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Expertas internacionales en cine infantil: “nos falta mucho por transitar en el producir cine para niños” Entrevista a representantes de Argentina, México y Francia

Expertas internacionales en cine infantil: “nos falta mucho por transitar en el producir cine para niños”

Están de visita en el Festival de Cine «Ojo de Pescado», que concluye este sábado. Su objetivo es apoyarse mutuamente en lo que consideran prioritario, el promover el género de cine para niños, niñas y jóvenes y que se conozcan contenidos fílmicos de alta calidad, fortaleciendo la visibilidad que para ello brindan los festivales de cine.


Entre el 21 y 26 de agosto se está desarrollando en Valparaíso la sexta versión del Festival Internacional de Cine Ojo de Pescado. El certamen este año está presentando 76 filmes provenientes de 21 países y lo ha hecho con masiva asistencia de público, lo que confirma el alto interés por ver cine de calidad.

El evento congrega no sólo a un entusiaste público, sino también a expertos de diversos países que se especializan en el tema audiovisual para niños.

Una de ellos es Liset Cotera, directora y fundadora del Festival de Cine para Niños y no tan Niños de La Matatena AC, que hace pocos días culminó su 22º edición en Ciudad de México. Otras es Valeria Boggino, directora del certamen cinematográfico «Ojo al piojo» de Rosario, Argentina, que ya tiene siete años de existencia difundiendo cortometrajes internacionales, así como Ana Camuñas, representante del Festival de Cine «L’Enfant & le 7ème art» de París, Francia, que este año efectuó su edición número 24.

Al igual que para la directora del Festival de Cine Ojo de Pescado, Alejandra Fritis, su objetivo es apoyarse mutuamente en lo que consideran prioritario, el promover el género de cine para niños, niñas y jóvenes y que se conozcan contenidos fílmicos de alta calidad, fortaleciendo la visibilidad que para ello brindan los festivales de cine.

Boggino, el documentalista Felipe Correa y Cotera.

Experiencia mexicana

El festival de La Matatena es el segundo certamen cinematográfico más antiguo después del prestigioso festival de Guadalajara en México.

Liset detalla que “iniciamos con el objetivo de crear este festival para poder ser una opción cinematográfica real y de calidad para los niños y niñas en México. Hoy, a 22 años de distancia, para nosotros es un gran reto el poder convertir esto en una política pública. Esto requiere de un enorme trabajo, que nosotros hemos construido desde una sociedad civil organizada.”

Liset enfatiza que trabajar en el diseño conjunto de una política pública es parte del desafío de poder impactar a más niñas y niños.

“Todavía los países tenemos mucho que transitar. Me considero una promotora del cine para niñas y niños, considero que el género existe, hay muchas personas en el medio cinematográfico que dicen que es cine para la familia, yo les digo que no, es cine para niñas y niños. Creo, en ese sentido, tal como este festival Ojo de Pescado y otros más como Ojo al Piojo que se hace en Rosario, en que nuestra intención es poder ofrecer una opción cinematográfica de las mejores producciones y de las más recientes”.

Para ella el contacto del cine de calidad y con contenidos adecuados a cada edad, con niños y niñas, es fundamental, “porque a los niños los convierte en ciudadanos del mundo y creo que el cine tiene la capacidad de tocar muchas emociones, te hace empático”.

Ojo de Pescado y La Matatena han recorrido caminos diferentes pero Liset opina que “curiosamente tenemos las mismas metas, creo que podemos generar una red muy comprometida, en donde podamos apoyarnos y podamos compartir estas inquietudes con respecto al cine y los niños”.

Ahora recuerda los años en que arrancó con las primeras ediciones de su festival.

“Empecé a descubrir este mundo del cine para niños, y a conocer las políticas públicas que tienen países como Alemania, como los daneses, donde han podido generar toda una estructura en materia de atender las miradas de las niñas y niños. Dinamarca se considera el paraíso para el cine para niños. Desde los años 80 dentro de la política pública el 25% está asignado para hacer cine, con recursos que deben ir asignados para producir y realizar películas para niñas y niños. Es una política que me parece maravillosa, porque eso marca, porque como país dicen ‘a mi me interesa las niñas y niños’», comenta.

