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Obra de Vangelis en jornada inaugural de las Semanas Musicales de Frutillar Opinión

Obra de Vangelis en jornada inaugural de las Semanas Musicales de Frutillar

«La histórica cruzada de los festivales, junto a la construcción del Teatro del Lago, que es el espacio de la educación y la cultura en la Patagonia, les permitieron postular y ganar el título de Ciudad Creativa de la Música por la Unesco. Esto visibiliza a Frutillar y a Chile en el mundo cultural. El impacto en otras áreas se nota, crecen los cafés y restaurantes, hoteles, proyectos inmobiliarios y arreglos viales. Es deseable que las fuerzas privadas que impulsan estas actividades se unan con las públicas y así multipliquen aún más estos esfuerzos, ya que Frutillar no puede sentarse en los laureles: son un hito en este mundo globalizado», escribe en esta columna Alejandra Kantor.


El sábado 27 de enero corrían aires diferentes en Frutillar. Además de los veraneantes habituales, ya empezaban a circular los músicos caminando en la costanera. Mucha gente se agolpaba para ver un novedoso piano blanco que tocaba solo o la gran avioneta, réplica de la que usó Dagoberto Godoy hace 100 años para cruzar Los Andes. Estos se posaban en la plaza del Teatro del Lago; se notaba que la gran fiesta de la música ya empezaba. Muchos caminaban por la terraza dando la vuelta del imponente edificio y con ello adentrándose un par de metros en el Lago Llanquihue.

En el programa de la mañana, el cuarteto colombiano Extempore realizó un concierto barroco en que ofrecieron un interesante repertorio titulado «Entre dos Mundos». En la primera parte interpretaron obras europeas y en la segunda obras latinoamericanas. Los violinistas barrocos Andrés y Juan Pablo Murillo, junto a la viola da gamba a cargo de Gabriel Guzman y Roberto Rubio en el clavecin, llevan décadas viajando por el mundo representado esta disciplina. Sin lugar a dudas son músicos virtuosos.

La clave de los cuartetos está en cuanto se conocen, se adaptan y trabajan juntos. Sin embargo, uno de ellos tuvo más dificultades que sus compañeros; el clavecín no era el adecuado para lo que el ejecutante requiere. Rubio hizo lo mejor que pudo para estar a la altura de lo que sus compañeros le exigian. Fue complejo el desarrollo, ya que el excelente clavecinista estaba cojo. Es de esperar que este sensible instrumento, esencial para desarrollar el repertorio barroco, sea uno que esté en óptimas condiciones en próximas ediciones.

Bodas de oro

Las Semanas Musicales cumplen bodas de oro y tal como lo señaló el ministro de Cultura, Ernesto Ottone, se cuentan con los dedos de una mano las organizaciones culturales que logran este hito en nuestro país. Se selló un histórico convenio de colaboración con la Universidad de Chile y la Fach y tras este hito el objetivo es seguir y crecer. Este año se realizarán 50 conciertos en los 10 días de duración.

De a poco, alrededor de las 20:00 horas, el foyer del Teatro del Lago se empezaba a repletar con los antiguos e incondicionales asistentes que se vuelven a encontrar tras no haberse visto desde el año pasado. Después de los discursos de rigor se exhibió un emotivo video que resumía en pocos minutos esta larga historia. Sin lugar a duda mucha mística, esfuerzo y sueños.

Llegó el turno del gran concierto inaugural presentando una obra inédita en Chile, «Mythodea» de Vangelis. Esta obra es un encargo de la Nasa al compositor griego para la divulgación científica de la misión a Marte en el año 2001. La obra es sinfónica coral y tiene a dos solistas que apoyan esta épica misión. La banda realizó el complejo trabajo de adaptar la parte sinfónica a sus instrumentos.

Obra de Vangelis

Aquí hay algo muy positivo de los que pasa habitualmente en las Semanas Musicales, al ocurrir al final de las temporadas de conciertos, las obras ya vienen probadas. En el caso de «Mythodea», se había estrenado en las Jornadas Musicales de Antofagasta en agosto y por eso no nos sorprendió ver subir al podio al coro de Antofagasta vestidos de griegos, ya que eran quienes conocían esta música.

Al igual como en el teatro griego, el coro es un gran protagonista que está presente en toda la obra. Las solistas invitadas cumplían sin problemas las exigencias, una con timbre wagneriano y la otra ligera, ya que las escogidas fueron Maureen Marambio y Marcela González. Con 10 secciones, «Mythodea» no da tregua. Tiene varias inspiraciones como la música electrónica (que es la base) pasando por claves barrocas, románticas y contemporáneas. Mas que mal es un homenaje a Marte, dios de la guerra en la mitología griega.

El resultado fue espectacular ya que la obra es contundente. Apoyada con excelentes videos del espacios proporcionados por Alma y ESO, la música fluía de manera fascinante y envolvedora. Mientras el coro hacia una especie de continuo vocal, Marambio y González llevaban la delantera usando un texto en un lenguaje que fue creado por Vangelis para la ocasión. Tras la impresionante ovación, la Banda de la Fach ofreció el tema central de la película «1492» y finalizó con la popular marcha de Radetzky con todo el teatro aplaudiendo.

Visibilidad mundial

Frutillar debe una parte de su fama a las Semanas Musicales en el verano, pero en la actualidad el Teatro del Lago realiza actividades todo el año, tanto de difusión como de educación artística. Los innovadores programas han revolucionado el sur de Chile y han permitido a miles de niños que han pasado por ellos transformar sus vidas.

La histórica cruzada de los festivales junto a la construcción del Teatro del Lago que es el espacio de la educación y la cultura en la Patagonia les permitieron postular y ganar el título de Ciudad Creativa de la Música por la Unesco. Esto visibiliza a Frutillar y a Chile en el mundo cultural. El impacto en otras áreas se nota, crecen los cafés y restaurantes, hoteles, proyectos inmobiliarios y arreglos viales.

Es deseable que las fuerzas privadas que impulsan estas actividades se unan con las públicas y así multipliquen aún más estos esfuerzos ya que Frutillar no puede sentarse en los laureles: son un hito en este mundo globalizado.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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