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Aquarius, la película que es una oda de resistencia a la corrupción

La polémica película del cineasta brasileño Kleber Mendonça Filho, viene conquistando la crítica internacional y ha generado un amplio debate acerca de temas que dicen respeto no sólo a Brasil, sino que son universales, tales como la influencia del mercado y la especulación inmobiliaria en la vida de las personas. Más allá de mostrar la lucha de doña Clara para no dejar que reemplacen el histórico edificio Aquarius donde vive por un nuevo rascacielos residencial en Recife, la cinta hace referencias a movimientos de protestas en Brasil que impidieron la invasión de las constructoras a áreas patrimoniales protegidas, como viene ocurriendo recientemente en Chile.


Aquarius es una película marcada por protestas que van desde el ámbito regional, nacional e internacional. Rodada en Recife, la capital del estado de Pernambuco, la cinta retrata en medio a un guión sensible y sencillo, como la especulación inmobiliaria está cambiando el paisaje de una de las aéreas más históricas de Brasil.

La trama ocurre en torno de la historia de vida de la periodista jubilada de 65 años, Clara (Sonia Braga) quien se resiste al desalojo de su departamento del edifico Aquarius, ubicado en el corazón de Boa Viagem, el sector más tradicional de Recife.

El edificio es una joya histórica perdida en un mar de rascacielos en el cual se ha convertido el borde costero de la ciudad.

Clara es constantemente importunada por Diego (Humberto Carrão), representante de una constructora que pretende transformar el edificio en el “Nuevo Aquarius”, una gran vivienda de lujo. La protagonista insiste en no abandonar el departamento que hizo parte de su historia y de  la de su familia.

Clara y sus sobrinos caminando por el sector costero de Boa Viagem – Crédito: Victor Jucá

Kleber Mendonça Filho, director y guionista de la película, explora en la obra diversos temas que van más allá de la memoria y la historia de vida de Clara y su relación con el simbólico edificio, como la especulación e influencia del mercado inmobiliario en la calidad de vida de sus habitantes y la destrucción del patrimonio y del paisaje histórico de Recife.

“Fueron muchas críticas en torno de la película. La repercusión internacional muestra que hay algo en la historia que no es tan específico de Brasil. La corrupción, la política nefasta, la manera como el mercado presiona las personas ocurre en todo el orbe. Es parte de la vida del mundo moderno”, señaló Mendonça al sitio brasileño G1.

La acrtiz Sonia Braga con el director Kleber Mendonça Filho – Crédito: Victor Jucá

Aquarius estrenó en Brasil en septiembre de 2016 y desde entonces ha sido una de las películas más comentadas en el país generando mucha polémica con relación al posición política de sus realizadores.

No sólo a nivel regional que Mendonça Filho se ha involucrado en temas políticos sociales de Brasil. La función de la película en el festival de Cannes en el año pasado, coincidió con el proceso de impeachment que sufrió la presidenta Dilma Rouseff.

Actores de la película llegaron a la alfombra roja francesa con carteles con frases de protesta en inglés: “Un golpe está ocurriendo en Brasil”, “54 millones de votos fueron quemados” y “Brasil no es más una democracia”.

Actores protestan en Cannes contra el impeachment de la ex presidenta de Brasil Dilma Roussef

La polémica del Oscar

A principios de agosto de 2016, el anuncio de los miembros del jurado definido por el Ministerio de Cultura de Brasil, que analiza los largometrajes nacionales que son elegibles a representar el país en los Oscar generó controversia.

El crítico de cine Marcos Petrucelli, de la Secretaria de Audiovisual Cultura del Gobierno, era el responsable por escoger los críticos especializados a unirse al comité. Meses antes, Petrucelli había criticado el acto de protesta del equipo de Aquarius en Cannes.

Comenzó entonces una discusión sobre la legitimidad del jurado que condujo a un debate en los medios especializados y en las redes sociales sobre una posible «censura» a la película por el gobierno de Michel Temer.

Por fin, el Ministerio de Cultura brasileño negó partidarismo, afirmando que la elección de los jurados se dio en un consenso entre las entidades representativas del sector audiovisual y que elegirían la cinta que mejor representarían el país en la disputa de los Oscar.

Ocupa Estelita

En entrevista a varios medios brasileños, Mendonça ha recordado el movimiento de protestas «Ocupa Estelita», que logró restringir la construcción de la “Nueva Recife”, un proyecto inmobiliario millonario de trece edificios, con el alrededor de 40 pisos cada uno, en una de las zonas históricas más privilegiadas de la ciudad, el muelle José Estelita.

