Fue escrito por la escritora bielorrusa Svetlana Alexiévich
A finales de los años ochenta, la Premio Nobel de Literatura entrevistó a ciudadanos que vivieron la invasión nazi de pequeños y compuso con sus testimonios un emocionante relato de una de las mayores tragedias de la historia.
La Segunda Guerra Mundial dejó casi trece millones de niños muertos y, en 1945, solo en Bielorrusia, vivían en los orfanatos unos veintisiete mil huérfanos, resultado de la devastación producida por la guerra en la población de ese país.
A finales de los años ochenta la Premio Nobel Svetlana Alexiévich entrevistó a aquellos huérfanos y compuso con sus testimonios un emocionante relato de una de las mayores tragedias de la historia.
«Me dedico a la historia omitida, las huellas imperceptibles de nuestro paso por la tierra y por el tiempo. Recojo la cotidianidad de los sentimientos, los pensamientos y las palabras. Intento captar la vida cotidiana del alma», ha dicho su autora.
La portada del libro.
Lo cierto es que «Últimos testigos» es un libro devastador que difícilmente dejará incólume al lector. Cualquier que se sumerja en estas páginas en el vilipendiado Chile de principios del siglo XXI sentirá que vive en el paraíso. Durante su lectura, todo padre y toda madre que recorra estos textos abrazará con más vigor a sus hijos, especialmente si son pequeños, antes de hacerlos dormir.
A la luz de este texto, la normalidad -tener un trabajo, tomar onces, viajar en Metro- adquirirá un valor distinto. Porque aunque Alexiévich es la autora del libro, son seres con nombre y apelllido, de todas las profesiones -cajeras de supermercado, maestros, obreros- quienes hablan a través de ella.
Ahí está Zhenia, que recuerda como si fuera hoy el día que su padre se marchó a la guerra, dejando atrás a su mujer y sus tres hijos pequeños. En la fuga tras la invasión nazi, morirá su madre. Fueron acogidos por gente que no conocían. Zhenia pasaría mucho tiempo muda, sin hablar.
Guena recuerda los bombardeos de Minsk, y cómo la gente se refugiaba en los cementerios, creyendo que por respeto allí no serían bombardeados. O los saqueos de los almacenes, que avergonzaron profundamente a su madre, tan orgullosa de los valores del socialismo. Que dijo que le adoraba, pero deseaba unirse a la resistencia, una muerte segura…
Katia tenía trece años… estaba feliz porque en su ciudad acababa de ser inaugurada una piscina, que demoró años en ser terminada. De la guerra recuerda el olor a muerte, y las imágenes de los viejos y los bebés, quemados, entre las ruinas. Su madre se quitó el pañuelo y le tapó los ojos.
Así se suceden las historias, una tras otra. El horror, el sufrimiento, pero también la compasión y el coraje. Aquí algunos de los veinte millones de ciudadanos soviéticos muertos en el conflicto adquieren otro cariz. En total son 100 testimonios que constituyen un fresco sin igual de aquella época, de un sufrimiento bélico que, por desgracia, hoy viven otros niños y niñas en lugares como Siria, Yemen o Sudán del Sur.
Finalmente, «Últimos testigos» es también un fervoroso manifiesto por la paz, aunque no se lo proponga. Aquí la guerra, cualquier guerra, pierde todo romanticismo. Algo a veces necesario en medio de tanta película de Hollywood.
Ficha técnica
Título: Últimos testigos
Autor (es): Svetlana Alexiévich
Traductor: IOULIA DOBROVOLSKAIA / ZAHARA GARCIA GONZALEZ
Sello: DEBATE
Precio: $11.000 en top10books.cl
Fecha publicación: 09/2016
Idioma: Español
ISBN: 9788499926742
Editorial: Debate
Edad recomendada: Adultos
