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Lo mejor del cine documental interactivo llega a Valparaíso en la segunda versión de DocsBarcelona El evento se desarrolla del 29 de septiembre al 6 de octubre

Lo mejor del cine documental interactivo llega a Valparaíso en la segunda versión de DocsBarcelona

El documental interactivo es un género que apela a la acción del espectador, siendo muy utilizado por los realizadores contemporáneos a la hora de tratar causas sociales y políticas. Chile ha sido uno de los más destacados expositores del género.


DocsBarcelona Valparaíso trae lo mejor del cine documental desde el 29 de Septiembre al 6 de octubre a la ciudad puerto. Con documentales nacionales en competencia, además de premiadas cintas internacionales, la parrilla del festival promete, en su segunda versión, abarcar diferentes temáticas y traer a la pantalla grandes historias de la vida real.

Uno de los destacados en esta ocasión es el documental interactivo, un género que apela a la acción del espectador y que ha dado que hablar en el último tiempo, especialmente cuando se trata de distintas causas sociales, ecológicas y políticas.

El más claro ejemplo es el Proyecto Quipu, un documental dirigido por la chilena María Ignacia Court y su colega peruana Rosemarie Lerner que denuncia el programa de esterilización masiva que implementó durante los años 90 el ex presidente peruano Alberto Fujimori, como parte de su política para reducir la pobreza. De hecho este proyecto es parte de una muestra que se puede ver hasta el 24 de septiembre en el centro cultural Matucana 100.

DocsBarcelona es un proyecto que lleva veinte años en Barcelona, cinco en Medellín y ahora se realiza por segunda vez en Valparaíso. Además cuenta con 96 salas en todo el continente que todos los meses exhiben el «Documental del Mes».

Definiciones

Varios expertos en este género serán parte del evento y darán charlas y talleres. Son Louis-Richard Tremblay (National Film Board, Canadá) y Arnau Gifreu (DocsBarcelona, España) y Zeina Aby Assy, del Tribeca Film Institute.

Gifreu define el género como «un tipo de proyecto en el que no hay linealidad. Al espectador se le exige un tipo de respuesta que permita avanzar la historia en base a sus decisiones», y realiza una analogía con los libros para niños y jóvenes que existían en los años 80 y 90 donde la lectura avanzaba según las opciones que tomaban sus lectores.

«No hay una sola definición de documental interactivo, y por eso su potencial y posibilidades no tienen fin», señala Assy. «Los medios interactivos dependen, mayormente, de la interacción de la audiencia con la narrativa, ya sea hablando, tipeando, etc. En ese sentido, requiere que la audiencia sea un agente activo» para la historia.

«Es una experiencia comprometedora, donde las opciones te permiten avanzar y profundizar en la creación de la historia y una perspectiva personal de un tema», complementa Tremblay.

Características

El canadiense agrega que entre sus características se cuenta que las obras se experimentan en acciones que enlazan a personas con computadores, o la vinculación de unas con otras, como sucede en el caso del Proyecto Quipu. Éste posibilita a las mujeres afectadas por la esterilización incorporar su testimonio al documental.

Para Assy la clave es la participación del público, «y lo que eso significa es infinito, dependiendo de la historia, el proyecto, la experiencia y el creador.

«Los mejores documentales interactivos son aquellos que son conscientes de sus sujetos y, al mismo tiempo, buscan formas no convencionales para conectar con la audiencia a la cual apuntan».

Y si bien es cierto que por su tendencia al activismo suele estar vinculado a temas como la guerra, zonas en conflicto y comunidades en riesgo (jóvenes, mujeres), «también he visto obras excelentes que simplemente tratan de mostrar la vida en otros sitios, no con la idea de generar empatía, sino para capturar el potencial, la rareza o singularidad humana».

Su característica «transmedia» también es central, con la combinación de diversas plataformas y expresiones, como el cine, la fotografía y audios, destaca Gifreu, con una serie de instrucciones que debe seguir el espectador, ya sea en un computador, un celular o unas gafas de realidad virtual.

Los desafíos del género son su costo, los aspectos tecnológicos y las nuevas exigencias del público, especialmente juvenil, con su fijación por Internet y los celulares.

Los mejores exponentes

«Moss Landing» (Apple Multimedia Lab, 1989) es considerado por muchos el primer documental interactivo de la historia. Cuenta un día en ese lugar de Estados Unidos. Gifreu calcula que hasta la fecha se han producido más de 500 obras, especialmente en Francia y Canadá, como países de gran tradición fílmica y tecnológica, además de una fuerte tendencia a la innovación.

Hay varios documentales interactivos que ya están entre los mejor del género. Además de la citada «Quipu», Assy nombra la «6×9» (EEUU, que muestra sobre cómo es estar 23 horas al día confinado en una celda de 6 por 9 pies); «Zero Days» (EEUU, sobre el virus Stuxnet de Internet); «Hollow» (EEUU, sobre la vida en un sector rural de Virginia Occidental); y «Do Not Track» (EEUU, sobre la privacidad y economía web).

Tremblay agrega «Snow fall», una experiencia interactiva del diario New York Times, vinculada a la avalancha de Tunnel Creek, un accidente ocurrido en 2012 en Estados Unidos, donde un grupo de esquiadores estuvo en grave peligro, mientras Gifreu resalta «Alma», sobre las maras en Centroamérica y «High-Rise», una reflexión sobre los guettos verticales y el anonimato en los rascacielos.

En Latinoamérica, en tanto, los principales productores son México, Brasil, Argentina (especialmente Rosario), Colombia y Chile.

«Chile tiene para mí un grupo de documentalistas muy talentosos», asegura Gifreu. Destaca que Latinoamérica nunca ha sido capaz de llevar un documental interactivo al principal festival mundial de documentales, el IDFA (Holanda), con excepción de los chilenos, específicamente a la sección DocLab, con los proyectos MAFI, de Christopher Murray, VOSE, de Rosario González, y el citado Quipu.

«¿Es una casualidad que hayan llegado tres veces en cinco años? No creo. Hay un talento en Chile descomunal. Y ese talento se puede traducir en Patricio Guzmán, en películas lineales o gente que quiera hacer cosas nuevas, experimentar otro lenguaje», concluye.

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