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Las atrevidas cintas chilenas que debutan en la edición más controvertida de la Berlinale 68º Festival de Cine de Berlín

Las atrevidas cintas chilenas que debutan en la edición más controvertida de la Berlinale

El abuso es uno de los temas principales de esta versión del festival, y dos largometrajes con equipos nacionales tocan dos aristas de este problema. Pero el certamen no se queda ahí e incluye cintas que


Fiel a su interés político, la 68ª versión de uno de los certámenes más importantes del cine, que está en curso hasta el 25 de febrero, ha hecho eco de problemáticas sociales actuales. Partiendo por su unión a la lucha contra los abusos dentro de la industria, los organizadores del certamen declararon estar a favor de la autodeterminación sexual y en contra de cualquier tipo de discriminación.

Con esa convicción, la cartelera incluye cintas diversas que plantean dudas específicas al status quo. Un largometraje en stop motion sobre Colonia Dignidad de la dupla de artistas León y Cociña, y una cinta en coproducción con Argentina sobre diversidad sexual, componen el trabajo que lleva la delegación chilena a la Berlinale, en una edición con temáticas especialmente controvertidas.

La Casa Lobo

Tras 5 años de trabajo, Cristóbal León y Joaquín Cociña presentarán hoy su proyecto La Casa Lobo, en la sección Forum. Se considera la categoría más atrevida de la Berlinale, porque incluye cine experimental, ensayos, reportajes cinematográficos y proyectos. La propuesta de León y Cociña está inspirada en Colonia Dignidad.

Con figuras a escala humana en papel maché, La Casa Lobo cuenta la historia de María, una joven que logra escapar de un encierro forzado. Lo particular es que la narración está desde la posición de los captores, como si fuera una película adoctrinadora para disuadir a los niños de huir de la Colonia. El mensaje torcido es lo que invita al diálogo y la reflexión.

El proceso de producción del filme fue exhibido en galerías y museos de varios países, como la Upstream Gallery en Amsterdam, el MAMBA en Buenos Aires, y el Bellas Artes en Chile. El estreno en Berlín será el inicio de la distribución del producto final de un trabajo que se mostró al espectador desde sus inicios.

Marilyn

El lunes 19 se estrenó con éxito la cinta dirigida por el transandino Martín Rodríguez, y protagonizada por la actriz chilena Catalina Saavedra, en la categoría Panorama del certamen. La película cuenta la historia de Marco, un joven campesino argentino que es transexual, pero sufre la represión de su familia.

«Es muy gratificante ver el resultado del trabajo que hicimos con un equipo tan pequeño y en un lugar tan pequeño de Argentina. Me sorprendí al ver la película porque Martín, el director, tomó una decisión artística muy importante en el montaje. ‘Marilyn’ aparece como una película rápida y vertiginosa, muy coherente con lo que sucede con el personaje principal. Estoy contenta con la película y en momento en el que se estrena, en un contexto muy importante para la comunidad LGBT», dijo Saavedra luego del estreno.

La producción de la película tomó 6 años y tuvo una excelente recepción. «No esperaba que tanta gente se quedara a conversar y querer saber más sobre la película. Creo que todos estamos igual de emocionados por lo que ha sucedido hoy acá en Berlín», contó el director.

Otras cintas polémicas

Por el tema elegido para esta versión del Festival de cine de Berlín, no es de extrañar que su cartelera incluya películas que tratan temas sensibles. Es el caso de La omisión, del argentino Sebastián Schjaer. En su primer largometraje cuenta la historia de Paula, una mujer con planes de irse a vivir a Canadá. Ella trabaja para lograr sus sueños y se involucra con un fotógrafo, al que no le dice que tiene una hija. Las omisiones de Paula permiten aventurarse en lo femenino de una manera especial y afectiva, motivando preguntas como si ser madre es un rol que sobrepasa o no la vida y metas de la mujer.

Utøya 22. juli es una producción noruega dirigida por Erick Poppe. Es una representación en tiempo real de una matanza perpetrada por el fascista Ander Breivik en el 22 de julio de 2011 en Utoya, una isla noruega donde acampaban jóvenes del Partido Laborista Noruego. 69 de ellos murieron en los 72 minutos que duró el tiroteo. A casi 7 años de la tragedia, el tema sigue siendo sensible. Incluso la actriz protagonista, Andrea Berntzen, dudó de participar en el rodaje en un principio, por creer que aún era muy pronto para mostrar la tragedia en la pantalla grande. Pero Poppe defendió su obra diciendo que «mientras pasaba el tiempo notamos que el recuerdo de lo que pasó en esa isla se iba desvaneciendo. Los familiares también estaban preocupados por esto. Y al mirar Europa hoy y ver que el fascismo crece dí­a a día, sentí que necesitábamos recordar lo que pasó en esa isla. Esta es la cara que tiene el extremismo de derechas».

Desde Irán llega una comedia negra dirigida por Mani Haghighi, Khook. Un asesino serial comienza a decapitar famosos directores de cine en Teherán, los que han sido elegidos cuidadosamente. Hassan, un director de cine, empieza a preocuparse por no ser uno de los blancos del asesino porque quizás ya no es lo suficientemente bueno. El sinsentido llega al clímax cuando la madre de Hassan le asegura que es el mejor director del mundo y merece que lo maten de forma despiadada. Es una película que en código humorístico toca temas reales, como el caso de un director de cine, Jafar, que fue prohibido por el gobierno iraní, pero también el hedonismo y la auto complacencia que generan las redes sociales.

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