Recuperan terreno abandonado hace 43 años
Es la mayor obra de este tipo hecha por un artista individual en la capital. La iniciativa es parte del programa de Plazas de Bolsillo de la entidad dirigida por Claudio Orrego. Incluye una plaza de juegos y espacios gastronómicos.
Un macromural de casi 850 metros cuadrados, a cargo del grafitero chileno Dasic Fernández (Santiago, 1986), ilumina una nueva plaza de 3.200 metros cuadrados, con juegos infantiles y opciones de comida, que fue inaugurada este lunes en pleno centro de Santiago.
El mayor mural pintado por un solo artista en la capital incluye el rostro de una niña mientras es observada por un encapuchado, que lo protege. «Es un mural dedicado exclusivamente a los niños de Chile», comenta.
Fernández, radicado desde hace algunos años en Nueva York, explica que para él los derechos de los niños son fundamentales, por lo que transmitir el derecho a disfrutar de esta etapa y proteger su inocencia hasta que tengan las herramientas necesarias y el aprendizaje suficiente para guiar su propio vuelo, es algo central en su obra.
Foto gentileza de Intendencia Región Metropolitana.
El mural de Dasic se instala en una terreno fiscal que estuvo abandonado desde 1973. Pertenecía al Servicio Médico Nacional de Empleados (SERMENA) y luego pasó a FONASA.
La recuperación del lugar es parte del programa «Plaza de Bolsillo» de la Intendencia Metropolitana, que trabajó junto a la Municipalidad de la comuna de Santiago. El objetivo de la iniciativa es darle un uso a terrenos fiscales en desuso para el aprovechamiento de la ciudadanía.
En este caso en particular, en la Plaza de Bolsillo «Santo Domingo», inaugurada con presencia del intendente Claudio Orrego y la alcaldesa de la comuna de Santiago, Carolina Tohá, fueron invertidos $56 millones de pesos. El mural fue producido por la Galería Lira y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) de la Región Metropolitana.
Es la quinta Plaza de Bolsillo, tras la primera instalada en calle Morande 83, frente al Palacio de La Moneda, que cuenta con un mural de Alejandro «Mono» González.
En el caso de la Plaza «Santo Domingo», adicionalmente se firmó contrato con la Asociación de Food Trucks de Santiago para el funcionamiento de tres carros gastronómicos en la plaza, que además contará con un espacio para artesanos y otros emprendedores.
Asimismo el Departamento de Medio Ambiente municipal elaboró un huerto urbano, instaló 11 árboles gigantes (4 liquidambar, 4 castaños de la India, 2 cedros y 1 peumo) y juegos de terraza (mesas , sillas y quitasoles), jardineras y bicicleteros. Estará abierta de lunes a domingo, de 8:00 a 20:00 horas.
«Me parecen una súper buena idea las Plazas de Bolsillo, que se estén recuperando estos espacios», comenta el muralista. «Es importante que haya lugares donde la gente pueda encontrarse, recrearse, adueñarse un poco de la ciudad, que el centro sea algo más que un lugar de tránsito. Además de la Plaza de Armas, no recuerdo otro parque que tenga esa trascendencia en la zona».
Foto gentileza de Intendencia Región Metropolitana.
El muralista tiene una sensibilidad especial con la infancia. Ha hecho un taller con niños del SENAME, relacionado al arte urbano como herramienta de desarrollo e inserción. Además, durante diciembre, Dasic realizará una jornada de trabajo y talleres con los niños de este programa.
«Sin duda hay un problema en el país con los niños, específicamente con los niños del SENAME, donde se ha sabido que anualmente mueren 47 niños. Me parece que es un tema súper preocupante y no se le está dando la importancia que debiera tener», sin considerar los fondos de la entidad que se desvían por temas de corrupción, comenta el artista a Cultura + Ciudad .
Fernández, sensibilizado con el tema al ser padre de una niña de dos años, Josefina, cuenta que para armar su obra se basó en una frase de «Luchín», la canción de Víctor Jara que le emociona mucho («Si hay niños como Luchín/que comen tierra y gusanos/abramos todas las jaulas/pa’ que vuelen como pájaros»).
«Esa parte me parece súper potente porque hace un llamado a la persona que está escuchando a que haga algo al respecto de los niños que son como Luchín».
En los dos edificios que se reparten el mural «de cierta manera pinté al oyente, a esa persona (a la cual Víctor Jara) llama a la acción, y a una niña volando. En este caso el oyente está vestido de sueño, vestido de ideales, preparado para el cuidado de un niño. La niña que se ve en la torre alta está volando y este adulto están ahí cuidando, maravillado por su vuelo, extendiendo sus manos llenas de creatividad y amor por si ella baja el vuelo».
El encapuchado es una figura recurrente en la obra de Fernández. Para él es un personaje revestido de una «armadura de sueños e ideales».
Foto gentileza de Intendencia Metropolitana.
