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De ficción a realidad: científica chilena realiza estudio para comprobar la habitabilidad de vida en otros planetas Evalúa factores astronómicos y climáticos

De ficción a realidad: científica chilena realiza estudio para comprobar la habitabilidad de vida en otros planetas

¿Sería posible vivir en un planeta extra solar? ¿Es la existencia de agua el único factor necesario para hallar vida en otros mundos? La académica Priscilla Nowajewski de la U. Católica del Norte lleva los últimos cinco años realizando una investigación que le ha permitido llegar a algunas conclusiones.


Una académica de la Universidad Católica del Norte (UCN) realiza desde hace un lustro una investigación para comprobar la habitabilidad de vida en otros planetas.

Priscilla Nowajewski, del Instituto de Astronomía de la UCN, realiza la investigación en el marco de su tesis doctoral, donde es clave la astrobiología.

«Esta área del conocimiento busca responder si estamos solos o no en el universo y si es que eventualmente encontramos vida, ver de qué tipo es y las condiciones que dicho planeta podría tener para albergar esa vida», indica la científica.

La investigadora Priscilla Nowajewski.

Simulaciones computacionales

El estudio se enfoca en realizar simulaciones computacionales que permitan ver si un planeta es apto para que vivamos en él, teniendo en consideración tanto factores astronómicos, como climáticos.

«Sabemos que para habitar un planeta, éste debe presentar agua líquida en su superficie, pero hay otros elementos, también relevantes, que influyen en esta característica», dice.

Por ejemplo, la distancia entre el planeta estudiado y la estrella que lo alberga, y el tipo de estrella en sí, ya que determina la cantidad de radiación que recibirá en su atmósfera, explica.

La clave de la inclinación

Una de las claves es la inclinación del planeta. Por ejemplo, la Tierra está inclinada en 23.5º respecto de su órbita, presenta una mayor absorción de radiación solar en el Ecuador y menor en los polos, aumentando la temperatura en el centro y disminuyéndola hacia los extremos.

Esta diferencia de temperatura entre ambas regiones, produce un movimiento de las masas de aire en la atmósfera, llevándola a buscar el equilibrio de la temperatura en ambos puntos y generando un clima templado.

«Esta actividad es la que vemos diariamente cuando escuchamos hablar sobre frentes, vaguadas, vientos, etcétera. Pero si aumentamos la inclinación, la radiación que llega desde la estrella se distribuye de manera diferente en el planeta», dice la especialista.

Asimismo, la inclinación de la Tierra provoca que uno de los hemisferios esté más cerca de la estrella y que por lo tanto reciba mayor radiación comparada con el otro hemisferio, lo que genera que uno de ellos se encuentre en la estación de verano, mientras que el otro esté en la estación de invierno.

El caso de Urano

Diferente es el caso de Urano, cuya inclinación es cercana a los 90º, paralelo al plano orbital. Aquí, el hemisferio de invierno coincide con la noche del planeta, mientras que el hemisferio de verano coincide con el día. Un año en Urano equivale a 84 años terrestres, por lo tanto cada hemisferio se mantiene por 42 años terrestres en verano o en invierno.

Este cambio en la forma de distribuir la radiación produce alteraciones importantes en la actividad de la atmósfera y afecta el clima del planeta. Por eso, la pregunta es cómo afectaría este cambio en la habitabilidad de un lugar como la Tierra.

Para eso, Priscilla simuló un planeta completamente cubierto por un océano de agua líquida, que tuviera las mismas características que la Tierra con respecto a su tamaño y distancia a la estrella tipo Sol, variando su inclinación entre 30º y 90º.

Cambios atmosféricos

Otro factor menos conocido al determinar qué tan habitable es o no un planeta, es analizar los cambios atmosféricos.

Esto surge de la evidencia que provee el calentamiento global de la Tierra, ya que éste ha provocado que ciertas regiones se volvieran inhóspitas, causando la muerte de sus habitantes.

De esta forma, la elevación de la temperatura y la humedad pueden ser altamente peligrosas, e incluso letales al generar que el cuerpo no sea capaz de disipar el calor interno y morir por hipertermia (aumento de la temperatura) o también conocido como choque de calor.

Los resultados investigativos

Las primeras conclusiones indicaron que el hecho de variar la inclinación y por lo tanto la forma en cómo se distribuye la radiación latitudinalmente, cambia por completo la distribución de la temperatura, revelando la importancia de la atmósfera al describir la habitabilidad de un planeta.

“Habitualmente se descartan los planetas congelados, como el caso de Urano, por no cumplir con la condición básica de habitabilidad que es presentar un océano con superficie liquida. Sin embargo, hasta ahora no se había puesto en evidencia que las temperaturas templadas también podrían presentar un factor de riesgo para las futuras exploraciones espaciales”, explica Priscilla.

Agrega que «es necesario contemplar tanto la temperatura del aire como la humedad del ambiente en las futuras misiones espaciales que estén pensadas en la colonización humana, además de ser un factor atmosférico que puede determinar la habitabilidad de planetas extrasolares».

A pesar de los grandes avances en este tema, la investigadora es enfática en lo complejo de realizar este tipo de estudios en el país, ya que en el caso de Chile, los principales actores dentro de esta disciplina son la astronomía y la microbiología, pero la astrobiología necesita también de otras áreas por lo que su objetivo es abrir el campo desde la geofísica en la astrobiología chilena.

«Hasta el momento, somos los primeros en hacer esto en el país y aunque no tenemos los medios para realizar nuestras propias exploraciones espaciales, sí contamos con científicos muy capacitados que pueden contribuir desde la elaboración de simulaciones computacionales para aportar grandes conocimientos en ese ámbito», cuenta la investigadora.

“Con esta nueva información podemos explicar a la gente en sus casas que nosotros como investigadores nacionales también estamos contribuyendo en temas que, si bien parecen sacados de la ciencia ficción, no lo son. Hay empresarios y entes privados que están aportando con su dinero para hacer pruebas y llevar gente a Marte, o sea, tienen el objetivo muy claro de colonizar otros planetas, por lo que esta investigación lo que viene a hacer, es demostrar que en Chile también podemos hacer soñar en grande y aprovechar todos los tipos de clima que se nos presentan para realizar investigaciones de este tipo y generar nuevos conocimientos», finaliza.

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