Publicidad
Paleontólogo asegura que una sexta extinción se aproxima y no sería causada por cambios climáticos Esta controvertida teoría fue presentada por Ricardo Fariña en el Congreso del Futuro

Paleontólogo asegura que una sexta extinción se aproxima y no sería causada por cambios climáticos

Al largo de la historia de la Tierra han ocurrido 5 grandes extinciones en masa de la biodiversidad en periodos geológicos correspondientes. La más famosa fue la de los dinosaurios, eternizada en el audiovisual por las innumerables películas y animaciones que conquistan hasta los niños sobre un mundo dominado por los reptiles gigantes. Sin embargo, investigadores indican que la biodiversidad camina hacia una sexta extinción y el mayor culpable no es el aumento de la temperatura del planeta sino la prominencia propiamente del ser humano en la Tierra, y que la sexta extinción comenzó en el mismo momento en que aparecimos nosotros.


En todos los periodos de la Tierra, las extinciones masivas fueron marcadas por catástrofes de magnitudes bíblicas que han afectado a todo el ecosistema, extinguiendo las especies y alterando la estructura geográfica del planeta. La última gran catástrofe ocurrió hace 65 millones de años y fue justamente la que extinguió los dinosaurios. Entre las teorías más extendidas y latmente difundidas figura el choque de un cuerpo extraterrestre contra la Tierra.

Ahora en las primeras décadas del siglo XXI, algunas líneas teóricas de científicos dicen que por cuenta de la rápida defaunación actual y por los cambios climáticos, estaríamos caminando hacia una sexta extinción. El tema fue explorado en una charla en el primer día del Congreso del Futuro por el geólogo chileno Mario Pino, el paleontólogo uruguayo Ricardo Fariña y el doctor en paleontología y biólogo marino, Bruno David.

En entrevista a El Mostrador C+C Ricardo Fariña habló acerca de cómo sus pesquisas lo llevaron a una conclusión altamente controvertida y diferentes a los discursos que priman en los congresos y simposios: que la degradación de la biodiversidad no es culpa del cambio climático, si no de la prominencia de la especie humana propiamente tal.

“Estas extinciones se explican hoy por teorías, que aún son cuestionables, que hablan del impacto de cuerpos espaciales sobre la superficie terrestre. La defaunación, en tanto, ocurriría principalmente por la acción humana, de modo que esta ‘sexta extinción’ empezó en tiempos pre-históricos. El impacto humano sobre la naturaleza y sobre la biodiversidad empezó desde esa época”, sostuvo.

El paleontólogo explica que desde el comienzo del período Cambriano hasta el presente, más o menos hace 541 millones de años, 5 han sido las extinciones masivas que han acabado todo sobre la Tierra. Hubo extinciones como la que ocurrió entre el Triásico y el final del Pérmico, al final de la era Paleozoica que fue la peor de todas, donde un 95% de las especies se extinguieron.

Mega fauna en Sudamérica

Según las pesquisas de Fariña, el continente sudamericano fue unos de los más ricos en mega fauna en el periodo del Pleistoceno. El paleontólogo se dedica a estudiar la región que corresponde a Uruguay, norte de Argentina y el sur de Brasil. Hallazgos indican que los animales presentes en ese sector a veces superaban mucho en tamaño a los popularmente conocidos en otras partes del mundo.

“En esa región, hubo una fauna espectacular de grandes mamíferos con hasta 12 especies de más de una tonelada que vivieron juntas. Al final del Pleistoceno se puede encontrar entre estas especies, varios folívoros gigantes, gliptodontes que son como armadillos gigantes, hay también animales como toxodontes que no tienen parientes próximos hoy con una escala menor de tamaño, pero aún así muy impresionantes. Hubo también tigres dientes de sable mucho más grandes de los que habían en la Norteamérica y que llegaba a los 200 Kg. Los que teníamos en Sudamérica llegaba hasta 400 kilos”.

El paleontólogo sigue ponderando de manera crítica que aún hay mucho más por descubrir acerca del mundo pre histórico en tierras latinas, y que hace falta una valoración por parte de los investigadores locales.

“Nuestra Edad del Hielo fue muy más interesante que la de Norteamérica. No es culpa de ellos, es culpa nuestra, de los paleontólogos sudamericanos que no hemos hecho trabajos vueltos a nuestra región para divulgar esto”.

Fariña indicó que algunos fósiles de esta mega fauna sudamericana presentaban marcas características de herramientas humanas, lo que llevó el investigador a la conclusión que el ser humano habitó la región en el período, que coexistió con estas bestias. Eso refuerza la teoría del paleontólogo de que la presencia humana es uno de los factores que provocaron las grandes extinciones y no necesariamente los meteoritos.

