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El fotógrafo submarino que asombra a científicos de todo el mundo por sus imágenes del norte chileno César Villarroel incluso ha descubierto nuevas especies

El fotógrafo submarino que asombra a científicos de todo el mundo por sus imágenes del norte chileno

Fue uno de los participantes de la reciente reunión científica IMPAC, al que llegaron mil especialistas de todo el mundo. Este año, gracias a su trabajo, incluso se pudo registrar por primera vez en más de un siglo una nueva especie de pez luna.


Un biólogo marino que conoce bien al buzo y fotógrafo César Villarroel  (Valparaíso, 1975) dice que sabe más de la flora y fauna submarina del norte de Chile que muchos de sus colegas. «Es seco», resume.

Villarroel, con sus imágenes, fue uno de los que literalmente se «robó» la película en el 4° Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas (IMPAC por sus siglas en inglés), que se realizó en Coquimbo del 4 al 8 de septiembre, de manera inédita en Chile. Este año, gracias a su trabajo, incluso se pudo registrar por primera vez en más de un siglo una nueva especie de pez luna.

El lugar del encuentro fue cercano a la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt y las Reservas Marinas Damas-Choros e Isla Chañaral, dentro de un sistema de islas que componen un gran polo de vida marina.

Muestra fotográfica

En el marco del encuentro científico, Villarroel inauguró una muestra fotográfica terrestre y submarina que retrató la biodiversidad de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt. Ya tenía sus créditos: antes colaboró con la documentalista Celine Cousteau, nieta del legendario Jacques Cousteau, en la filmación del programa «Océano, Chile frente al mar», que emitió Canal 13 en 2011.

«Muchas veces navegas y no encuentras la especie que querías fotografiar o no está la luz en su mejor día. Puede haber varios factores también en ámbito submarino, el fondo estaba revuelto, no había la suficiente luz, el agua estaba turbia o simplemente no estabas en tu día y no acertaste a ninguna foto. Tomar fotografías bajo el agua a animales salvajes en movimiento y poder configurar los parámetros de la cámara, es algo no tan fácil de dominar», advierte.

«Básicamente encontrar la configuración precisa puede hacerte perder el momento de la fotografía y además hay momentos que pueden pasar solo una vez frente a tus ojos y no vuelven a ocurrir. Sin embargo ser ordenado, tomar parámetros antes y ser un observador paciente de los animales para aprender su comportamiento, es clave para lograr buenas fotografías».

Descubrimientos

Este año, gracias a sus registros, un equipo de la Universidad de Murdoch (Australia), liderado por la ictióloga  Marianne Nyegaard, pudo tener imágenes del mola tecta, un tipo de pez luna del que no existían imágenes hasta ahora. Un hecho histórico que incluso fue reseñado por la prensa australiana.

«A través de la documentación, en el fondo estamos haciendo un registro. ¿Cuantas especies hay todavía sin descubrir en el océano, como este mola tecta? ¿Cuantas especies pueden perder la oportunidad de ser descubiertas cuando un proyecto interviene tan fuerte una zona (como la minera Dominga)?», se pregunta.

Este hallazgo no ha sido el único. A raíz del descubrimiento del mola tecta, un investigador del Museo de Historia Natural de Francia contactó a Villarroel por otro registro ligado a un tipo de jurel que nunca había sido visto tan cerca de la costa, como atestiguan las imágenes del documentalista.

«Es otra prueba de cómo se va aportando a través del registro, desde la ciudadanía, a que se pueda hacer ciencia y se pueda traspasar este conocimiento a las personas y que estas valoren su lugar».

Un ejempla del mola tecta.

Un autodidacta

Villarroel es autodidacta y un apasionado por el mar. Ha tenido un centro de buceo en Punta de Choros y hoy opera en la Caleta Chañaral de Aceituno, en la Región de Atacama.

«Fue realmente muy productivo e impresionante poder ver de tantas maneras nuestro trabajo plasmado de distintos formatos pero con una línea de conversación única; patrimonio natural y conservación», expresa hoy sobre su exhibición en IMPAC4. «Fue realmente emocionante, jamás lo hubiera imaginado cuando comencé buceando a los 20 años, impulsado no en practicar el deporte de buceo, sino que en utilizarlo como un medio para poder realizar fotografías y video submarinos sin saber prácticamente nada».

Con los años, Villarroel hizo del buceo su profesión y forma de vida. Se ha desarrollado como «instructor de instructores» y tenido la «gran suerte» de haber podido bucear en gran parte de Chile desde Arica hasta la Antártica, incluyendo el archipiélago Juan Fernández e Isla de Pascua, siempre ligado a proyectos audiovisuales de naturaleza o de investigación para la conservación.

Ocho años de documentación

Villarroel ha dedicado literalmente su vida a la fotografía submarina.

«En este sentido he además invertido más tiempo y recursos en poder bucear en nuestra costa que en otras partes del mundo». Y «creo que no alcanzamos a dimensionar la cantidad de borde costero que poseemos en nuestro país, con una geografía tan quebrada, única y diversa».

«Llevamos alrededor de ocho años documentando para poder realizar una línea base audiovisual del lugar, una especie de arca de Noé en video para poder rescatar un momento histórico del estado de conservación del sitio y que sirva tanto para generar educación, sentido de pertenencia y difusión sobre su importancia como uno de los sitios con mayor biodiversidad de Pacífico Sur», explica Villarroel.

«En este contexto nuestra participación en IMPAC4, fue importante en el sentido de que pudimos aportar con todas las imágenes submarinas de video que se mostraron, tanto en el congreso como en las guías de identificación, afiches y postales que se generaron, para poder mostrar la biodiversidad de Chile por parte de distintas instituciones estatales y privadas».

