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Periodista alemán que reveló «Panama Papers»: «Si las empresas fantasmas sirven para ocultar actividades criminales, el público tiene derecho a saberlo» El libro que cuenta cómo se gestó la megainvestigación llega a Chile en julio

Periodista alemán que reveló «Panama Papers»: «Si las empresas fantasmas sirven para ocultar actividades criminales, el público tiene derecho a saberlo»

Escrito por los periodistas alemanes Bastian Obermayer y Frederik Obermaier, del diario alemán Süddeutsche Zeitung –que fueron los primeros en investigar el caso–, «Los papeles de Panamá. El club mundial de los evasores de impuestos», revela cómo, a partir de un mail anónimo, develaron un escándalo que incluía a ministros, presidentes, dictadores, jeques, emires, reyes, mafiosos, agentes secretos, funcionarios de la FIFA, aristócratas, artistas, ases del fútbol y multimillonarios.


El libro sobre el escándalo de los Panama Papers, una serie de documentos sobre firmas fantasmas usadas por políticos y empresarios de todo el mundo para ocultar fondos, finalmente es publicado en América Latina desde esta semana. En Chile, el libro llegará en julio editado por Planeta.

Escrito por los periodistas alemanes Bastian Obermayer y Frederik Obermaier, del diario alemán Süddeutsche Zeitung –que fueron los primeros en investigar el caso–, Los papeles de Panamá. El club mundial de los evasores de impuestos, revela cómo, a partir de un mail anónimo, develaron un escándalo que incluía a ministros, presidentes, dictadores, jeques, emires, reyes, mafiosos, agentes secretos, funcionarios de la FIFA, aristócratas, artistas, ases del fútbol y multimillonarios.

Un selecto club que, en el caso de Chile, incluye a los empresarios Alfredo Ovalle Rodríguez, Hernán Büchi, Agustín Edwards Eastman, la familia Calderón Volochinsky –propietaria de Ripley–, Luis Enrique Yarur –presidente y controlador del Banco de Crédito e Inversiones– y al ex futbolista Iván Zamorano, entre otros. Gonzalo Delaveau, presidente del capítulo chileno de Transparencia Internacional, como se sabe, debió renunciar a su cargo luego de aparecer en los listados.

Un volumen de millones de datos, que requirió que los alemanes pidieran ayuda a 400 periodistas del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) de todo el mundo, en un trabajo que el estadounidense Bob Woodward calificó de «triunfo del periodismo».

portada panama

El manifiesto del denunciante

En la difusión del escándalo fue decisivo un personaje que ha sido llamado «John Doe», quien contactó en 2015 a los periodistas germanos para entregar los datos y documentos confidenciales de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca.

«El nombre, profesión u origen de John Doe no es decisivo en mi opinión», señala Obermaier. «Mucho más decisivo es que sea una fuente confiable. Una fuente que me posibilitó a mí, a mi colega Bastian Obermayer y a unos 400 periodistas de todo el mundo correr el velo y permitir echar una mirada como nunca antes al mundo offshore«.

Doe ha entregado un «manifiesto» en el cual explica sus motivos para difundir la información: que los hechos denunciados constituyen actos delictivos, y que quienes participaron –los fundadores de la firma, sus empleados y clientes– deben responder ante la justicia.

También aseguró que no trabaja para ningún gobierno ni agencia de inteligencia y que filtró los documentos por decisión propia y «no por propósitos políticos», aunque pidió a la Unión Europea y los Estados Unidos modificar sus leyes para impedir esta situación.

Medidas de seguridad

¿Por qué se dirigió justamente al diario alemán para filtrar la información? «No lo sé, solo podría especular», responde Obermaier. «El diario ha informado permanentemente sobre los paraísos fiscales y ganado varios premios por lo mismo».

El trabajo con Doe requirió múltiples medidas de seguridad, sobre todo porque rápidamente los periodistas notaron que los datos eran auténticos.

«Solo nos comunicamos con él de forma encriptada», relata Obermaier. «Además teníamos nuestra propia sala de proyecto, nuestro war room. Solo un puñado de colegas tenía acceso a él, ni siquiera la dirección del diario».

Agrega que los computadores donde guardaban los datos no estaban conectados a Internet, además de otras medidas de seguridad que no quiere revelar. «Solo como muestra un botón, que hizo sonreír a mi novia: les pusimos pintura de uñas a los tornillos de los computadores para ver si alguien intentaba abrirlos en secreto».

El trabajo con centenares de otros periodistas, en tanto, se decidió porque «Bastian y yo creemos en la fuerza de colaboraciones investigativas internacionales. Delitos internacionales requieren indagaciones más allá de las fronteras para denunciarlos».

Privacidad vs. publicidad

La difusión de la información por parte de los periodistas germanos habla por sí sola, y de su postura en el dilema de respeto a la privacidad versus el derecho del público a ser informado.

«Mi colega Bastian Obermayer y yo somos de la opinión de que los Panama Papers comprueban que en el mundo offshore algunas cosas van mal, y que los servicios offshore como los prestados por Mossack Fonseca no solo sirven para la evasión de impuestos, sino también ayudan a burlar sanciones y ocultar acciones criminales».

Obermaier admite que hay un derecho a la privacidad, «el cual acepto y respeto. Sin embargo, cuando hay empresas fantasma que sirven para cometer u ocultar actos presuntamente criminales, creo que la opinión pública tiene derecho a saberlo. Le debemos eso a la sociedad».

Las consecuencias del escándalo han sido múltiples. Quien era el primer ministro de Islandia, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, debió renunciar tras verse implicado.

«Veo que ya hay un debate mundial sobre los paraísos fiscales», celebra Obermaier. «Panamá ha prometido más transparencia, tras años de negarse. La UE quiere formar una comisión investigadora e incluso Barack Obama ha señalado que va a combatirlos, también en su propio país».

Ciertamente, «desearía que (la evasión fiscal a nivel mundial) se acabara», concluye Obermaier. «Pero soy realista: siempre habrá alguien que burlará las leyes existentes. (Sin embargo), los Panama Papers, pero también filtraciones anteriores como los Swiss-Leaks, los Lux-Leaks y los Offshore-Leaks han mostrado que nadie que quiera ocultarse (detrás de empresas fantasmas) puede sentirse a salvo. El próximo John Doe podría estar ahora, en este mismo instante, copiando datos para entregárselos a periodistas o autoridades».

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