Este fenómeno ocurrió a aproximadamente a un billón de kilómetros de la Tierra.
Dos observatorios detectaron el 17 de agosto las ondas gravitacionales —fluctuaciones en el espacio tiempo predichas por Albert Einstein hace más de un siglo— generadas por la colisión.
Y aunque las ondas gravitacionales no emiten sonidos, los científicos pueden convertir sus frecuencias en archivos de audio que podemos escuchar.