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Almudena Grandes profundiza en historias de nazis la resistencia a la opresión política La escritora fue una de las estrellas de la Filsa

Almudena Grandes profundiza en historias de nazis la resistencia a la opresión política

«Los pacientes del doctor García», que retrata la red de espías que protegió a los nazis derrotados en la II Guerra Mundial y facilitó su fuga a Sudamérica, fue presentado en el evento el pasado domingo 29. «La guerra es un tema interesante, porque hace todo más intenso, lo bueno y lo malo», señala en esta entrevista.


La escritora española Almudena Grandes (Madrid, 1960) fue una de las estrellas en visitar la presente edición de la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA), que termina este domingo.

Una de las autoras más exitosas de su país y columnista habitual del diario El País, ha obtenido entre otros el Premio Iberoamericano de Novela «Elena Poniatowska» y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, ambos en 2011, por su libro «Inés y la alegría». Además varias de sus obras han sido llevadas al cine, como su debut, «Las edades de Lulú» (por Bigas Luna, en 1990), y «Malena es un nombre de tango» (de Gerardo Herrero, 1995).

De hecho la televisión chilena hizo una versión de su novela “Atlas de geografía humana” en la premiada serie “Geografía del deseo”, dirigida por Boris Quercia. Y el teatro puso en escena “Los ojos rotos”, obra adaptada y dirigida por la actriz María Izquierdo.

Esta vez, Grandes vino a lanzar «Los pacientes del doctor García» (Tusquets Editores), una novela que retrata la red de espías que protegió a los nazis derrotados en la II Guerra Mundial y facilitó su fuga a Sudamérica. Fue presentado en la FILSA el pasado domingo 29.

La española nazi

Este libro es parte de una serie de seis novelas, que transcurren durante 25 años entre 1939 y 1964, obras independientes entre sí que sin embargo comparten “un espíritu y personajes, desde la perspectiva de los que dijeron que no” a la dictadura, ha dicho la escritora.

Grandes llegó a historia de esta novela mientras investigaba sobre el franquismo y leyó un libro sobre los nazis en España, donde se topó con el personaje de Clara Stauffer.

«Lo primero que me impresionó de Clara donde vivía en Madrid: Galileo 14, muy cerca de donde está mi casa, ese fue el inicio del interés. Clara Stauffer nació en Madrid en 1904, de padres alemanes, completó su educación en Alemania, fue nazi, y volvió a España cuando se proclamó la República. Acá hizo una carrera como deportista de elite, ganó competencias de esquí y natación. También fue creadora de una red de protección que logró traer a España a cientos de criminales nazis».

Como sus otros libros de la serie, es una una novela de ficción, basadas en hechos históricos. En todas ellas los protagonistas son gente corriente.

«Es la historia de abajo, contar la historia desde la experiencia cotidiana, desde la experiencia vital de la gente normal».

La guerra desde la perspectiva femenina

Que sea una mujer la que escriba de hechos históricos relacionados a la guerra, que se asocian más a escrituras masculinas, no la complica.

«Hay una especie de prejuicio, pero que no confirma la realidad, que a las mujeres les interesa más una mirada intimista, hacer literatura de la intimidad, no tanto como abordar la historia o ámbitos que son más públicos. Pero para mí estas son sobre todo novelas, yo soy escritora y mi compromiso fundamental es con la literatura».

Almudena Grandes

«Mi misión es escribir buenas novelas, y yo construyo mis personajes, aunque sean históricos, como si fueran personajes de novelas contemporáneas, los trato igual y la sentimentalidad de los personajes, las cosas que les pasan, sus historias de amor o de amistad o sus conflictos familiares para mí son igual de importantes en estas novelas que para otro escritor haciendo otro tipo de novela».

Sin duda el tema de la guerra es complicado, porque es una situación excepcional «que afila todas las cosas, afila lo bueno, afila lo malo».

«Pero la guerra permite crear, como pasa en esta novela, historias de amor sorprendentes, como la de Guillermo y Amparo. Ellos son dos personas que nunca jamás habrían tenido ninguna relación si no hubiera sido por la guerra, son como rehenes de la guerra, son un fruto de la guerra. Se encuentran juntos en una situación singular y la guerra fabrica para ellos un burbuja en la que viven como al margen de la realidad y al final de la guerra la burbuja se pincha y los dos se caen y se hacen daño. La guerra es un tema interesante, porque hace todo más intenso, lo bueno y lo malo».

Para entender el pasado

Grandes recalca que estas historias no las buscó, sino que «me fueron encontrando a mí».

