El Festival Internacional de Teatro Container tuvo su inauguración el 18 de marzo en la Plaza Sotomayor de Valparaíso, evento con el que se dio inicio a un proceso que cuenta con 12 obras de teatro y que continuará con una cartelera plena de obras nacionales e internacionales, hasta el 27 de marzo en Valparaíso.

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Las escenografías constituidas por containers, implican un tipo de teatro que tiene una sobresaliente cercanía (física, palpable) con el público, la construcción de obras diseñadas para este formato o, por lo menos, que se instalan en él y se hacen cargo de la espacialidad que implica, además, el evento cuenta con música en vivo y una itinerancia en Chañaral que da cuenta del interés por el concepto de “nomadismo” que sostienen los organizadores.

Las obras que están presentes en esta versión del Festival de Teatro Container, como se ha dicho, son doce y abordan los diversos aspectos que la curatoría del evento intenta hacer centrales, en el interés por la discusión de temas y conceptos relacionados con el quehacer social de nuestro momento, por esto es que existen tres líneas centrales en los que se dividen los espectáculos: comunidad, ciudad, intimidad; paralelamente, existe la intención de dejar de pensar los objetos como meros artículos de uso y dotarlos de posibilidades estéticas, de ahí el uso mismo que hacen las compañías teatrales de los containers como espacio vital de las propuestas; dichas compañías son, además, nacionales e internacionales; en el festival podrán verse obras francesas, brasileño/argentinas (¡vaya mezcla!), chilenas (porteñas y viñamarinas), estadounidenses.

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El Festival de Teatro Container busca sacar el teatro de una cierta tradición que lo liga al clásico edificio teatral, al escenario italiano con distancia entre actores y público, en su lugar propone espacios diversos que acercan a los participantes del fenómeno escénico entre sí, al mismo tiempo, se ve en la propuesta curatorial la urgencia de llevar teatro a lugares donde hay muy poco o nada, a re-conocer puntos geográficos de un Chile extenso y múltiple que merece el respeto e interés de las comunidades culturales, es sin duda este festival, un esfuerzo honesto por ver el teatro como un espacio que genera vínculos, opiniones, discusiones, reflexiones, comunidad e identidad. Por lo demás, las obras que se presentan son de alta calidad, con artistas cuya trayectoria los avala y que dan cuenta de una mirada que amplía la identidad del teatro, en una ciudad que, sin duda, ha tenido la nominación de ser un patrimonio cultural de nuestro país, pero que pocas veces se le trata como tal.

En pocas palabras, el Festival Internacional de Teatro Container es un imperdible, para quienes busquen aprovechar el fin de semana largo de un modo lleno de interés, experiencias y descubrimientos, como suele ser el teatro de calidad.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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