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«Políticas para el desarrollo universitario», un libro para conservar la esperanza Libros de actualidad en la crítica de Gonzalo Rojas Sánchez

«Políticas para el desarrollo universitario», un libro para conservar la esperanza

El aterrizaje en criterios específicos para expresar la tan anhelada calidad, una mirada prudente a los modos y ámbitos de la participación estudiantil, la defensa de la diversidad de proyectos ante la posibilidad de un sistema acreditador que arrase con la libertad, la crítica a la gratuidad como eventualmente inequitativa y significativos aportes sobre los contenidos del proyecto educativo de la propia Universidad San Sebastián, marcan puntos muy altos en el libro. Se echa de menos, eso sí, la poca atención al eje fundamental de toda la vida universitaria: los buenos profesores.


Hugo Lavados, Ramón Berríos y otros, Políticas para el desarrollo universitario: principios y evidencia

Ediciones Universidad San Sebastián,

Santiago, sf (2016), 401 páginas

Es conveniente conservar la esperanza.

La esperanza en que libros como éste puedan influir y cambiar el diseño del proyecto de ley de educación superior ingresado por el ejecutivo.

Que una vez más sean personas de la Concertación -principalmente los Lavados, Hugo y Jaime, en varios capítulos, y Pilar Armanet, en el prólogo- quienes vuelvan a llamar la atención sobre la necesidad de una discusión bien fundada, parece ya esfuerzo perdido.

Pero se agradece que se siga intentando convencer a la actual coalición gobernante y, en especial, a los geniecillos que han redactado el proyecto, de cuánta evidencia hay en contra de buena parte de los supuestos que ellos manejan y de los objetivos que se proponen.

El libro presenta un interesante equilibrio entre información estadística y buen criterio, entre evidencias y principios, como los llaman los autores. Se mueve también con simetría al analizar temas tan distintos como admisión y financiamiento o como acompañamiento de alumnos y acreditación. El resultado ha sido posible porque se ha trabajado sin ideologismo. Los autores seguramente saben que el lector universitario nota de inmediato cuando es un par suyo -y no un político- el que escribe sobre universidad: el universitario reconoce con facilidad a sus iguales. Por el contrario, nada hay en este libro de esa escritura sobre universidades propia de aquellos políticos que no se dan ni cuenta que están siendo de inmediato descartados, por su mirada sesgada, condescendiente con el juvenilismo.

El aterrizaje en criterios específicos para expresar la tan anhelada calidad, una mirada prudente a los modos y ámbitos de la participación estudiantil, la defensa de la diversidad de proyectos ante la posibilidad de un sistema acreditador que arrase con la libertad, la crítica a la gratuidad como eventualmente inequitativa y significativos aportes sobre los contenidos del proyecto educativo de la propia Universidad San Sebastián, marcan puntos muy altos en el libro.

Pero, siempre hay un pero.

Qué pena que el tratamiento del cuerpo de profesores -más que de los investigadores- haya recibido atención menor en el texto. Hay referencias a la materia repartidas en varias secciones, pero era imprescindible incluir un buen estudio conceptual y estadístico sobre el estado del profesorado universitario chileno, sobre sus cualificaciones y carencias, para contribuir también en esa materia a la discusión, porque se suele mirar con poca atención al eje fundamental de toda la vida universitaria: los buenos profesores.

Gonzalo Rojas Sánchez
Profesor universitario

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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