“Esa mega fauna fue muy impresionante y se extinguió hace 10 mil años por el impacto humano. Es evidente que contingentes humanos van llegando a continentes donde hay muchos animales gigantes, y como no los identifican los sienten como amenaza. Así, los seres humanos van dominando diversos sitios con una tecnología de caza cada vez mejor y eso hace que sea fácil la extinción en animales que son ingenuos porque no perciben una potencial amenaza en los humanos al ser una especie tan frágil y relativamente pequeña para ellos”.

Homo homini lupus

El investigador uruguayo reitera que la acción humana es la principal causa de las extinciones y no tanto el cambio climático. Fariña agrega que actualmente los cambios en la temperatura del planeta son factores inferiores en comparación a otros cambios que ya ocurrieron al largo de la historia del planeta. El científico destaca que muchas veces inclusive el factor de la elevación de la temperatura fue bueno para una mayor productividad de ciertas especies.

“Lo que hay de diferente ahora es la presencia humana cada vez mayor que llega a los rincones más distantes del planeta. Lo que ocurre es que hubo poca evidencia de esa interacción entre humanos y mega fauna. Hay algunos sitios que recientemente se encontraron marcas de esa interacción. Por ejemplo, yo tuve la suerte de encontrar evidencias de la presencia humana por marcas de cortes en huesos de animales. Cuando se habla del cambio climático, dicen que puede ocurrir en 30 anos, para mí no hay evidencia para sostener aquello. No se puede ver eso en un registro fósil, nosotros los paleontólogos vemos el fenómeno en escalas mayores. No estoy negando la importancia de la preocupación por el medio ambiente pero sí que estamos mirando el ruido y no la señal. El problema debe ser entendido en una escala de tiempo mucho mayor”, explica.

El significado de la expresión en latin Homo homini lupus, “El hombre es el lobo del hombre” como ha dicho el filósofo ingles Tomas Hobbes en su célebre obra Leviatán, puede ser aplicado a los estudios de evolución de las especies ya que el hombre sería una de las principales causas de las extinciones por su dominancia excesiva. Sin embargo, Fariña añade que esta dominancia deriva de algo que es común en todas las especies.

“Todas la especies intentan ganar más y más energía y extraer materia del ambiente donde viven para su sobrevivencia. Crecen y logran tener muchos descendientes a la medida del suceso evolutivo. En el caso de nosotros, el problema es que estamos teniendo un suceso demasiado grande”, aclara.

¿Cuál sería la solución entonces?

Para Fariña, nuestro cerebro es la clave que nos permitirá encontrar la solución que frene la extinción en masa de las especies actuales. Por nuestro órgano al ser más desarrollado, creamos la ética lo que en una visión muy optimista del investigador, hará la diferencia.

“Nuestro depredación del ambiente ha ocurrido por cuenta de nuestro cerebro, y es precisamente la capacidad del mismo cerebro humano de tener ética la que puede evitar la destrucción. Soy una persona muy optimista con relación a eso, ya que hace unos 40 años no existía en la conciencia de las personas una preocupación por el ambiente. Actualmente las discusiones políticas incluyen mucho la naturaleza en sus temas. Creo que encuentros como el Congreso del Futuro con especialistas en estos asuntos, hace que nuestra comunidad científica salga de sus cuatro paredes para popularizar el conocimiento y contribuir así a la concientización sobre la protección de la naturaleza, para que de aquí a unos 10 mil años, los animales de ahora no sean estudiados por paleontólogos, si no por zoólogos”, dice Fariña en un tono esperanzado.

El sentido de ética es útil para que se cuide de la biodiversidad, entretanto eso puede esconder una motivación un poco más egoísta. Conservar los ecosistemas tal como lo conocemos hoy día además de proporcionar el placer de identificarse con especies, puede ser útil para las pesquisas científicas que buscan extraer beneficios inexplorados de la naturaleza.

“No sabemos cual parte del comportamiento de los delfines nos van a ayudar a resolver un problema de la comunicación humana, o cual árbol de la Amazonia nos dará la cura para algún tipo de cáncer, entonces es una necesidad para nosotros cuidar del ambiente y existe aún el placer estético de vivir en un mundo en lo cual la biodiversidad existe tal cual desde el nacimiento de nuestra especie”, añade el paleontólogo.

Huir de la sexta extinción es una difícil tarea porque es propio de la naturaleza humana  el tener más hijos, dominar el ambiente, extraer materia y ganar más energía. La ciencia en ese sentido, conforme explica Fariña, apuesta a que la armonía de la sociedad con la naturaleza prime en el futuro, no buscando referencias en el pasado.

“Esa imagen bucólica del pasado con indígenas viviendo en armonía con el ambiente es falsa. Hasta el indígena más tribal tiene el mismo instinto de dominancia que nosotros, sólo que con menos tecnología de la que tenemos ahora”, concluye.

Publicidad

Tendencias