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El Chile real, endeudado, hacinado y hasta el cuello llega a los cines con el «Primero de la Familia»

En esta entrevista de Proyecto C, el programa cultural de El Mostrador Tv, el director de película Carlos Leiva y la actriz Paula Zúñiga, explican el auténtico objetivo político de esta ficción: mostrar con sinceridad el verdadero país. «Chile no es una gran nación. Como ocurre literalmente en la película, la mayoría de la gente vive con la mierda hasta el cuello».


Surgida a partir de su premiado cortometraje Ambiente Familiar, la ópera prima El primero de la familia, de Carlos Leiva, narra la historia de Tomás, quien pasa su último fin de semana en familia antes de viajar a Europa para continuar sus estudios universitarios gracias a una beca. Un problema con el alcantarillado produce una inundación de aguas servidas que avanza a través de la casa, sacando a la luz la verdadera esencia de las relaciones de una típica familia chilena, que viene desintegrándose desde hace tiempo, y que, en rigor, se trata de un metáfora del país.

La película, que tal como explica su director en esta entrevista de Proyecto C, el programa cultural de El Mostrador TV, en primer lugar es una cinta que busca llegar al espectador a través de sus emociones, las más sinceras, esas que nacen de la precariedad del día a día, del hacinamiento, la desigualdad y el endeudamiento. Una crítica política y severa, que no acostumbra a mostrarse en la pantalla grande.

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Actriz Paula Zúñiga, Héctor Cossio, editor de Cultura de El Mostrador; y Carlos Leiva, director de la película.

«Yo vengo de una población y vengo también de una familia que tuvo muchas carencias y muchas rabias sociales, entonces para mi desde siempre mi vínculo al cine tenía que tener una motivación política, no solamente esta película , sino los cuatro cortometrajes que he realizado antes, que tiene que ver con utilizar el cine como una herramienta social que contribuya a la reflexión crítica de este país, porque vivimos en un país que dista mucho de ser un gran país y todo el sistema brutal que rece en las clases medias bajas y bajas», explica Leiva, quien ganó con esta película el Premio al Mejor Director, en Sanfic 2016.

Una de las garantías de la honestidad con que se trabaja en este filme se debe a elementos biográficos que tomó prestado el director de su propia vida para adaptarlos a la ficción y crear así, una visión auténtica de un Chile, sin velos.

«A mi me toca tener la chapa del primero de la familia, dentro de mi propia familia. Yo fui el primero que llegó a la universidad y también fui el primero que se subió a un avión (la película gira en torno al viaje en avión del protagonista que se va a Europa). Yo viajé por primera vez a los 24 años y fue un viaje generado por una circunstancia bien mágica que fue por el cine, porque fui a mostrar el cortometraje Ambiente familiar a Brasil», explica.

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Para su familia, recuerda el director, este hito fue súper importante y produjo una mini revolución. «Ahí me di cuenta de lo que para mi familia es tan importante, como un viaje en avión, para otras persona es una cosa muy trivial, hay niños que tiene 5 años y han viajado por todo el mundo, yo pude hacerlo a los 24 años y hay gente de mi familia, como mi abuela que nunca se ha subido a un avión. Para mi este hecho fue demasiado decidor para darme cuenta de la desigualdad que hay en Chile, esto para mi fue la metáfora que impulsa lo que pasa en El Primero de la familia».

Paula Zúñiga, actriz esencialmente de teatro y que ha marcado la escena local con personajes como el de Hilda Peña, representa a la madre del protagonista, quien sufre en carne propia la indiferencia del sistema, representando de algún modo la metáfora del sacrificio, pero sin lamentarse de sobre manera, no hay tiempo para ello.

«Si la película se enfocare desde ese lugar, se metería en un plano de víctima y claro es una víctima social, a mi cuando me plantean la desigualdad y la vulnerabilidad, en estos casos, claro que hay un sector de la sociedad que es víctima del sistema, pero eso es un resultado, pero quienes viven ahí, no son víctimas, todo lo contrario, son héroes, sobrevivientes frente a una realidad terrible y de ahí aparece la lucha y que hay que seguir. La madre no se puede dar tiempo para estar enferma, porque hay que trabajar, hay que comer, criar hijos», reflexiona.

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El director del filme, Carlos Leiva (de polera) conversando con transeúntes en una actividad de promoción de la película.

«Pero la película es eso, una película, no un manifiesto político», a apresura a decir su director. «Lo que busca es dignficar y no victimizar».

«Eso hay que aclararlo, es una película que en primera instancia busca emocionar y que esta emoción genere una reflexión política sobre los temas que nosotros intentamos mirar. El proceso de crear esta película se basó en mi familia, la mamá de la película es muy parecida a mi mamá, el papá de la película es muy parecido a mi papá. A mi mamá, al igual que al personaje de la película, la operaron mal de una hernia a la columna y quedó postrada. Entonces yo tenía denuncias políticas claras, como la denuncia de la salud pública, denuncia de las situaciones laborales con el padre, y puede que una mirada superficial las vea como personajes víctimas, sin embargo el objetivo desde el principio fue todo lo contrario, el objetivo es dignificar, estos personajes que son como seres reales ante la adversidad dan la cara y terminan siendo héroes», resume.

Fuera de ser una excepción, Zúñiga amplía la visión y recuerda que esta iniciativa no es un única, sino que inserta dentro de una modalidad de trabajo colaborativo.

«Hay mucha gente trabajando así, la mayor parte del trabajo cinematográfico de la gente joven trabaja así, hay mucho apoyo y una sensación de equipo muy fuerte, sobre todo los jóvenes, que es una nueva ola de cómo se trabaja en cine y también cómo se trabaja en teatro. En este país, mucha gente trabaja gratis en la cultura, por eso cuando apareció una frase que decía ‘los parásitos del arte están pidiendo leyes’ , en referencia al proyecto de Ley de Artes Escénicas, no solo es una necedad a la que no se le debe dar mucha importancia, sino que además en falso porque los artistas le han dado mucho a este país y de manera gratuita sin ninguna protección», aclara la actriz.

fotoinstalacionLa cinta fue realizada bajo un sistema de colaboración entre técnicos y actores, y fue terminada gracias a un premio recibido en el Festival Internacional de Cine de la Habana. Consolidando de este modo un sistema de producción independiente en Chile.

Para sensibilizar sobre la materia del filme, la película realizó una activación (intervención urbana) frente a la Estación Mapocho, que llamó la atención de cientos de transeúntes.

Desde hoy 17 hasta el 23 de noviembre la película podrá verse en multisalas y además de en otras 20 salas alternativas de Arica a Punta Arenas.

Si quieres participar por entradas dobles para ver El primero de la familia participa aquí.

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