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Esquizofrénico y genio: Mark Landis, el falsificador de arte que engañó a todos los museos de EEUU

Mark Landis es un hombre con serios problemas psicológicos, pero también un gran dibujante y pintor, capaz de copiar a la perfección cuadros de grandes artistas. Guardó durante trece años centenares de falsificaciones, hasta que las comenzó a donar a importantes museos como si fueran obras originales, por mucho tiempo ninguna institución detectó que eran copias falsas, hasta que se cruza en su camino el curador Matthew Leininger.


En Estados Unidos, desde los años 80 y durante más de una década, un hombre con problemas mentales falsificó obras de arte y las donó a más de 40 museos del país norteamericano, haciéndolas pasar por auténticas, sin ningún beneficio económico, hasta que fue descubierto por un historiador de arte.

La historia, publicada por el diario The New York Times, motivó a los cineastas Sam Cullman (1976) y Jennifer Grausman (1984) a filmar «Arts and Craft» («Arte y oficio», 2014), un documental sobre Mark Landis, un personaje capaz de copiar con facilidad y perfección cuadros de autores tan distintos como Picasso, Louis Valtat o escenas religiosas del siglo XV.

La película se muestra en Chile en el marco del Documental del Mes. El filme es presentado por Docs Barcelona y cuenta con la difusión de El Mostrador Cultura+Ciudad.

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Un esquizofrénico

Los directores no son nuevos en el mundo del arte. Cullman, con más de 10 años de experiencia, ganó el Gran Premio del Jurado por su anterior trabajo, The House I Live In (2012, una película sobre el fracaso de la guerra contra las drogas en Estados Unidos), donde fungió como director de fotografía, y en 2011 estuvo nominado al Oscar al Mejor Documental con If a Tree Falls (sobre el ecoterrorismo, donde trabajó como co director).

En tanto, Grausman se desempeñó como jefa del Área de Cine del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), y entre sus obras se destaca Pressure Cooker (sobre el mundo culinario), nominada al Emmy al Mejor Documental.

A ambos les fascinó la historia de Landis, un hombre con diagnóstico de esquizofrenia desde niño, quien realizaba sus «donaciones» con una puesta en escena que lo incluía a él mismo disfrazado de cura o filántropo al momento de entregar sus obras. «Nos atrapó una premisa inusual: una falsificador talentoso e inagotable que no lo hacía por dinero», explican a Cultura + Ciudad.

¿Que lo motivaba para actuar de esta forma? ¿Era un artista fracasado que quiere vengarse del menosprecio recibido durante su vida? ¿Era una nueva forma de alimentar su ego insaciable? ¿O simplemente lo que pretendía era exponer sus dibujos de forma anónima?

Lo cierto es que Landis halló su némesis en Matthew Leininger, jefe de Registro del Museo de Cincinnati, quien inició una curiosa persecución para desenmascarlo a él y hallar sus falsificaciones.

«Ambos realizaron un juego del gato y del ratón ante nuestras cámaras por cuatro años», explican. «Nosotros queríamos saber quién era Mark Landis, conocer sus motivaciones. Queríamos conocerlo».

Escondite en Mississippi

Landis se escondía en casa de su madre en Mississippi. Allí lo encontraron los cineastas. «Tras ganar su confianza, lo obligamos a enfrentar el legado de sus acciones, y finalmente a verse cara a cara con su perseguidor, Matthew Leininger», cuentan.

Durante la filmación, los directores se encontraron una «historia dual de obsesión y sorprendentes paralelismos» entre sus dos personajes.

«La ‘carrera’ de Landis’ ciertamente hizo surgir un gran número de cuestiones éticas, pero no podíamos ignorar que sus motivos eran tanto idiosincráticos como de origen familiar, influenciados por temas de salud mental, la experiencia familiar e inspirados en el arte. Travieso pero nunca maligno, Landis empleó sus talentos y al escapar de su ‘vida como paciente mental’ logró forjar su propio camino», aseguran.

Los creadores quisieron hacer una película sobre autenticidad e identidad, inspirados en el personaje principal, pero el film va más allá. «Después de todo, en una historia sobre un falsificador no debería sorprender que las cosas no son como parecen».

Una conexión

La confianza que pudieron establecer los cineastas con Ladins fue fundamental. Le mostraron sus películas y hablaron muchas horas por teléfono. Entonces él se mostró dispuesto a filmar el documental.

«De hecho, su apertura hacia nosotros y la película fue una sorpresa», revelan. «No pensamos que fuera a ser tan comunicativo, pero no le tomó mucho tiempo dejarnos entrar en su mundo, y pronto comenzamos a filmarlo tanto como falsificador como filántropo».

Cuando lo conocieron, la madre de Landis había fallecido hace poco y él llevaba una vida muy solitaria. El personaje pareció saludar la compañía y la posibilidad de contar su historia. «Una vez logramos establecer una confianza y comprensión mutua, pudimos llegar al nivel de intimidad que nuestra película y Mark necesitaban», aseguran.

De hecho, los cineastas siguen en contacto con él, incluso tras acabar la cinta. «De hecho tras la filmación de la película ocurrió algo maravilloso: mucha gente quedó conmovida con su historia y hoy tiene muchos amigos y admiradores de todo el mundo».

También ha hecho nuevos contactos en su hogar en Mississippi y su vida es menos solitaria que cuando Cullman y Grausman lo conocieron.

«De hecho sigue pintando mucho, mayormente retratos y paisajes. Incluso tiene su propio sitio web, donde la gente le puede encargar obras y adquirir sus obras».

 

Lugares y fechas de exhibición

Auditorio Radio Chiloé
Miércoles 31 de agosto – 19:30 hrs

Centro Cultural Angol
Miércoles 31 de agosto – 19:00 hrs

 

FICHA TÉCNICA

Estados Unidos (2014) 89 min

VO en inglés, subtitulada en castellano

Directores: Sam Cullman, Jennifer Grausman

Montaje y codirección: Mark Becker

Fotografía: Sam Cullman

Productores ejecutivos: Lisa Kleiner Chanoff, Christopher Clements, Bonni Cohen, Julie Goldman, Carolyn Hepburn

Música: Stephen Ulrich

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