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Transmutación de Lorena Sulz: de científica experta en biomedicina a Dj de música electrónica los fines de semana La profesional es subdirectora de Investigación de la Escuela de Medicina de la Usach

Transmutación de Lorena Sulz: de científica experta en biomedicina a Dj de música electrónica los fines de semana

«Lo que más me atrae de la ciencia y la música es que ambas son procesos creativos trascendentales», contó al diario interno «USACH al Día». «La biología se encuentra en un marco lógico estructurado a partir de lo que se sabe. La música también tiene un marco, un poco más amplio, en el que se puede experimentar. En la ciencia hay que inventar un experimento para demostrar algo. En la música ocurre algo similar», explica.


La profesora Lorena Sulz es doctora en Ciencias Fisiológicas, pero en 2011 decidió iniciar un nuevo desafío: ser disc jockey de música electrónica. Y lo ha logrado, tocando los fines de semana en varios lugares de Chile, donde incluso se ha encontrado con alumnos.

Sulz es subdirectora de Investigación de la Escuela de Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas de la U. de Santiago y también integra el Centro de Investigación Biomédico y Aplicada (Cibap), un espacio en el que junto a otros académicos trabajan en ámbitos como la farmacología, la microbiología y el origen de enfermedades que afectan al ser humano.

«Gran parte de mis investigaciones las he dedicado al área de la regeneración neuronal. Actualmente, trabajo en los efectos que podrían tener algunas drogas en el desarrollo de la corteza cerebral”, explica al diario «USACH al Día».

Según el sitio djschool.cl, como música «es devota del sonido progressive y trance como su gran pasión (…) Su sonido se caracteriza por la influencia progressive con matices de sonidos suaves y profundos, sonando generalmente a eso de los 128 a 135 BPMs».

Como DJ ha tocado en sitios como Pub El Desmadre ‘Fiesta New Dj In Town’, ‘Earthfest’ (Escenario DNW Records), Espacio Estoril, Club Dot, Fiesta Night Feelings, Fiesta Groovin, Beats 4 Movies (Centro cultural GAM), Perversus, Open Mind Festival 2012 y Matinee Summer Tour 2013, entre otras.

Ciencia y música

“Lo que más me atrae de la ciencia y la música es que ambas son procesos creativos trascendentales”, asegura. “La biología se encuentra en un marco lógico estructurado a partir de lo que se sabe. La música también tiene un marco, un poco más amplio, en el que se puede experimentar. En la ciencia hay que inventar un experimento para demostrar algo. En la música ocurre algo similar”, explica.

En su casa de Ñuñoa, donde vive con su hija Javiera, de 24 años, Sulz tiene una pieza dedicada especialmente para componer y producir sus “DJ Set”, material que presenta en diversas fiestas y festivales como disc-jockey de música electrónica.

En el Cibap, en tanto, trabaja junto a otros diez investigadores, técnicos y estudiantes de postgrado.

“Nos dedicamos a las ciencias básicas enfocadas a problemas de salud humana, como farmacología, microbiología y origen de enfermedades”, explica. Y si bien gran parte de sus investigaciones las ha dedicado al área de la regeneración neuronal, actualmente trabaja en los efectos que podrían tener algunas drogas en el desarrollo de la corteza cerebral. Esto, a través de anfetaminas modificadas.

Amor por la ciencia

Lorena Sulz nació en 1971 y creció en la comuna de Maipú. Desde su infancia decidió que quería ser científica.

“Me gustaba investigar, conocer y preguntarme cosas”, advierte. “Mi mamá y mi papá siempre me incentivaron sobre mis inquietudes. Mi papá me regaló un microscopio de plástico”, recuerda con nostalgia.

“Disfrutaba mucho los programas de televisión como ‘Mundo’ y ‘Cosmos’. Fueron gravitantes para que me dedicara a la ciencia. Cuestionarlo todo y no dar nada por hecho. También me encantaban los Apuntes de El Mercurio, que traían experimentos para desarrollar en la casa”, agrega. Además, era fanática de los patines y practicó el canotaje durante toda su época como escolar.

