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CATA calcula que «en solo 40 años vamos a poner tecnología humana en otro sistema planetario» CULTURA

CATA calcula que «en solo 40 años vamos a poner tecnología humana en otro sistema planetario»

El descubrimiento de nuevos planetas fuera de nuestro sistema solar es un paso esencial para la sobrevivencia futura de la humanidad. Una labor clave en esta tarea cumple el Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA), que ya ha descubierto uno de ellos.


El descubrimiento de nuevos planetas fuera de nuestro sistema solar es un paso esencial para la sobrevivencia futura de la humanidad. Una labor clave en esta tarea cumple el Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA), que ya ha descubierto uno de ellos.

Esta es la mayor entidad nacional dedicada a la investigación y desarrollo de tecnologías vinculadas a la astronomía en Chile. Está emplazada físicamente en el Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, ubicado en el Cerro Calán de Las Condes.

«Descubrir planetas orbitando otras estrellas es algo especial, no solo porque es la frontera final para exploración, sino porque estamos aprendiendo mucho de nosotros», señala el astrónomo James Jenkins, integrante del CATA.

«Estamos haciendo varias preguntas. ¿Qué tan única es la Tierra? ¿Hay muchos más sistemas como nosotros o no? ¿Dónde podemos encontrar vida extraterrestre en el futuro? Estas preguntas son muy fundamentales para nosotros y es la razón por la cual el público está muy interesado en este línea de trabajo», detalla.

El astrónomo James Jenkins.

Velocidad radial

Jenkins tiene experiencia en el tema. En 2016 fue parte de un equipo que descubrió un planeta llamado Próxima b.

«Próxima b fue descubierto por un método que se llama velocidades radiales. Este método usa observaciones de las estrellas para medir el movimiento hacia nosotros y hacia afuera en el espacio de las estrellas que tienen planetas en órbita», explica.

«La razón del movimiento es porque hay un interacción gravitacional entre la estrella y el planeta, así que los dos orbitan un punto en el espacio que se llama ‘el centro de la masa común’. Podemos usar instrumentos precisos para medir este movimiento con una precisión de solo un metro por segundo. Tienes que observar la estrella, al menos, por la duración de la órbita, o más, y en este caso usamos observaciones por más de diez años para detectarla», ahonda.

En zona habitable

En este caso, el planeta orbita su estrella (Proxima Centauri) en la zona habitable, que es la región alrededor de una estrella donde un planeta como la Tierra puede tener agua en forma líquida en su superficie, agrega.

«Su año es de solo 11 días, lo que significa que está muy cerca de su estrella en comparación con la distancia entre la Tierra y el Sol, pero la estrella es mucho más chica y fría que el Sol, entonces, la zona habitable es mucho más cercana», dice.

Además, según Jenkins, es probable que sea un planeta terrestre, porque la masa mínima medida por el método es muy similar a la Tierra, «solo un poco más grande, como 1,3 veces más grande no más».

Primeros descubrimientos

Los primeros planetas orbitando un objeto fuera del sistema solar fueron descubiertos en el año 1992. Los hallaron orbitando un pulsar, una estrella muerta. El hallazgo lo hizo un equipo de Estados Unidos, liderado por Aleksander Wolszczan y Dale Frail.

El primer planeta encontrado orbitando un estrella solar fue descubierto en 1995 y se llama 51 Pegasi b. En este caso, los descubridores fueron de Suiza, Michel Mayor y Didier Queloz.

Actualmente, según Jenkins, «hay nuevos planetas cada semana». De hecho, su propio equipo ha hallado dos gigantes de gas.

«Hay mucho investigadores en institutos alrededor el mundo que buscan exoplanetas. Hay un comunidad fuerte haciendo esta búsqueda, en América del Sur, América del Norte, Europa», celebra.

3.500 exoplanetas

Hasta ahora, se han descubierto unos 3.500 exoplanetas, aunque la mayoría no son como la Tierra.

«Pero la definición de un planeta para ser como la Tierra es difícil, porque la mayoría solo los hemos encontrado indirectamente. No es posible ahora observar directamente planetas pequeños, solo planetas muy grandes y muy jóvenes, porque son mucho más brillantes cuando son más grandes y más jóvenes», señala.

En esta búsqueda es muy importante la misión TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite), que la NASA lanzó en mayo. Un dispositivo con cuatro cámaras que tiene como objetivo buscar otra Tierra entre los exoplanetas.

Misión TESS

«TESS será muy importante porque va a darnos candidatos planetas donde podemos medir su radio y, cuando el radio es combinado con la masa por velocidades radiales, tenemos su densidad y podemos modelar el planeta para conocer su forma», puntualiza Jenkins.

«La nave espacial Kepler hacía lo mismo, pero TESS va a serlo para las estrellas cercanas, que son mucho más fáciles para confirmar, y que nos permitirá investigar su atmósfera también usando otros métodos. TESS va a encontrar una cantidad  gigante de planetas, muchos más que otros proyectos que han venido antes», dice.

¿Cuanto tiempo falta para que los seres humanos puedan visitar estos exoplanetas?

«Es muy difícil tecnológicamente», responde el astrónomo. «En el futuro distante, por qué no, pero por lo pronto no es posible sin una nueva física», precisa.

Sin embargo, destaca que hay un proyecto que se llama «Breakthrough Starshot», una iniciativa privada con sede en Estados Unidos, que está trabajando ahora para enviar naves espaciales pequeñas al sistema Proxima Centauri para tomar imágenes directas de Proxima b.

«La idea es que en 20 años más podamos lanzar los naves y empujarlas usando un láser muy poderoso en la Tierra, así que van a llegar alrededor de la estrella en solo 20 años más. Entonces, en solo 40 años, posiblemente, vamos a poner tecnología humana en otro sistema planetario», señala.

«Es un proyecto grande, pero aún hay muchos más obstáculos en la ruta para pasar», concluye.

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