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Cineastas critican duramente al Ministerio de las Culturas por restarse del «Cannes» del cortometraje CULTURA

Cineastas critican duramente al Ministerio de las Culturas por restarse del «Cannes» del cortometraje

Oficialmente la decisión de restarse de Clermont-Ferrand es para «priorizar otros mercados». La Asociación de Productores Independientes (API) y la Fundación VIART enviaron una carta a la secretaría de Estado para reconsiderarla. Creen que decenas de cortometrajes que se hacen anualmente en Chile no tendrán la opción de acceder a la última etapa de la cadena del mercado audiovisual.


Por determinación del Consejo del Arte y la Industria Audiovisual (CAIA), el Short Film Market del Festival Internacional de Clermont Ferrand, el mercado más grande del mundo especializado en cortometrajes, quedó fuera de las misiones apoyadas por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio el próximo año.

Según informó este lunes la Secretaría Ejecutiva del Consejo Audiovisual del Ministerio, la entidad decidió priorizar otros mercados, como México.

Esta sorpresiva decisión llega en un momento histórico para el cortometraje chileno, en el que, liderados por el Premio Oscar de Historia de un Oso y el primer lugar en Cinéfondation de Cannes que recibiera El Verano del León Eléctrico, las producciones de corta duración nacionales se han convertido en referentes de la industria cinematográfica mundial, triunfando en los festivales de cine más importantes del mundo, entre los que destacan Sundance, San Sebastián, Toronto y Berlín.

Reacciones: «nefasto»

En febrero de este año, el cineasta Felipe Elgueta pudo asistir al festival Clermont-Ferrand y su mercado. «Me impresionó el respeto y cultura en torno al formato de corta duración», comenta el cineasta, que presentó allí su obra Snap, codirigida con Ananké Pereira, que obtuvo una Mención del Jurado.

«En este sentido es muy triste que el CAIA haya determinado no seguir apoyando este espacio, es un retroceso en políticas audiovisuales y por sobre todo es invisibilizar y no entender el rol del cortometraje en nuestro medio», lamentó.

«Si bien es responsabilidad de todos el fortalecimiento de este formato –escuelas de cine, realizadores, productoras cinematográficas, festivales y distribuidoras–, es un error exigir al cortometraje las mismas lógicas de mercado que desarrollan los largometrajes, son perspectivas distintas de creación y producción, por lo tanto, debemos incentivar su desarrollo y exhibición», añadió.

El productor Alejandro Ugarte, que también asistió este año, calificó la decisión de «nefasta».

Clermont-Ferrand «se presenta como una gran oportunidad para los cineastas emergentes, que inician su carrera internacional, este mercado en particular es muy amigable, permitiendo que productores con poca experiencia puedan insertarse con facilidad en las dinámicas del mercado cinematográfico, conectando directamente con vendedores o con programadores de festivales de gran importancia como Cannes, Toronto, Locarno, entre otros, obteniendo buenos resultados», advirtió.

«Yo mismo he logrado por medio de este mercado llevar mis obras a diferentes rincones del mundo e incluso he logrado vender mis cortometrajes, cosa muy extraña en el mundo cinematográfico, ya que habitualmente se ve a los cortometrajes como productos sin expectativas comerciales», agregó. «Creo que el CAIA comete un error al quitar su apoyo a esta misión, ya que con esto le resta las posibilidades de exportar a cineastas que están recién comenzando en su carrera internacional, que por lo demás es muy competitiva».

Explicación oficial

Cada año las bases del Programa para asistir a Mercados Internacionales son revisadas previamente por una comisión de temas internacionales compuesta por consejeros del CAIA. El Consejo tomó la decisión a comienzos de septiembre, pero recién este lunes el Ministerio oficializó la decisión.

«Considerando la baja participación mostrada en años anteriores, que redundó en cupos desiertos, este 2018 el CAIA en pleno decidió no asistir a Clermont Ferrand, de Francia, y a MIA, de Roma, y priorizar la asistencia a otros mercados estratégicos de mayor demanda, como el aumento de cupos para el Mercado del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (marzo 2019), donde Chile será país invitado», indicó la Secretaría.

«Lo anterior, siempre considerando que los cortometrajistas puedan participar de todas las misiones», agregó.

Según la Secretaría, esta decisión se volverá a evaluar a fines de 2019, para la versión 2020 del programa, de acuerdo a las necesidades sectoriales y los enfoques estratégicos, y siempre con el objetivo de apoyar las acciones de participación, promoción y difusión del audiovisual chileno, tanto para el posicionamiento del talento creativo nacional como también para la obtención de premios y reconocimientos internacionales.

«El problema que plantean desde el CAIA es que no hay interés del sector por este mercado, ya que en las ultimas convocatorias para participar en él han sido muy pocas las solicitudes que llegan», comentó Ugarte. «Yo creo que esto ha ocurrido porque es poca la información –en general para todas las convocatorias de mercados–, muy baja la promoción y también que el periodo de postulación para este mercado es entre Navidad y Año Nuevo. Entonces la suma de factores hace que no lleguen solicitudes».

Lugar estratégico

Actualmente, Clermont-Ferrand destaca como un lugar estratégico para el cortometraje, recibiendo a más de 3 mil profesionales especializados y alcanzando hasta 150 mil espectadores entre la totalidad de sus exhibiciones, según destaca la Fundación VIART, que agrupa a profesionales del sector.

