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Contra la corriente: académico propone que profesores usen los celulares como herramienta pedagógica Explica que el tema es cómo utilizar los aparatos

Contra la corriente: académico propone que profesores usen los celulares como herramienta pedagógica

La iniciativa podría incluso «solucionar un problema mucho más grande, que es que no hay los laboratorios suficientes”, sostiene Juan Silva, director del Centro de Investigación e Innovación en Educación y TIC (CIIET) de la Universidad de Santiago. Lamenta que aunque el Mineduc mantiene una campaña con indicaciones precisas para que los docentes incorporen las tecnologías en sus clases, estas no son obligatorias.


Un académico de la Universidad de Santiago propuso que, a contrapelo de lo que pudiera creerse, el celular no sólo debe entrar al salón de clase, sino ser usado como herramienta pedagógica para enseñar contenidos a los estudiantes.

Una reciente encuesta de la ONG Datos Protegidos indica que el 89% de los niños entre nueve y trece años accede a Internet a través de dispositivos propios, y que dos de cada tres tiene cuenta de Facebook.

Para el especialista en informática educativa y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Juan Silva, el fenómeno no es negativo en sí mismo, ya que depende de cómo los niños utilizan estos aparatos.

“Integrar el celular como herramienta pedagógica dentro del aula podría, incluso, solucionar un problema mucho más grande, que es que no hay los laboratorios suficientes”, señaló el medio interno «U. de Santiago al Día».

Uso cotidiano

Su opinión es compartida por otros expertos. «Si el uso es controlado y dirigido por el profesor para fortalecer actividades formativas y pedagógicas con los estudiantes, podría utilizarse, aunque con alumnos de cierto nivel, de enseñanza media», señaló Mario Leyton, Premio Nacional de Educación.

«Hoy los niños están son más avezados que nadie y pueden manejar ese instrumento mejor que los adultos», agregó, quien agregó que otra cosa muy distinta es que «los estudiantes lleven el celular para estar distraídos en hora de clases. Eso no es aceptable».

Mario Santibañez, finalista en 2017 del Global Teacher Prize, también está de acuerdo con Silva. «El celular ya es un aparato de uso cotidiano. Los profesores estamos pegados al teléfono, también los apoderados, entonces pedirle a los estudiantes que se desconecten es medio incoherente con la realidad que tenemos. Obviamente no significa que vayamos a estar todo el rato en Facebook, sino que debemos descubrir las potencialidades que tiene el celular».

Normas no vinculantes

El profesor Silva, quien es director del Centro de Investigación e Innovación en Educación y TIC del plantel, admite que muchos padres desconocen las ventajas y riesgos que implica ser usuario de una red social. Sin embargo, asegura que el problema podría resolverse si se incorporaran decididamente estas tecnologías en la formación escolar, a fin de que los estudiantes más pequeños comprendieran su relevancia junto a profesores en las distintas salas de clase del país.

El académico lamenta que aunque el Ministerio de Educación mantiene una campaña con indicaciones precisas para que los docentes incorporen las tecnologías en sus clases, estas no son obligatorias.

“Quedan en tierra de nadie y, por lo tanto, el que quiere sigue las directrices del Ministerio”, critica. Por eso, recomienda que los colegios designen un delegado o responsable de implementar estos consejos.

Accesibilidad

Santibañez destaca que todos los equipos celulares traen software de accesibilidad, «por ejemplo, que te lean algo escrito, que vibren cuando tocas algo, que amplifiquen la imagen si tienes problemas de visión. Esas herramientas ya existen, pero nosotros no las sabemos ocupar».

El docente ejemplificó con Lab for You, una aplicación que convierte el celular en un laboratorio portátil de ciencias. «Creo que la conexión a Internet es la pieza clave, porque nos da acceso permanente a la información. Así pasamos de una clase centrada en los conocimientos a una centrada en las habilidades».

«La habilidad sería, por ejemplo, indagar y buscar información. Para eso puede ser el celular nuestra fuente de información. Podríamos enseñar fuentes fidedignas de información, a diferenciar entre distintos tipos de fuentes», dijo Santibañez, para quien el uso del celular podría empezar en séptimo básico.

El docente recalcó que obviamente esto no significa estar toda la clase con el celular. «Significa que le saquemos provecho, le demos utilidad y que le mostremos a los estudiantes que hay una diversidad de formas de aprender y de enseñar».

«Igual sigo apostando a que la clase sea tan entretenida e interesante, y que los estudiantes estén tan motivados de participar, que dejen el celular de lado un rato», concluyó.

 

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