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El libro que reúne las historias de migrantes chilenos y extranjeros Fue una de las novedades de la FILSA

El libro que reúne las historias de migrantes chilenos y extranjeros

«Vivir allá» se compone de trece relatos «de desplazamientos y despedidas, en el sur y en el norte; en el tránsito cotidiano de la urbe, en la intimidad doméstica, en la inhóspita noche santiaguina o en la supura del puerto principal; una nación que huye de sí misma, y que se inmiscuye en esa dualidad que vive el inmigrante: con un pié en el territorio que abandona y el otro en el que ha decidido instalarse». 


Un nuevo libro que recoge la temática de la migración es «Vivir allá» (Ventana Abierta Editores), una recopilación de cuentos que fue una de las novedades de la última Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA).

Compilados por Antonio Briones y  Felipe Reyes, aquí hay cuentos de chilenos que viven en el exterior (Inglaterra y México) y escenarios como Santiago, Valparaíso, Antofagasta, Puerto Montt y la frontera con Perú, con viajes en barco desde Centro América o Siria hacia Chile, además de una escritora argentina y un autor dominicano que viven en Chile.

«Esta antología presenta relatos en los que los protagonistas son inmigrantes, hombres y mujeres que han decidido establecerse en Chile, ayer y hoy, con los costos y beneficios que eso implica», comenta Reyes. «Lo interesante es que son 13 miradas. 13 formas de contar esas historias anónimas, esas ‘vidas mínimas’, como decía González Vera».

La migración y sus secuelas

Estos cuentos dan cuenta de la migración y sus secuelas, «de la dificultad y la valentía que muchas veces significa el esfuerzo y la convicción de moverse de un país a otro, y así labrar con la materia prima del lenguaje la pieza única de la experiencia: el desarraigo, la adaptación, la incierta expectativa, pero también la aceptación y acogida que experimenta una persona que decide instalarse en otra nación, abren un campo de múltiples posibilidades para la ficción», según la reseña oficial.

Son trece relatos «de desplazamientos y despedidas, en el sur y en el norte; en el tránsito cotidiano de la urbe, en la intimidad doméstica, en la inhóspita noche santiaguina o en la supura del puerto principal; una nación que huye de sí misma, y que se inmiscuye en esa dualidad que vive el inmigrante: con un pié en el territorio que abandona y el otro en el que ha decidido instalarse».

Así desfilan autores como Alia Trabucco («Entrar al ruido»), Rodrigo Ramos («El legionario») y Carolina Melys («Libreta de registro»), junto a otros como el propio Reyes, Johan Mijail, Mario Guajardo V., Verónica Jiménez, Pablo D. Sheng, Alejandra Moffat V., Juana Inés Casas, Cristóbal Gaete, Rodrigo Miranda y Roberto Contreras.

Ahí están la mirada infantil de un personaje que observa en las empresas de Quilicura el gran número de personas negras que trabajan ahí, en las plantaciones o que deambulan por la carretera, o la voz de una trabajadora sexual del parque Bustamante.

Una experiencia personal

A Reyes, con una trayectoria como autor y su propia experiencia como migrante en España, el tema le interesó a modo personal y porque «el panorama local carece de obras que aborden esta temática, al menos desde la ficción, que sean un reflejo del Chile actual. De hecho solo existe un par de novelas en las que su personaje principal es un inmigrante».

«Además estamos viviendo un cambio cultural como país frente al numeroso y notorio arribo de personas de Haití, Colombia o República Dominicana, y me parece interesante que la literatura logre mostrar -con toda la libertad que el género permite- cómo nos ven, cómo es su experiencia aquí», explica.

«Por último, como una alternativa a leer otras visiones, otras formas de escritura y de abordar la creación, frente a una especie de mimetización temática y estilística de cierta literatura que ocupa los medios. Y también para llevarle la contra a Carlos Droguett, quien dijo que la literatura chilena se escribía de espaldas a la realidad nacional».

Reyes cree una antología como esta es, sin duda, una foto del Chile actual, «de las tensiones y sensaciones que este nuevo escenario genera en todos nosotros».

«Pero también sobre un hecho que ha estado presente desde siempre en nuestro país, más aún si consideramos que desde La Araucana de Ercilla en adelante, la mayoría de los libros que existen sobre el tema son testimoniales. Sin embargo, creo que lo más interesante aún está por venir, cuando leamos libros escritos por ellos o por sus hijos», concluye.

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