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El trompetista de élite que llegó a Chile en busca de una mejor vida Miguel Tagliafico tocó en la renombrada orquesta clásica de Gustavo Dudamel

El trompetista de élite que llegó a Chile en busca de una mejor vida

Viajó por todo el mundo como músico, pero la situación de su país lo obligó a dejar el conjunto. «Esperemos que todo mejore pronto porque el más grande anhelo que tenemos muchos extranjeros es regresar a su país natal donde nos espera nuestra familia», cuenta en esta entrevista.


Miguel Tagliafico (Caracas, 1987) es uno de los miles de venezolanos que han llegado a Chile en los últimos años. Esa nacionalidad lideró las solicitudes de residencia en 2017. Si en 2013, el año de la muerte del presidente Hugo Chávez, fueron 1.542, el año pasado superaron las 30.000. Según los expertos, a diferencia de otros grupos, poseen una mejor formación profesional y laboral.

Tagliafico es un buen ejemplo de esto último. Es trompetista y tocó nada menos que en la renombrada Orquesta Sinfónica “Simón Bolívar” de Venezuela, dirigida por el famoso director Gustavo Dudamel.

Aunque éste se había mantenido al margen de la crisis política y económica que afecta a su país, en 2017 realizó algunos comentarios que no cayeron nada bien en el gobierno de Nicolás Maduro: en mayo le pidió «escuchar la voz del pueblo», en medio de las protestas contra el gobierno que causaron numerosas muertes.

El Ejecutivo de Maduro respondió con la cancelación de sendas giras internacionales de la orquesta, entre otros a Estados Unidos y Asia.

La orquesta, fundada por José Antonio Abreu en 1978, es la «agrupación cúspide» del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, y está compuesta por 170 integrantes. Entre otros premios, fueron designados Embajadores de la Paz por la UNESCO.

Tagliafico (al centro) con otros integrantes de la orquesta, Tomás Medina (izq.) y Román Granda (der.).

Talento de pequeño

Tagliafico comenzó con la música de pequeño. A los seis años de edad, entró en una “estudiantina” -un grupo de música conformado por alumnos del colegio- donde empezó tocando un instrumento venezolano llamado “cuatro”, una especie de guitarra.

Su profesor le comentó a su abuela que el chico tenía buen oído musical y le recomendó que lo llevara a alguna escuela de música. Así fue como empezó sus estudios musicales en el Núcleo “La Rinconada”, perteneciente al Sistema de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Venezuela.

«En mi casa siempre se escuchaba música, de hecho mi abuelo Ángel fue bajista de un grupo de música venezolana en el cual el dueño y cantante era el maestro Juan Vicente Torrealba, músico reconocido a nivel mundial en el género de la música llanera», comenta Tagliafico. «Así que en cierto modo la música ya corría por mis venas».

Cómo llegó a la trompeta

Cuando se empieza los estudios musicales en «El Sistema», los estudiantes toman clases de coro y canto, así como de iniciación musical, teoría y solfeo, entre otras.

«Me tocó hacer un concierto como cantante del coro, llamado ‘Cita con la Esperanza’, y justamente estuve detrás de los trompetistas de la orquesta en ese momento. Me llamó la atención por su sonido tan directo y brillante, se destacaba por encima de toda la orquesta. Por eso decidí tocar trompeta», comenta.

Tras su paso por «La Rinconada», Tagliafico estuvo en varias orquestas de diverso nivel, aprendiendo y mejorando poco a poco.

En el año 1998, llegó el momento de participar en una audición para la Orquesta Infantil de Venezuela. Quedó como miembro de la fila de trompetas de esa orquesta y empezó a hacer giras nacionales e internacionales. En el año 2003, se presentó la oportunidad de audicionar para la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela y lo aceptaron también como miembro de la fila.

La orquesta toca muchas grandes sinfonías de compositores como Piotr Ilich Tchaikovsky, Gustav Mahler, Dmitir Shostakovich y Leonard Bernstein, aunque también obras de maestros venezolanos como Inocente Carreño y Evencio Castellanos, entre otros. Hay obras clásicas, contemporáneas, óperas como La Bohéme, hasta música popular adaptada.

La orquesta le permitió a Tagliafico recorrer el mundo.

Hitos

«Son muchas anécdotas graciosas las que vivimos en la orquesta, así como también tuvimos momentos tristes dentro de la alegría, como por ejemplo, pasar un 31 de diciembre en España, lejos de mi familia, pero alegre porque hacíamos lo que nos gusta, hacer música», cuenta al ser consultado por sus hitos de su carrera con la orquesta.

«Siempre recuerdo todos esos conciertos exitosos donde el público no dejaba de aplaudir por más de 10 y 20 minutos. Hacer conciertos en la Philharmonie de Berlín, sede de la mejor orquesta del mundo, es inolvidable. La alegría de ese público que compraba los tickets un año antes para ver a la orquesta, eso tampoco puede borrarse de mis recuerdos».

Cuando estaba en Venezuela, en tanto, siempre su familia estaba en cada concierto que hacía, apoyándolo.

«Eso me llena de emoción y ganas de seguir mejorando cada día más. Una anécdota muy importante que tuve con el maestro José Antonio Abreu fue que un día le agradecí por todo lo que había hecho por nosotros y su respuesta fue: ‘Y lo que falta, mi querido'».

Tagliafico (a la derecha, con su esposa Rebeca Almenar) con el maestro Dudamel (a la izq.).

El fin (momentáneo)

Sin embargo, la orquesta no podía permanecer ajena a los embates que sufre Venezuela. Y es en ese contexto que Tagliafico tomó la dura decisión de abandonar su país.

«No he dejado la orquesta, nunca la dejaré, es muy difícil dejar a tu familia, eso es la orquesta, una gran familia, sólo estoy ausente por un tiempo», explica. «No quiero entrar en política pero obviamente la situación de mi país no está nada buena. Esa creo que es la razón más convincente».

«Esperemos que todo mejore pronto porque el más grande anhelo que tenemos muchos extranjeros es regresar a su país natal donde nos espera nuestra familia. Extraño mucho a mi madre, abuela, abuelo, al resto de mi familia, mis amigos, mis perros. Es muy difícil tomar esa decisión de salir de tu país pero si estamos aquí es por algo y creo que el tiempo de Dios es perfecto, algo tendrá preparado para nosotros», comenta con optimismo.

Tagliafico llegó a Chile con su esposa porque busca una mejor calidad de vida.

«En Santiago tenemos varios amigos y familiares incondicionales que están en la misma situación y que de una u otra manera nos ayudamos mutuamente, como la mayoría de los venezolanos. Les agradezco infinitamente a esas personas que nos han ayudado. No es fácil irse de tu país, más cuando tienes casi media vida trabajando y haciendo lo que te gusta».

Mientras realiza trabajos ocasionales, este músico espera poder conseguir algún empleo que tenga que ver con su profesión, y seguir haciendo música.

«Ya lo dijo el gran maestro Abreu: la música no tiene fronteras», concluye.

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