Mar poco conocido y valorado

Villarroel cree que los chilenos conocemos poco y mal nuestro mar, por lo cual tampoco sabemos apreciar su riqueza natural.

«Además creo que tenemos una visión mal entendida sobre nuestro mar; la mayoría de las personas cree que no hay luz bajo el agua, que es oscuro, frío y no hay ni colores ni mucha vida… Nada más alejado de la realidad. Chile está lleno de paisajes con mucho más colores y vida que nuestro parámetro ideal, el Caribe».

«Claro, algo que es obvio es que el agua es más fría, pero eso lejos de ser un defecto, es una virtud que nos regala la corriente de Humboldt que desde la Antártida. Viene llena de nutrientes y nos regala una costa llena de recursos comerciales marinos, cetáceos y un sin fin de grandes y pequeños habitantes. Somos una potencia de biodiversidad marina, de avistamiento de vida salvaje marina, una potencia del buceo y de los deportes náuticos, un laboratorio natural para el mundo».

El documentalista César Villarroel.

Falta de plan de desarrollo

Lamentablemente, todo esto carece de un plan de desarrollo estatal de estas áreas.

«No nos creemos el cuento o estamos planos mirando sin entender como lo hicieron en otras partes para internacionalizar sus recursos naturales de otra manera que no sea explotándolos», asegura.

Aunque cree que en el último tiempo el gobierno ha dado señales positivas en este sentido, cree que faltan recursos estatales para educación, centrada en la biodiversidad del lugar, tanto para los niños de todas las escuelas como para los pescadores artesanales y el manejo de sus recursos, para los emprendedores que quieren dejar de ser pescadores y transformarse en operadores turísticos sobre administración, gestión y calidad.

También falta, en su opinión, legislación nueva para las zonas de protección y de sus zonas de contención respecto a que tipos de proyectos se pueden realizar en las cercanías de cualquier reserva. Y por último, fomento a la ciencia y la investigación, «pero con un aliciente que facilite el traspaso de conocimiento adquirido a las personas de las comunidades, es decir que la transferencia de la información sea prioritaria y que las personas aprendan directamente de las investigaciones científicas de manera efectiva».

Acciones realizadas

Villarroel ha colaborado con distintas acciones para visibilizar la flora y fauna del norte de Chile. Entre ellas nombra, además de la serie de televisión de 12 capítulos “Océano, Chile frente al mar”, nombra la operación «PAM Denise», una campaña de años que pudo ser ejecutada con éxito para rescatar el petróleo que contenía un pesquero sumergido en la costa de Isla Chañaral con más de tres mil litros de petróleo que amenazan con un derrame y consecuencias nefastas para las vida del lugar.

También el libro para colorear “Cetaceos de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt”, que se repartió a todas las escuelas de la región de Coquimbo para realzar el sentido de pertenencia hacia la Reserva y aprender de sus mamíferos marinos.

Asimismo, un sistema de becas para hijos de pescadores de las localidades cercanas a su centro de buceo «que consiste en que pueden bucear de manera gratuita con nosotros y conocer el fondo marino, participar de nuestras actividades y aprender de su lugar, porque si hay algo que es importante en la conservación de los recursos naturales existen, es conocerlos, aprender de ellos y sentirlos propios para poder cuidarlos».

Además, para los niños o adultos que están lejos de su radio de acción, ha desarrollado, aprovechando la conectividad de la tecnología, videos de un minuto de duración que muestran un especie grabada con alta calidad, con tres datos importante para aprender, las “Capsulas de biodiversidad marina de Chile”, de libre descarga. Ya llevan 16 y espera llegar a las 100.

Su serie de fotografías submarinas y de superficie, especialmente de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, se muestran en el Museo “Casa de la esquina” en el pueblo de Los Choros, por donde todas las personas que vienen desde el sur deben pasar de manera obligada, ya sea que vayan a Chañaral de Aceituno o a Punta de Choros, las dos caletas de embarque a la Reserva Nacional.

Las más de 40 fotografías expuestas en Los Choros son el trabajo de varios años de registro y de muchas expediciones de buceo y de avistamiento.

Oposición a Dominga

Por su trabajo, Villarroel también se ha convertido en uno de los opositores al proyecto minero Dominga, que pretendía operar en la zona y fue rechazado por el Consejo de Ministro en agosto pasado.

«En palabras simples si emplazamos frente a lugares como la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt mega puertos o mega mineras en el borde costero, va a ser impactada directamente la biodiversidad del lugar. Es el conjunto de cosas que pasa afuera de o que se ha decretado reserva precisamente lo que permite que este lugar tenga las características que posee la Reserva. Por eso necesitamos normar y legislar respecto a las zonas de contención antes de las reservas y establecer claramente que proyectos califican y cuales jamás deberían estar cercanos a sitios de protección como este».

El documentalista también cree que es necesario también cambiar la mirada a lo que entendemos sobre la protección de espacios en el mar.

«Un proyecto minero nos asegura 20 años de recursos y trabajo, ¿y luego que? Una reserva marina es para siempre, bien cuidada y administrada. Como dice (el biólogo marino español) Enric Sala, las reservas marinas son un fondo de inversión, un capital que no se toca y que produce interés, porque los peces ahí se reproducen, crecen y ayudan a repoblar las áreas aledañas, lo cual beneficia la pesca».

«Además, en muchos de estos sitios, al protegerlos, el valor turístico aumenta, lo que conlleva nuevos puesto de trabajo y mayores beneficios económicos. Hay que rescatar las palabras de la gran Sylvia Earle, la oceanógrafa más importante de este siglo, que dijo ‘no blue, no green, no us’. Sin el azul y el verde de los espacios protegidos en el planeta no tenemos ninguna oportunidad de futuro nosotros”.

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