Ana Camuñas.

Apoyo municipal en Argentina

La experiencia argentina es algo diferente. El municipio de Rosario “hace dos décadas decidió pensar en la infancia, como en ciudadanos del hoy, con voz, con poder de decisión, con derecho a pensar la ciudad», comenta Boggino.

«Las ideas ya se pueden ver plasmadas en los espacios públicos de la ciudad, con dispositivos artísticos, pedagógicos y de inclusión social, donde los niños y las niñas son protagonistas. Un ejemplo potente de ello es el Consejo de Niños de Rosario”, señala.

No obstante destacar esa mirada de su municipio, la argentina comparte el análisis de la mexicana.

“Creo que estamos en una etapa de empezar a andar ese camino de producir contenido audiovisual de calidad para los niños que es una tarea y una responsabilidad enorme, muy grande. Porque implica mucho respeto por el público al cual va dirigido, mucho conocimiento de las visiones del niño, de los sueños, de los derechos, de lo que ellos quieren, que cosas se empoderan. Y la programación en nuestros festivales debe ser un reflejo también de producción integral, pensada para ellos y también en esto apuntamos a construir una mirada sobre el cine desde la niñez y desde la infancia, entonces, es una tarea de programación y de coordinación muy importante de quienes hacemos festivales”.

Festivales de cine caminando en la misma dirección

La mexicana asegura que “en Matatena nuestra propuesta es hacer que los niños transiten de ser un espectador pasivo a ser unos hacedores de sus propios cortometrajes».

«Ese es otro proceso, donde por una parte está la producción, porque es importantísimo que en nuestros países se produzca cine para niños, y por otra parte, que los niños reciban herramientas para que conozcan el lenguaje cinematográfico. Siento que estamos caminando en la  misma dirección, buscamos los mismos objetivos, hay una sensibilidad muy especial y hay una comunicación abierta, fraterna”, dice.

Cotera se confiesa emocionada, “porque cuando te encuentras con personas que creen en lo que estamos haciendo, donde hay personas que están igual de entusiasmadas y que les parece que esto es maravilloso y es que es un proceso muy lindo. ¿A qué podemos llegar?»

«Creo que estamos en la misma frecuencia, creo que se pueden unir fuerzas en el momento en que programamos y podemos quizás compartir gastos y podemos compartir largometrajes. O quizás en Ojo de Pescado, Alejandra tiene materiales que yo no conozco que se están gestando aquí en Latinoamérica. En México nos pasa que no tenemos mucho acceso a la producción latinoamericana y que nos encantaría saber que se está gestando en cine para niños y niñas y en ese sentido los festivales son primordiales”, explica.

Contacto en Francia

Camuñas, por su parte, se manifiesta sorprendida, porque aunque se trata de certámenes cinematográficos tan distantes, “hay muchas cosas en común, en lo que se hace aquí, veo que hay mucha energía en hacer algo bueno para niños y niñas”.

Está muy contenta por poder conocer en primera línea el trabajo del único festival de cine latinoamericano con quienes tienen trabajo sostenido ya hace dos años, con intercambio de filmes y programación conjunta.

“Vamos a seguir compartiendo películas y luego desarrollaremos un proyecto con escuelas para un intercambio audiovisual entre Francia y Chile”, asegura.

Ana explica que Francia es un caso especial, porque hay mucha intención política en educar, en introducir la cultura y la educación artística a las escuelas bastante fuerte. Este proceso se dio en primera instancia con la música, luego las artes plásticas y después el cine hacia fines de los años 80.

«Por eso existen muchas asociaciones y muchos proyectos que giran en torno a introducir el cine en la infancia como instrumento socializador, de unión, donde el hecho de ver películas te permite conocer otras culturas. El cine tiene mil posibilidades y si empezamos en la infancia luego los niños serán más críticos cuando sean mayores, y serán más libres para elegir”.

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