El escritor y artista visual Douglas Coupland
Brindará una charla el próximo viernes 13 de enero, en el marco del Congreso del Futuro, una iniciativa que reúne desde el lunes a intelectuales y científicos de todo el mundo en Santiago y regiones.
Douglas Coupland, dramaturgo y artista visual canadiense, autor de la legendaria novela Generación X, será parte del Congreso del Futuro, el encuentro internacional de científicos e intelectuales, que comienza este lunes con una serie de charlas en Santiago y regiones, hasta el 15 de enero.
El autor participará en la mesa «Impactos de la tecnología en la sociedad», donde compartirá la mesa con John Mulholland, periodista del diario británico The Guardian; Ryan Avent, columnista de The Economist; el emprendedor israelí Arnon Zamir y la experta en telecomunicaciones Marisa Viveros.
El debate será el viernes 13 de enero, a las 15:50 horas, en el Salón de Honor del Ex Congreso Nacional (Catedral 1150, Metro Plaza de Armas). «En la charla debatiremos los efectos de big data en la sociedad como un todo», adelanta Coupland, un artista cuya obra se centra en los cambios culturales generados por la tecnología en la sociedad actual.
El Congreso del Futuro, que data de 2011, es una iniciativa impulsada por la Comisión Desafíos del Futuro del Senado, que preside el senador Guido Girardi, en conjunto con la Academia Chilena de Ciencias y el Gobierno de Chile.
Coupland (Alemania, 1961) es un artista multifacético. Vivió en Canadá, Estados Unidos, Japón e Italia, donde se formó como físico, escultor y diseñador.
Se hizo mundialmente famoso con su novela Generación X (1991), que dio nombre a los jóvenes veinteañeros y treinteañeros de la década de los 90. A ellos les tocó vivir la llegada del CD, la computadora de escritorio, el walkman y el fin de las cintas en cassette y videos, así como el advenimiento de Internet.
En Chile ese libro llegó en una edición azul de Ediciones B, con un prólogo del periodista y escritor español Vicente Verdú. El escenario era California y los protagonistas Dag, Andy y Claire, unos outsiders que reivindicaban «el derecho a no pedir, a no comprar y a tener expectativas mínimas». Todo muy en la onda de la película homónima (cuyo título original era Reality bites, de 1996), con Winona Ryder, Ethan Hawke y Ben Stiller, quien dirigió la cinta.
El libro de Coupland comenzaba con un dibujo -donde una chica que bebía un café decía «no te preocupes mamá, si el matrimonio no funciona siempre nos podemos divorciar», y estaba repleto de citas y definiciones laterales, como la de McJob («trabajo mal pagado, sin prestigio, sin dignidad, sin futuro, en el sector de servicios», por ejemplo), o subtítulos como «Deja el trabajo».
Posteriormente este artista publicó otros doce títulos, como Planeta Champú (1992), Microsiervos (1995) y iPod (2006), aunque no volvió a tener el mismo éxito que en su debut. También publicó dos obras teatrales y varios títulos de no ficción, además de sus trabajos como artista visual.
El artista conoce Chile desde hace mucho: «Vengo una vez por año a quedar con amigos en Pirque. Me encanta estar allí». Entre los artistas locales destaca al pintor Adrien Gouet, «que hace un trabajo notable. Comisioné una pieza suya hace algunos años».
Es muy crítico sobre el impacto de la tecnología. «Pienso que la clase media ha sido expuesta a una aberración social temporal en la historia humana, una que probablemente no se repetirá por varias décadas, si es que se repite», reflexiona.
«Con esta exposición ha llegado una conclusión enfermante: los sistemas alguna vez considerados esenciales para la clase media -cosas como las pensiones, y comida y medicinas confiables- están desapareciendo. Venezuela es probablemente la encarnación más dramática de este fenómenos».
En cuanto a Chile, le parece un país interesante, «porque es uno de los pocos que quedan donde la población aún aspira a ser de clase media. He estado en Brasil, y no tuve la misma sensación».
¿Cuáles han sido las principales consecuencias de este impacto, en una época donde la gente ya no va a fiestas para conocerse, sino que usa aplicaciones como Tinder o Grindr para tener sexo veloz?
«Esa es una gran pregunta», responde Coupland. «Creo que por ahora ayuda a la gente con una tecnología para encontrar todo lo que quieren con una velocidad y precisión láser. Sin embargo, pronto todos en este planeta tendremos el mismo superpoder, lo que sólo puede llevar a un proceso social ruinoso».
El artista advierte que la noción de Ilustración en Occidente será reemplazada «por la inevitable noción de que simplemente eres una unidad entre otras 7.400 millones. Esto es percibido como un ‘paso atrás’ por Occidente, pero a millones de personas que antes han estado marginadas les permite unirse al resto de la humanidad en igualdad».
¿Cómo imagina él el futuro de la clase media en relación a la tecnología, en un momento en que muchos no entienden cómo antes se podía vivir sin aplicaciones como Whatsapp?
«Creo que esa pregunta no se puede responder. Los productos sólo pueden evolucionar orgánicamente desde los lugares más extraños, y una vez que eso ocurre parecen obvios y pronto se toman por garantizados».
