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La intervención urbana que «marcó» de rojo sangre las piletas de La Moneda La acción fue organizada por la organización Londres 38

La intervención urbana que «marcó» de rojo sangre las piletas de La Moneda

La intervención, según señaló el grupo, pretendía denunciar la impunidad y el silencio en torno a los crímenes cometidos en dictadura, cosa que también se hizo durante los años 80, con otra intervención que tiró anilina al río Mapocho, justo cuando Pinochet asumía como Presidente de la República.


En el marco del aniversario del Día del Detenido Desaparecido, un grupo de personas, bajo la dirección de Londres 38, intervino artísticamente la Plaza de la Ciudadanía, tiñendo de color rojo las piletas de la Moneda en protesta por la “impunidad y silencio que existe en torno a los hechos ocurridos en dictadura”, según señalaron desde la organización.

Algo parecido ocurrió el año 81, cuando Pinochet asumía como Presidente de la República. En esos años, un grupo de artistas del taller de artes visuales (compuesto, principalmente, por gente que había sido expulsada de la escuela de artes de la Universidad de Chile) lanzó anilina al Río Mapocho, generando una imagen parecida a la que se vio hoy en las piletas de La Moneda.

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“Hicimos esa acción en condiciones muy difíciles…Santiago estaba vigilado y el riesgo era gigante. La expresión no alcanzó a ser reprimida por el solo hecho de que no fue visibilizada, ya que la cuestión no duró más que 3 minutos. Fue una seña, un símbolo que mostraba el rechazo a lo que ocurría en Chile”, recuerda Virginia Errázuriz, una de las artistas que participó en la intervención.

Consultada por la acción realizada en el día de ayer, Virginia recalcó que el “el arte siempre es político, porque tiene que ver con testimoniar una situación, y los detenidos desaparecidos es un tema pendiente. Asimismo, me recuerda la importancia de la organización, puesto que cuando nosotros hicimos esa intervención, con casi ningún medio tecnológico, nos encontramos –como artistas- sumamente organizados y comprometidos”.

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Con respecto al lugar que ocupa el arte en la protesta social, el director del Museo de la Memoria, Francisco Estévez, señaló que “el arte es irreverente, es una expresión estética de protesta y de manifestar que sigue habiendo un gran tema pendiente, que tiene que ver con el ‘nunca más’. Eso puede incomodar, pero el sentido del arte de vanguardia es ir más allá de los límites y sobre todo si está orientado a una buena causa, como lo es el avanzar en la verdad y en la justicia”.

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