Crítica Cultura
Esta semana se ha encendido la polémica sobre el valor que tiene la aportación de los centros de estudios privados. Han protagonizado los últimos enfrentamientos Pablo Ortúzar y Valentina Verbal, quien para defender a Evópoli de los comentarios de Ortúzar, ha arremetido contra el IES, (Instituto de estudios de la Sociedad) hogar intelectual del antropólogo.
Hugo Herrera había dado el vamos al tema con su curioso reproche a los centros de estudios por no comportarse como las universidades, aunque en parte salvaba al IES. El mismo Ortúzar le había hecho ver las diferencias que deben existir entre unas y otras instituciones. Otros participantes en la polémica han insistido también en que la investigación de frontera no es la aportación que le corresponde a los centros. Verbal, por su parte le ha reprochado al IES el no ser más que un grupo de jóvenes intelectuales con agenda valórica y comunicacional conservadora.
Y entre medio, el propio IES publica este libro que descoloca a varios de los participantes en el debate, porque parece más bien un texto universitario y no tiene nada de conspiración comunicacional conservadora. Quizás Verbal no tuvo en cuenta que en esta obra el IES ha convocado a Arturo Fontaine, Sofía Correa y Pablo Ruiz-Tagle, entre otros autores abiertamente no conservadores. Y quizás Hererra se sorprendió al ver, tratados con altura universitaria, los ocho enfoques sobre El federalista que incluye el libro.
En fin, lo importante es que Arturo Fontaine alumbra sobre los modos en que la libertad se protege a sí misma, desde la perspectiva de Madison, Hamilton y Jay; que José Ignacio Martínez usa El federalista para aclararnos los conceptos de constitución y de derechos, mientras recuerda la importancia del principio de subsidiariedad; que Sofía Correa contrapone al presidencialismo estadounidense la posibilidad de volver a pensar en un régimen parlamentario para Chile; en fin, que Pablo Ruiz-Tagle se suma a quienes insisten en reformular las relaciones entre Fuerzas Armadas y poder civil en nuestro país, para lo cual El federalista y las primeras normativas dictadas en el coloso de Norteamérica le sirven de antecedentes.
No encontré nada de agenda conservadora y hay mucho de buena investigación universitaria.
¿No pueden acaso los centros de estudios privados tener un ideario propio y, al mismo tiempo, colaborar a la discusión abierta sobre temas de relevancia, al máximo nivel intelectual?
Obvio que sí. Este libro es un buen ejemplo.
Claudio Alvarado (editor), Imaginar la República. Reflexiones sobre El federalista, IES, Santiago, 2017, 225 páginas.
Gonzalo Rojas Sánchez. Profesor universitario. Foro Republicano
