Publicidad
Bertolucci niega los abusos y se contradice con actriz que lo acusó de violación La película se filmó en 1972

Bertolucci niega los abusos y se contradice con actriz que lo acusó de violación

La polémica sobre los supuestos abusos contra la joven protagonista de «El último tango en París» de parte del director Bernardo Bertolucci y Marlon Brando, continuan escalando, especialmente luego de una reciente declaración pública del realizador italiano en la que niega que la actriz no estuviera consciente de las escenas de violencia. Esta declaración contrasta con la de la actriz, que en 2007, dijo que esas escenas no estaban en el guión y que se sintió violada.


«Quisiera por última vez aclarar la ridícula equivocación que sigue suscitando El último tango en París (1972) en diarios de todo el mundo», es lo que considera Bernardo Bertolucci al inicio de una declaración divulgada en la tarde de este lunes, después de la polémica que irrumpió internacionalmente tras la divulgación de una entrevista concedida en 2013 a la Cinemathèque Française, donde cuenta con detalles lo que pasó con María Schneider y Marlon Brando en la escena que se popularizó como “la de la mantequilla”.

“Quería su reacción como niña, no como actriz. No que María interpretara su humillación y su rabia, quería que lo sintiera. Los gritos… ‘¡No, no!”, fue la declaración del cineasta italiano que desató la polémica.

Bertolucci, añade en el mismo video que quería obtener una reacción genuina de Schneider. “Creo que nos odió, a Marlon y a mí porque no se lo dijimos. Me siento culpable pero no me arrepiento”.

En un comunicado recientemente emitido por Bertolucci, después de la repercusión del caso, aclara que la actriz leyó el guión y estaba informada de la violencia que iba a sufrir en la polémica escena. El cineasta también añadió que la única cosa que no había informado a Schneider es que Marlon Brando utilizaría mantequilla.

“Especifiqué, pero quizás no fui claro, que decidí con Marlon Brando no informar a María de que usaríamos mantequilla. Queríamos su reacción espontánea al uso impropio. Es ahí donde está el malentendido. Algunos han creído que ella no estaba informada de la violencia contra ella. Falso. María sabía todo porque había leído el guión, donde todo estaba descrito. La única novedad fue la idea de la mantequilla, y eso, como supe muchos años después, ofendió a María, no la violencia a la que fue sujeta en esa escena, que estaba escrita en el guión», dice el cineasta en el comunicado.

En el 2007, sin embargo, la propia Schneider se había se referido a esta escena en una entrevista al Daily Mail donde declaró que se sintió “violada por Brandon”. La actriz añadió que las personas creían de manera equivocada que había una relación entre ella y el actor.

“No hubo atracción entre nosotros. Para mí, él fue más como una figura paterna y yo como una hija”, aclaró en su oportunidad.

A diferencia de lo explicado recientemente por Bertolucci, la actriz en el mismo artículo al Daily Mail explicó que la escena no estaba en el guión original y que fue una idea de última hora de Brando con el cineasta.

«Debería haber llamado a mi agente o que mi abogado estuviera en el set porque no puedes forzar a alguien a hacer algo que no está en el guión, pero en aquel momento no lo sabía. Marlon me dijo: ‘María, no te preocupes, solo es una película’. Pero durante la escena, e incluso a pesar de que lo que Marlon estaba haciendo no era real, yo estaba llorando de verdad. Me sentí humillada y, siendo honesta, un poco violada por ambos, Marlon y Bertolucci. Tras la escena, Marlon no me consoló ni me pidió perdón. Por suerte, solo fue una toma», declaró en 2007.

Casos como este en la historia del cine no son exclusividad de El Último Tango en París, donde directores llevan actrices al extremo al no confiar en su capacidad de representar papeles muy dramáticos y apelan al abusos a fin de lograr los resultados esperados.

La actriz Shelley Duvall de El Resplandor declaró una vez en una entrevista al crítico Roger Ebert que su experiencia con Stanley Kubrick fue “insoportable”, al referirse al agotamiento del rodaje dónde se llegó a grabar algunas escenas hasta 148 veces seguidas, incluso la famosa del hacha. Kubrick le hacía repetir continuamente por que no estaba satisfecho con el “supuesto” talento de ella.

 

Publicidad

Tendencias