Proyecto multimillonario de la «Nueva Recife» que se llevaría a cabo en el Muelle Estelita, zona patrimonial protegida de la ciudad.

Son varias las referencias que hace Mendoça en Aquarius al movimiento que llevó miles de manifestantes que a se establecieren en el área del muelle Estelita para evitar la demolición de almacenes que componen el paisaje histórico del puerto, para dar lugar a los edificios comerciales y residenciales de la “Nueva Recife”.

El movimiento logró en diciembre de 2015, después de dos años de protestas, que la Justicia Federal de Brasil anulara el remate del sector histórico a las constructoras y ordenó que el poder público no autorizara más obras en el lugar.

«La ciudad es nuestra» dice el cartel de protesta en uno de los almacenes ocupados por el Ocupe Estelita

Además, Mendoça Filho también borró digitalmente las conocidas “Torres Gemelas” de Recife en una de las escenas de Aquarius. Las dos edificaciones de 41 pisos y 134 metros de altura también protagonizaron polémica en la época de su construcción por haber sido realizadas en las inmediaciones de varios edificios históricos del muelle Santa Rita protegido por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional de Brasil.

Aunque hubiera protestas en contra de las torres que afectaban negativamente la visibilidad y el ambiente del patrimonio histórico debido a su enorme altura, la Justicia brasileña falló favorablemente a la constructora de las edificaciones.

Las polémicas «Torres Gemelas» de Recife fueron borradas digitalmente de la película

Cuando la película se estrenó, el efecto especial fue percibido y generó discusión en las redes sociales. Al comentar sobre el tema en su página de Facebook, Mendonça disparó: «Fue una gran tentación. La película es mía y quien manda en ella soy yo».

El paisaje patrimonial también peligra en Chile

El tema retratado en la película prueba ser universal. Se puede encontrar en Chile, proyectos de construcciones que han causado polémica similar a los de la “Nueva Recife”. Entre ellos están el mall Castro en Chiloé y mall Baron que será construido pronto en el puerto de Valparaíso.

Tanto el mall Castro como el Baron fueron criticados debido a sus proyectos construcción a una zona patrimonial, que cambian el paisaje histórico de la isla y del puerto. Actualmente la vista de Chiloé, caracterizada mundialmente por sus palafitos e iglesias de madera, ahora es compartida con un inmenso templo del consumo. No que el desarrollo económico de la región no sea bueno, pero conforme plantea el arquitecto Alberto Texido, académico de la Universidad de Chile, el cuestionamiento debe ser otro.

“Es un edificio desproporcionado, en un emplazamiento inadecuado, para generar una actividad comercial que de la cual nadie tiene duda de que la ciudad tiene que contar con ella, pero la pregunta es si en proporción y ubicación es adecuado. En el caso de Chiloé probablemente existía un mejor lugar para hacerlo, sin afectar el comercio preestablecido, que fuera lejano del centro urbano sin afectar la fachada marítima. El cuestionamiento no es si decimos sí o no a los centros comerciales sino que ¿estamos construyéndolos en las ubicaciones adecuadas y de manera adecuada?”, indaga.

Mall Castro cambia el paisaje de la isla de Chiloé

Según Texido, el tema central que involucra tanto Brasil, cuanto Chile u otros países que tienen puertos con un paisaje histórico que se debe preservar, es la falta de interés en generar espacios públicos en el borde costero donde la actividad portuaria ha retrocedido.

“Lo que ocurre en los puertos es que en vez de construirse espacios públicos se privilegia la privatización, es lo que hemos visto en Antofagasta, Puerto Montt, y eventualmente en Valparaíso donde se plantean comercios de gran volumen en espacios que podrían privilegiar el espacio público”, explica.

Proyecto del Mall Baron

En Brasil algunas de las protestas contra los proyectos inmobiliarios invasivos, como los de Recife, han obtenido éxito. Sin embargo, además de los cambios que ocurren con las manifestaciones de la gente es posible contar también con instituciones reguladoras que controlan la actividad de profesionales del área de la construcción. Por otro lado en Chile, conforme cuenta Texido, los gremios o comités éticos que existen son simbólicos ya que no hay una obligatoriedad de pertenencia a ellos para ejercer la profesión.

“Es necesario una mejor formación ética de los profesionales que ejecutan, diseñan, autorizan y normatizan estos tipo de proyectos. Además de esta discusión ética otra parte de la solución del problema son las posibilidades de corrección como cambios de ubicación y proporción de edificios en sectores históricos. Hay que encontrar maneras de reverter ese círculo vicioso que por ahora genera inversiones económicas, pero que van traer problemas en un futuro próximo”.

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