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Natalia Lafourcade en Chile: una noche de musas y raíces Opinión

Natalia Lafourcade en Chile: una noche de musas y raíces

El reencuentro entre Natalia y su público chileno fue emotivo (su primer concierto aquí fue en el teatro Cariola en noviembre del 2016), al punto que la mexicana rompió en llanto mientras interpretaba la tercera canción del concierto, la multipremiada Hasta la raíz. La razón de esto –explicó— fue la sorpresa que le causó escuchar al auditorio corear sus canciones. Se presentó el pasado viernes en el Teatro Coliseo de Santiago.


Como parte de la gira promocional de su más reciente producción, Musas (Sony Music, 2017), la cantante y compositora mexicana Natalia Lafourcade ofreció un recital en el Teatro Coliseo de Santiago el pasado viernes primero de septiembre.

Musas, el quinto álbum de estudio de la artista nacida en Ciudad de México, reúne una selección de cinco temas de su autoría y siete clásicos del repertorio latinoamericano entre los que destacan canciones de Agustín Lara, Simón Díaz, Mercedes Sosa y Violeta Parra.

Todas las fotografías: Dago Martínez

El reencuentro entre Natalia y su público chileno fue emotivo (su primer concierto aquí fue en el teatro Cariola en noviembre del 2016), al punto que la mexicana rompió en llanto mientras interpretaba la tercera canción del concierto, la multipremiada Hasta la raíz. La razón de esto –explicó— fue la sorpresa que le causó escuchar al auditorio corear sus canciones.

“Nunca pensé que vendría a Chile con mi arte… sí en plan familiar, porque también soy mitad chilena, poh”, señaló Lafourcade ante un auditorio –abrumadoramente joven—  que hizo retumbar  durante varios minutos la sala del Coliseo.

Natalia es hija de Gastón Lafourcade Valdenegro (músico y profesor universitario radicado en México desde 1973), y sobrina del escritor Enrique Lafourcade. Creció rodeada en el tropical estado de Veracruz, rodeada de música y arte.

Quizá por eso Natalia conectó de inmediato con el público chileno, que al parecer se dio a la tarea de escuchar atentamente durante estos dos años sus discos, así como de abrirse a la sensibilidad de esta artista que pertenece a una generación de  mexicanas que, sin duda alguna, llevan la delantera en la escena musical del país centroamericano (baste recordar nombres como Julieta Venegas, Lila Downs, Cecilia Bastidas, y las más jóvenes Ximena Sariñana y Carla Morrison).

Todas las fotografías: Dago Martínez

Durante aproximadamente dos horas y media, la mexicana hizo gala de una madurez vocal, interpretativa y de manejo escénico que ya se adivinaba hace dos años en su presentación en el Cariola.

El anterior recital de Natalia en Chile coincidió con el momento en que su disco Hasta la Raíz (2015) ganaba –sorpresivamente—  cinco premios Grammy Latino, incluido el de Canción del Año por el tema que da nombre al álbum.

Pero en esta ocasión, y ya repuesta del éxito de su anterior trabajo, Lafourcade se afirma en un estilo propio, apoyado en las raíces de la cultura mestiza y milenaria que alberga su tierra.

En la grabación de Musas participaron Los Macorinos, guitarristas de la recientemente fallecida  Chavela Vargas. La impronta de estos músicos veteranos se hace sentir en cada una de las canciones de este disco, que próximamente dará a luz un segundo volumen, pues el primero sólo alcanzó a recoger doce de los treinta temas que Natalia y los Macorinos trabajaron juntos.

Todas las fotografías: Dago Martínez

La velada del Coliseo resultó espléndida en todos los sentidos. Seguramente la próxima visita de Natalia Lafourcade a Chile requiera un foro más amplio, pues los fieles de la mexicana –esa generación de jóvenes veinteañeros amantes de los boleros y la esperanza— se reproducen a gran velocidad.

 

Todas las fotografías: Dago Martínez

Todas las fotografías: Dago Martínez

Todas las fotografías: Dago Martínez

Todas las fotografías: Dago Martínez

Todas las fotografías: Dago Martínez

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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