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La tétrica visión tecnológica de Hollywood ya es una realidad

La tétrica visión tecnológica de Hollywood ya es una realidad

La realidad en 2017 es más aterradora que en el «distópico futuo» imaginado en la novela «El Círculo» de Eggers, la cual fue adaptada al cine.


Por Leslie Hook*

“El saber es bueno, pero saberlo todo es mejor” dijo Tom Hanks mientras se dirigía a un auditorio de empleados entusiastas en su nueva película, El Círculo. Los empleados asienten con la cabeza, compartiendo los comentarios de Hanks en sus cuentas de redes sociales. El personaje de Hanks es el director de una siniestra empresa de tecnología que presenta un ejército de pequeñas cámaras que se ubicarán en todo el mundo. La omnisciencia está sólo a un clic de distancia.

Esta escena busca ser perturbadora pero cuando la vi hace poco en un cine de San Francisco, la audiencia no parecía impresionada con este símbolo ahora tan conocido. Mientras aparecen los créditos de la película, un amigo que trabaja en Google se acercó a mí para susurrar “cuando empezamos, parecía algo tan increíble; y ahora, muchas de estas cosas ya pasaron”.

Recuerdo cuán proféticas parecieron alguna vez las ideas de la película El Círculo, basada en la novela escrita por Dave Eggers en 2013. Mi hermano me regaló una copia del libro poco antes de que me mudara a San Francisco. Cuando llegué, descubrí que los slogans del libro como “Compartir es ser solidario” o “La privacidad es robo” fueron importados al léxico de Silicon Valley.

Eggers describe un mundo en el que las vidas de las personas son cada vez más públicas, y sus personajes se creen la idea de que más información puede hacer más perfecta a la raza humana. Cuatro años después, muchas de las prácticas que él imaginó se volvieron normales. Todos los días las personas transmiten miles de videos en vivo de sí mismos en las redes sociales. Los aparatos de Apple rastrean el ritmo cardíaco de sus usuarios, los ciclos del sueño y su música favorita. Gracias a Snapchat, ahora es totalmente normal usar un par de lentes de sol con una cámara de vídeo integrados al marco.

Pero el problema en El Círculo es que, en 2017, la vida real ya es bastante más espeluznante que el “futuro antiutópico” imaginado un par de años antes. La película apunta al uso excesivo de las redes sociales, pero no al del auge de la inteligencia artificial (IA). Los algoritmos computacionales no solamente están recolectando tu información, sino que también la analizan para aprender cómo te comportas y, eventualmente, lo que piensas o sientes.

Esta omisión hace sentir como si el tema ya hubiese sido asumido. Más allá de las preocupaciones acerca de la privacidad, un problema más preocupante es el de cómo se controlará la IA y de cómo estos algoritmos usarán sus asombrosos poderes de predicción.

Analicemos el caso de Echo Look de Amazon, que combina una cámara con una asistente de voz llamada Alexa. El dispositivo fue lanzado el mismo día que se estrenó la película. Toma una foto de tu atuendo con la cámara Echo Look y Alexa usará IA para darte consejos de moda. Su poder de análisis y de intrusión, dicho sea de paso, ya superó cualquier idea presente en la película.

Sin embargo, Eggers acertó en algo: mientras que las redes sociales se vuelven más invasivas, existe un grupo creciente de gente que elige abstenerse por completo de ellas.

En la zona de la bahía de San Francisco, este grupito se está volviendo cada vez más visible. Hay ejecutivos de tecnología que se van a retiros en los bosques que prometen enseñar a los adultos a vivir sin sus teléfonos.

Al menos cuatro de mis amigos ya han borrado permanentemente sus cuentas en Facebook. Hay  incluso gente que todavía usa Facebook pero que están posteando información personal de manera menos frecuente, y este es un problema que la empresa reconoció que está tratando de resolver.

En una aparición pública junto a Jack Dorsey, el director ejecutivo de Twitter, los actores de la película El Círculo hablaron de sus ganas de desconectarse.

“Fui tú”, le dijo  Hanks a Dorsey mientras conversaban durante una transmisión en vivo en Twitter. “No me ejercité ni comí como tú, pero fui tú”, bromeó. Dorsey dijo que no, poniendo su mano en ademán de prevenir aquella acusación.

El actor Patton Oswalt preguntó “¿Qué pasaría si la próxima moda entre los millennials, lo que sería genial ser, fuera decir “Oh, yo no tengo presencia on line”?”

“¿Acaso no sería genial, Jack?” pregunta Hanks, mirando a Dorsey. “Sería asombroso”, afirma Dorsey, acomodándose nerviosamente en su asiento, antes de cambiar de tema.

La mayor parte de los espectadores podrían tener una leve inquietud acerca de su privacidad en línea. Pero en cuanto a los ejecutivos de las redes sociales, el poder de la desconexión de sus usuarios es algo igualmente preocupante.

* Traducido por Natalia Bastías Vergara, Traducción Inglés Español Universidad Arturo Prat de Iquique (UNAP)

 

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