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Edición de seres humanos: Una revolución en la ciencia que supera la ficción David Liu, creador del bisturí genético, visitará Chile durante el Congreso del Futuro

Edición de seres humanos: Una revolución en la ciencia que supera la ficción

Durante la segunda semana de enero se llevará a cabo el Congreso del Futuro, el evento más importante del hemisferio sur que reunirá a las mentes brillantes de todo el mundo, en Santiago. Entre los ilustres invitados figura el profesor Liu, quien revolucionó las ciencias de la vida con el CRISPR-Cas9, un «bisturí genético», tan certero que puede intervenir los enlaces de Adn, editando la secuencia genética humana. En esta entrevista habla también de la dimensión ética.


Se imagina un mundo con seres humanos perfectos. Un mundo donde las personas se puedan editar genéticamente, donde se pueda corregir el ADN para erradicar enfermedades e incluso sustituir ciertos enlaces para dejar en el pasado, por ejemplo, el Síndorme de Down.

Si bien un mundo como ese -aseguran científicos- todavía es muy lejano, no lo es ciertamente por los avances científicos en biomedicina, sino por al dimensión ética y problemas legales que significa que la humanidad y la comunidad científica se ponga de acuerdo sobre qué es un ser humano perfecto.

Mientras esta discusión se genera, en ámbitos que involucran no a países sino a la especie humana, la ciencia propiamente tal acorta los pasos con la ciencia ficción, llegando incluso a superarla como en el caso del CRISPR-Cas9, un reciente invento por el que su creador, el Dr. David Liu, figuró como uno de los candidatos para llevarse el Nobel de Medicina 2016, pero que finalmente no ganó por razones similares a la que Einstein tampoco lo ganó por su Teoría de la Relatividad General: demasiado avanzado para su tiempo.

CRISPR-Cas9 consiste en un «bisturí genético», tan certero que puede intervenir los enlaces de Adn, editando su secuencia, para prevenir, en algunos casos, enfermedades hereditarias.

El científico y profesor de la Universidad de Harvard, considerado uno de los líderes mundiales de la llamada revolución científica de las ciencias de la vida, será uno de los invitados estelares al Congreso del Futuro, la reunión de científicos de todo el mundo que se realizará en Santiago a fines de enero.

Proteína estrella

«En realidad CRISPR-Cas9 es una proteína muy específica que se encuentra de forma natural en las bacterias», explica desde su laboratorio el científico como introducción a su aporte en biomedicina. «Sirve como base para el sistema inmunológico de la bacteria y corta el ADN de virus foráneos. Esta proteína permite a la bacteria adaptar y destruir futuras infecciones de los mismos virus, de forma similar a los humanos, a pesar de que las bacterias no tienen anticuerpos ni células T como nosotros».

«Podemos usar el corte para desatar un cambio en la secuencia genética, que cause la interrupción de un gen, por ejemplo un gen que cause una enfermedad, o reparar o reemplazarlo», explica.

Límites éticos

A pesar de lo revolucionario del método, Liu advierte que actualmente el avance científico no permite realizar todos los cambios deseados.

«Uno de los principales problemas es porque carecemos de gran cantidad de conocimiento sobre cómo realizar exactamente las modificaciones para lograr determinados resultados», señala. «Por ejemplo, no podemos hacer que los organismos sean más inteligentes o más rápidos porque es probable que ambos sean el resultado de muchos, muchos genes. Y no sabemos cómo cambiar esos cientos de genes para lograr resultados complejos como esos».

Agrega que lo que sí es posible, incluso en animales, es hacer cambios en lugares específicos del genoma «donde sabemos que pueden alterar las características de un organismo de manera bien entendida. No tenemos miles de casos, pero probablemente docenas o centenares en que sabemos que la alteración de un gen causa una enfermedad y que si la revertimos podemos prevenirla».

El académico señala que hay un consenso generalizado de que las ciencias de la vida están atravesando una revolución, en parte por los rápidos avances en la tecnología genética, pero «también es importante entender que hay muchos desafíos en el uso de la misma, incluso técnicos, que nos impiden realizar cambios arbitrarios en organismos con estos métodos».

Cambios en humanos

Los avances han desatado especulaciones sobre lo que podría hacerse a nivel de los seres humanos.

«La ‘edición’ en humanos está prohibida en la mayoría de los países, y creo que para bien, porque hay una serie de temas -legales, éticos- que hay que pensar cuidadosamente», advierte el académico.

«Aquellos que la defienden señalan que hay una serie de enfermedades, de causas genéticas bien conocidas, que podrían incluso curarse», señala. «Por eso en algunos casos uno podría argumentar que sería poco ético no usar este método para que un paciente o sus descendientes vivan mejor».

Sin embargo, insiste que en antes de editar nuestros espermatozoides tendrán que superarse una serie de desafíos técnicos y científicos, así como evaluar los temas éticos y legales. «Como sociedad tendremos que tomar decisiones difíciles sobre el alcance del uso que queremos dar a esta tecnología para modificar el genoma humano», dice.

El humano perfecto

El académico remarca que por todo esto no podría crearse un ser humano «perfecto».

«¿Acaso hay un ser humano perfecto? Creo que habría grandes desacuerdos sobre los atributos que tendría dicho ser humano», reflexiona. «La pregunta es un problema es sí mismo, porque hay gente diferente con visiones distintas sobre qué características debe tener un ser humano para ser ‘perfecto'».

Liu señala que aún carecemos de capacidades científicas para hacer cambios a gran escala en organismos tan complejos como seres humanos.

«Necesitamos mejor la especificidad y eficiencia de los agentes intervinientes», resalta. «Los científicos del mundo trabajan muy duro para superar estos desafíos, pero la gente debe entender que un futuro en que podamos ‘editar’ seres humanos con atributos que queramos está muy, muy lejos. Tal vez ni siquiera ocurra por los temas legales y éticos que ya mencioné».

Liu tiene fe en el futuro y cree que las cosas están lejos de convertirse en una catástrofe. Y pone como ejemplo la clonación: «se practica desde hace varios años, pero no ha resultado en una clonación masiva de seres humanos».

«Países como Estados Unidos han tomado un rol muy proactivo en estos temas, donde los científicos trabajan junto a las autoridades para entregar la mejor información disponible que permitan tomar decisiones, pero aún falta tiempo para ver cómo evolucionarán las normativas», concluye.

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