Obra «Territorios»
El 24 de diciembre de 2013, el cuerpo sin vida de Nicolasa Quintremán fue encontrado flotando en las aguas del lago artificial Ralco. Junto a su hermana, Berta Quintreman, había liderado un movimiento de férrea oposición a la central hidroeléctrica del mismo nombre, inaugurada en 2004 luego de una década de conflictos sociales con los habitantes pehuenches de la zona. Si bien el Presidente Patricio Aylwin se había comprometido a no construir hidroeléctircas en la cuenca del río Bío-Bío, en 1997 -durante el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle- se aprobó el proyecto Ralco, propiedad de Endesa España, presidido por Rodolfo Martín-Vila, ex ministro del régimen franquista.
El conflicto se desató de inmediato. El proyecto requería inundar terrenos pertenecientes a 98 familias ubicadas en el corazón del territorio pehuenche. “Para la cultura indígena la tierra es sagrada. Allí habitan los espíritus de sus antepasados y sólo en ese lugar la vida adquiere sentido. La tierra, para ellos, tiene un valor de uso: no tiene precio, no es transable en el mercado, es la base de su cultura e identidad étnica (a diferencia de la cultura occidental, donde el valor es de cambio). Para los pehuenches dejar sus tierras es morir en vida. Ante esto, la puesta en escena pone en tensión dos paradigmas: el del sentido y el del progreso”, explica José Luis Cáceres, director y dramaturgo de Territorios, que se presentará a partir del 3 de mayo en Matucana 100. “Muchos pehuenches –sin saber lo que firmaban, dado el alto nivel de analfabetismo en la zona- aceptaron la permuta de tierras a cambio de ganado o alimentos, provocando una profunda crisis en las comunidades”, agrega.
Sin embargo, cuatro familias se opusieron. Entre ellas, las hermanas Quintreman. Tras una larga negociación, en septiembre de 2003 se suscribió un acuerdo entre el entonces Secretario General de la Presidencia Francisco Huenchumilla y los pehuenches opositores: cada familia recibió $200 millones y 77 hectáreas de terreno. “La obra no pretende recrear una biografía de las hermanas, sino más bien reflexionar sobre los distintos procesos de desterritorialización. Nos interesó abordar este tema pues, en la actualidad, corremos el riesgo constante de perder importante patrimonio natural ante la avanzada de los proyectos de inversión”, explica.
El montaje presenta el momento en que Nicolasa (Muriel Miranda) y Berta (Marcia Pavez) reciben la visita de un empresario español que intenta convencerlas sobre las bondades del progreso bajo la consigna “represa o pobreza”. Asimismo, relata las negociaciones en La Moneda entre un alto ejecutivo de Endesa (Sebastián Layseca) y el subsecretario de época, el democratacristiano Francisco Huenchumilla (Aldo Bernales).
“La escenografía presenta una síntesis poética de los espacios, es decir, no existe una aproximación realista. La ruca, por ejemplo, está representada a través de un cubo lumínico. También recreamos lugares no institucionales donde, sugerimos, se tomaron importantes decisiones políticas, como una cancha de tenis. Que la cultura pehuenche se represente hoy a modo de museo es la muestra más dramática de cómo ha operado nuestra democracia”, finaliza.
Proyecto financiado por FONDART, Convocatoria 2017
Director y dramaturgo: José Luis Cáceres
Producción general y prensa: Francisca Babul
Diseño integral: Eduardo Cerón y Tatiana Pimentel
Composición musical y sonido: Marcello Martínez
Elenco: Sebastián Layseca, Aldo Bernales, Muriel Miranda, Marcia Pavez, Pablo Suárez
Asesores de investigación: Claudio Vilches, Claudio Escobar y Gabriela Piña
Traducción al mapudungún: Segundo Cáceres Quintreman
Asistente de dirección: Daniel Verdugo
Realización: Manuel Morgado
Fotografías: Maglio Pérez
