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Las tensiones que marcan el debate en torno al proyecto que crea el Ministerio de la Ciencia Este artículo acompaña a la novena entrega de «Mentes Brillantes», dedicada al matemático Carlos Conca

Las tensiones que marcan el debate en torno al proyecto que crea el Ministerio de la Ciencia

Actualmente la redacción está en manos de un equipo integrado por representantes de los ministerios de Economía, Hacienda, Educación, la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), la CONICYT y el público privado Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID). Se presentaría al Parlamento entre septiembre y octubre.


En enero de este año, la presidenta Michelle Bachelet anunció que durante el primer semestre enviaría al Congreso el proyecto de ley para la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Luego, el 21 de Mayo, durante la cuenta pública, dijo que sería en la segunda mitad del año.

Actualmente la redacción está en manos de un equipo integrado por representantes de los ministerios de Economía, Hacienda, Educación, la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) y el público privado Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), que en julio de 2015 había presentado dos propuestas de ministerio.

Los científicos están representados por el astrónomo Mario Hamuy, quien en marzo fue designado por la mandataria como presidente del Consejo de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) y además asesor científico de la Presidencia, con el desafío de coordinar el comité que creará el Ministerio.

Una vez el proyecto esté listo, la idea es, por un lado, socializarlo entre los investigadores, y de forma simultánea, presentarlo al Parlamento. Según el ingeniero Juan Asenjo, Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, la iniciativa se inspira fuertemente en la labor y los documentos del CNID, y se presentará este mes.

«El próximo año, una vez que se cree, tendrá que venir el financiamiento adecuado, para que Chile entre de lleno a la sociedad de la innovación. Ésa es la idea», dice.

«Este es un tema que se ha dilatado mucho de gobierno en gobierno. Al menos este año se tomó una decisión y existe un consenso más o menos amplio sobre la necesidad de mejorar la institucionalidad a cargo de la investigación científica en Chile financiada con fondos públicos», complementa Natalia Muñoz, líder de la agrupación Ciencia con Contrato.

Tensión en el mundo científico

Hamuy, Premio Nacional de Ciencias Exactas 2015, no lo tiene fácil como representante de los investigadores: desde hace al menos un año las tensiones se multiplican en el mundo científico.

En enero de este año se produjo la renuncia de su antecesor, Bernabé Santelices, tras apenas dos meses en el cargo. Antes que Santelices, el ingeniero Francisco Brieva había asumido en septiembre de 2014 el mando de una institución que llevaba casi un año acéfala. Tras su renuncia en octubre de 2015, destacados científicos firmaron una carta pública denunciando el abandono de la ciencia en el país, titulada «Nuestros gobiernos han elegido la ignorancia».

Se realizó una masiva protesta «de los delantales blancos» de científicos frente a La Moneda, que dejó al descubierto la extremada precariedad laboral de miles de investigadores. A esto se suma una campaña que llevan adelante los investigadores en artes y humanidades para también ser tomados en cuenta.

Hay que recordar que la creación del ministerio  es un compromiso de la campaña Presidencial y ha sido reiterado posteriormente durante la instalación de la Comisión Asesora. Cuando se anunció el envío del proyecto, además se comprometió una tramitación expedita para que a septiembre de 2017 (cuando se inicia el proceso para el presupuesto del año siguiente) el ministerio se encuentre en funcionamiento.

“El súperciclo de las materias primas está en su fin, y le permitió a Chile, sin duda hacer grandes avances tanto económicos como sociales. Pero ahora ya no podemos apostar sólo a los recursos naturales. El crecimiento de un país debe basarse en la creación de valor a través de la aplicación de conocimiento y de inteligencia”, dijo en enero la presidenta Bachelet.