En 1989 ingresó a la Pontificia Universidad Católica a la Licenciatura en Ciencias Biológicas. Luego sería el turno para un magíster en Biología Reproductiva, en la Universidad de Chile. Su profesor guía fue el Premio Nacional de Ciencias Horacio Croxatto. Más adelante volvería a la Universidad Católica. Esta vez, para sus estudios de doctorado en Ciencias Fisiológicas.

Científica y melómana

Junto a la ciencia, el interés de Lorena durante su infancia se complementaba con la música.

“Mi abuela me compraba instrumentos musicales, pero no era capaz de tocarlos. Mi hermano tiene todos los genes musicales de la familia”, confiesa. Sus habilidades estaban en otras facetas.

“Mi mamá siempre participó en grupos folclóricos. Por ejemplo, cuando estudió en la Usach. Después, trabajando en la Contraloría General de la República creó un nuevo grupo, lo mismo que cuando se trasladó al Indap. En éste último bailé durante quince años”, comenta.

Fue alrededor de 2011 cuando decidió retirarse del grupo folclórico. Junto a la investigación científica necesitaba tiempo para un nuevo desafío: disc-jockey de música electrónica.

Pero, ¿por qué la electrónica? En su caso, se trata de un estilo que surgió a partir de influencias de sonidos electro-pop del new wave.

“Siempre fui muy melómana y escuchaba todo tipo de música, folclor, rock, los clásicos alemanas como Beethoven”, advierte.

Abrirse a todas las posibilidades

“Me gusta contar una historia cuando elaboro un DJ Set, que puede durar entre una y dos horas. Todo depende de si te programan al principio, a la mitad o al cierre de la fiesta”, explica. La misma que define su casa prácticamente como un centro cultural. No solo porque ahí compone y ensaya, sino también por toda la gente de diversos ámbitos artísticos que la visita.

Cuenta con dos cd player y un mezclador, mientras que el material lo consigue de portales de música especializados en electrónica.

“También compongo mis propias creaciones. Como toda manifestación de arte, reflejan un estado de ánimo”, aclara.

No oculta su emoción por cada vez que se ha encontrado con sus estudiantes, esta vez como DJ.

“Recién se enteraron en 2012, cuando toqué en el ‘Open Mind Fest’, un festival organizado por el Movilh que transita por la Alameda y pasa frente a La Moneda. Mi nombre aparecía en los afiches que pegaron por todo Santiago. Hay varios que me preguntan al final del semestre y me cuentan que cuando estudian escuchan mi música”, reconoce con una risa.

En ese sentido, advierte que un DJ por definición es un consumidor de música.

“Hay que estar abierto a todo tipo de influencias, tal como ocurre con los científicos. No puedes encasillarte en una sola idea, por más dogmática que sea. Los resultados deben interpretarse de forma abierta”, asegura. “Hay que atreverse a romper con los cánones, igual que con la música”, añade.

Tampoco duda en agradecer el reconocimiento que recibe cada vez que participa en alguna fiesta.

“Lo mismo cuando los estudiantes me expresan su satisfacción por haber entendido algún contenido. Y también cuando le explico a alguien sobre alguna investigación en la que estoy trabajando y ves que en su cabeza se le enciende una ampolleta. Eso es genial”, plantea.

Mientras escribe algún paper científico, suele escuchar música que podría ser útil para alguna presentación. Y mientras se desempeña como DJ, surgen ideas para algún experimento en el laboratorio. “Las dos facetas conviven en mí en todo momento. En ningún caso soy Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, aclara.

Se presenta viernes o sábado por la noche. También en las mañanas, después de las fiestas. Incluso de día, en ferias y eventos. “A veces, con un grupo de amigos, nos instalamos en algún parque con nuestros equipos y tocamos libremente”, confiesa. También la invitan a fiestas en otras ciudades del país. “He tocado en La Serena, Rancagua, Talca. En mayo iré a Puerto Montt”, anticipa.

 

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