«En el 2002 cuando quería escribir ‘El Corazón helado», volví a refrescar mis conocimientos sobre la Guerra Civil y descubrí que, en realidad, aunque yo creía que lo sabía todo, yo no sabía nada. Y a partir de ahí me enganché a la historia contemporánea de España y estuve muchos años leyendo sin parar. Eso fue como derribar una hilera de fichas de dominó, porque cada libro que leía me obligaba a leer otros cuatro y cada uno de esos cuatro, otros cuatro».

En sus palabras, durante ese proceso no leía para buscar historias, sino para comprender qué era lo que había pasado.

«Me fui encontrando una serie de historias con las que no sabía que hacer, porque en ‘El Corazón Helado’ iba a contar la segunda generación del exilio, y las historias de las posguerra en el interior no me cabían en la novela. Sin embargo me fui encontrando con una serie de historias que prometían como novelas y no sabía qué hacer con ellas. Como un año y medio después de acabar esa novela, no sabía qué hacer y comprendí que lo mío son las novelas, y decidí hacer esta serie».

Madrid, un protagonista más

En este caso, la historia se desarrolla en Madrid, que más que ser un escenario, es un personaje más.

«Madrid es mi ciudad biográfica y literaria. Yo siempre he vivido en Madrid y además tengo la suerte de que me gusta mi ciudad, porque yo creo que eso es una cuestión de azar, el nacer en un sitio no significa necesariamente que ese sitio te guste. Creo que yo y Madrid tenemos caracteres parecidos».

Ella destaca que esta ciudad fue la capital de la clandestinidad durante la época franquista y donde pasaban más cosas, donde más se resistió, y que igualmente fue la ciudad donde más se resistió durante la guerra.

«Esta historia, la de Clara Stauffer, pasa en Madrid porque ella vive ahí, y muchas veces no ha sido tanto una elección mía, como la constatación de que el anti franquismo producía historias interesantes que ocurrían en Madrid».

Problemas con el pasado

La historia del franquismo, incluidos los nazis que llegaron como refugiados tras la derrota del Tercer Reich en 1945, es parte de un pasado que para Grandes su país nunca ha enfrentado realmente.

«Yo creo que España no ha podido reconciliarse con su historia, porque nunca ha mirado al pasado. Una de las características de la Transición fue una consigna que decía que para progresar había que olvidar y a partir de ahí la democracia española es muy rara, porque es la única democracia de Europa que viene de un régimen totalitario y que no empieza su andadura con una repulsa solemne de la dictadura en el parlamento, eso nunca se ha producido en mi país».

Para ella, al poder la memoria es un tema que le repele, que le asusta.

«Probablemente porque si miráramos hacia atrás con rigor nos encontraríamos con cosas que no se deberían haber hecho, entonces en España no se puede pasar página porque no se ha leído la página».

La crisis catalana

Este tema se encadena con otros: los diversos nacionalismos que siempre han existido en España, sin ser asumidos totalmente.

«España ahora mismo está inmersa en múltiples crisis. La crisis económica activó muchas otras crisis, una crisis institucional, una crisis territorial, una crisis de falta de fe en las instituciones y una crisis de desafiliación de la política», reflexiona.

«Cataluña ha sido solo un ejemplo de esas crisis, porque después de la muerte de Franco la derecha franquista se integró naturalmente en el nuevo régimen. La derecha española siempre se ha comportado como si el país fuera suyo, como si lo hubieran heredado de sus abuelos que para eso ganaron la guerra y la izquierda les ha dado tácitamente la razón, porque cuando la izquierda llega al poder siempre ha estado como muy acomplejada, como si no les correspondiera el poder».

Para la autora esa es la primera distorsión, pero hay muchas otras fundamentales para millones de españoles que nunca van a tener otro país.

«España es una idea de derecha, España es el país de los fascistas y es el suyo y no van a tener otro. La izquierda española no tiene patria y es la única izquierda que defiende los nacionalismos, cuando los nacionalismos han sido siempre tradicionalmente de derecha y clericales y la izquierda no los ha apoyado nunca, esa es una variedad también española, porque para la izquierda España es un problema».

Ella cree que todas estas cosas vienen de lo mismo: de que no se rompió con la dictadura y hubo una especie de proceso que no fue una ruptura verdadera, por lo cual la sociedad española acumula muchas disfunciones sociales que tiene que ver con esto.

«Y lo de Cataluña tiene que ver, quizás con todo lo que ha pasado en España en los últimos tiempos, que ha sido un proceso muy raro. Lo más sorprendente ha sido estas manifestaciones con banderas españolas de centenares de miles de personas en Barcelona, eso sí que no se había visto nunca».

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