Según dijo en enero, la misión fundamental de la nueva cartera será «definir una política que permita, en lo esencial, fortalecer y ampliar las capacidades de investigación, de desarrollo e innovación tecnológica; orientar y apoyar la formación de investigadores y procurar su adecuada inserción en el sistema, tanto en la academia y en el Estado como en el sector productivo; y vincular de manera cada vez más estrecha el quehacer científico-tecnológico e innovativo con las preocupaciones de la sociedad, definiendo focos de acción y áreas prioritarias en función de los desafíos y oportunidades, tanto nacionales como regionales».

Retrasos

¿Cómo va actualmente el proceso de gestación del proyecto? La CONICYT no quiso manifestarse al respecto para este artículo. «Este tema lo está trabajando directamente el presidente de CONCYT y él en este momento no está concediendo entrevistas», señalaron desde la entidad.

En el mundo científico hay inquietud. El Ministerio «es muy urgente», señala sin dudarlo la bioquímica Cecilia Hidalgo, Premio Nacional de Ciencias Naturales 2006. «La ciencia chilena necesita un ministerio. Hay temas que resolver si queremos que Chile avance al desarrollo».

Para ella es esencial generar y luego aplicar conocimiento a problemas del país. «No podemos seguir sumergidos en el Ministerio de Educación», dice en referencia a la dependencia de la CONICYT de esa secretaría.

Para su colega Jorge Babul, presidente del Consejo de Sociedades Científicas de Chile, «está muy atrasado el proyecto. Aún no se da la discusión pública y ampliada que se anunció».

«Nuevamente la ciencia lejos de los primero lugares de preocupación de los gobernantes», lamenta. «¡No estamos ni en la B! La disculpa de falta de fondos no es válida. En épocas de vacas gordas fue lo mismo que ahora en la de las flacas».

Para el médico y senador Guido Girardi, presidente de la Comisión Desafíos del Futuro de la Cámara Alta, falta transformar el Ministerio de Ciencia, que es algo simbólico, en una prioridad.

«Aquí hay un compromiso, que nosotros lo queremos hacer exigir, y queremos un proceso participativo. Le vamos a pedir al ministro (de la Segpres Nicolás) Eyzaguirre y a Mario Hamuy  que lo discutan con quienes hemos sido los impulsores, con la Comisión Futuro, donde están los Premios Nacionales, y las ONG, en un proceso abierto. No vamos a aceptar un proyecto hecho entre cuatro paredes. Esperamos ya en la primera semana de octubre poder debatir este proyecto».

Sin duda, lo principal es definir una buena institucionalidad, ya que hay discusiones importantes que no se han zanjado: ¿Debe absorber el nuevo Ministerio la política nacional de innovación radicada actualmente en CORFO? ¿Cuál va a ser el rol y la estructura de CONICYT dentro del Ministerio? ¿Con cuánto presupuesto va a contar? ¿Cómo se va a integrar al Ministerio la investigación en ciencias sociales, artes y humanidades?

«Después de eso hay muchos temas por definir para, ojalá, revisar y reformar los instrumentos de financiamiento público a la investigación y generar una buena Ley de Ciencia y Tecnología que norme asuntos fundamentales que hoy están desregulados como por ejemplo: los estándares de trabajo en investigación, la responsabilidad de las universidades, las atribuciones de los organismos de control y fiscalización, los indicadores de impacto con los que se debe evaluar la política científica», agrega Muñoz.

«Algo que hay que empezar a internalizar es que este es un tema fundamental para el país», concluye la líder de CCC. «El Ministerio de Ciencia y Tecnología no debiera transformarse en una institución para que los científicos tengan acceso preferente a una plataforma de lobby, como algunos entienden el rol de CONICYT hoy. Es una institución que debe operar en función de los objetivos de desarrollo de Chile, con todas las complejidades que eso tiene. Por eso, tanto o más importante que el ministerio, es la generación de un muy buen marco legal para una política nacional que fomente la investigación, la ciencia y el desarrollo tecnológico de Chile, independiente del gobierno de turno».

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