En sus más de 40 años de existencia, el Festival y mercado se han constituido como una parada obligatoria para productores, distribuidores, televisoras y agentes de venta, que ven en el cortometraje un espacio de descubrimiento de nuevos talentos, como Álvaro Anguita y Pablo Calisto, director y productor chileno respectivamente, que con su corto Las cosas simples ganaron el premio principal de la edición 2016, entre más de 90 producciones de todo el mundo, señalaron en un comunicado.

«El Festival Internacional de Cortometraje de Clermont-Ferrand ha recibido más de 462 cortos chilenos desde el año 2000, de los cuales 24 han sido seleccionados en competencia oficial, más de 5 producciones en los últimos 3 años, lo que lo convierte en una de las cinematografías con presencia más constante y destacada dentro festival/mercado», según una declaración de VIART.

Por el Short Film Market ha pasado la nueva generación de productores y directores nacionales como Carlos Leiva, Claudia Huaiquimilla, Álvaro Anguita, Pablo Calisto, Alejandro Ugarte, Luis Cifuentes y Alba Gaviraghi, por nombrar solo algunos. «Todos ellos destacados en la actualidad no solo por sus cortometrajes, sino ya desde sus primeras producciones de largometrajes», según VIART.

Solo negocios por e-mail

La decisión de apartar a Clermont-Ferrand de las misiones apoyadas por el ministerio también ha llamado la atención de organizaciones que actualmente desarrollan programas de producción y difusión de este formato, como la Asociación de Productores Independientes (API) y VIART, ya que, sin la posibilidad de asistir presencialmente, «los productores nacionales se verán en la obligación de buscar la concreción de negocios exclusivamente vía correo electrónico, perdiendo la capacidad de interactuar directamente con posibles interesados en su trabajo y generar las redes de contacto, tan relevantes en la industria audiovisual».

Para muchos autores, el cortometraje es la primera herramienta de validación en la industria audiovisual mundial. Grandes ejemplos de esto son los autores Francisca Alegría e Ignacio Juricic, quienes con sus cortometrajes Y todo el cielo cupo en el ojo de la vaca muerta y Locas perdidas, respectivamente, han concentrado tanto interés, que han llegado a ser destacados por revistas especializadas, por ejemplo la estadounidense Variety, como “directores del futuro” con sus futuros largometrajes, o productores como Ugarte, luego de participar dos ocasiones en Clermont Ferrand, ganó todos los premios del Guadalajara Construye del FICG, con su película Perro Bomba, incluido un screening en el Festival de Cannes.

Al mismo tiempo, el cortometraje ha dejado de ser el formato preferido solo de los estudiantes de cine, destacados directores como Maite Alberdi, Dominga Sotomayor y José Luis Torres Leiva, con varios largometrajes en sus espaldas, han vuelto dirigir cortos recientemente con gran éxito en festivales.

Contradicción de política oficial

Para muchos realizadores nacionales, la decisión representa una barrera más en la materia en que el cine nacional está más al debe, la distribución y comercialización, y a pesar de estar manifestado como una de las Políticas del Campo Audiovisual 2017-2022 del nuevo ministerio.

Allí, en el apartado sobre la “Internacionalización del Campo Audiovisual”, se indica que uno de los objetivos es “mejorar las condiciones de comercialización internacional de proyectos y obras”, estipulando como medida el “fortalecer la presencia de la producción audiovisual nacional en los mercados e instancias de industria internacionales estratégicos”, el “generar misiones exploratorias para ampliar la presencia nacional en los mercados” y “explorar nuevos mecanismos de distribución y ventas internacionales”.

La decisión del CAIA «significa que las decenas de cortometrajes que se hacen anualmente en Chile no tendrán la opción de acceder a la última etapa de la cadena del mercado audiovisual, que revive la pregunta  de para qué existen los incentivos en la producción si no se apoyarán las obras en su comercialización», indicó el presidente del VIART, José Gil.

Sin ir más lejos, según las bases del Fondo Audiovisual 2019 del Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio en su línea de producción audiovisual regional, este pondrá a disposición recursos de 400 millones que se convertirán en al menos 16 cortometrajes de factura internacional, sin contar los Fondos Regionales de Cultura (FNDR), ni las universidades e institutos, que siempre apoyan un número importantes de producciones en formato corto.

Piden reconsideración

En este sentido, la Asociación de Productores Independientes (API) y la Fundación VIART, creadora de la iniciativa Cortos en Grande (que incluye una competencia nacional de cortometrajes en cinco regiones del país y actividades de formación y de industria, como el CortosLAB y Cortos en Progreso, respectivamente), enviaron a comienzos de septiembre una comunicación a la Secretaría.

Allí solicitaron la reconsideración de la Misión y proponen un trabajo en conjunto para el segundo semestre del año para fomentar profesionalización del corto, desde la producción ejecutiva y la comercialización y, de esta forma, ayudar a que los realizadores encuentren vías y apoyos para sobre todo distribuir y mercadear sus producciones.

Adicionalmente, realizadores y productores que han participado en la Misión y en el Certamen decidieron enviar cartas de apoyo a la solicitud de la Fundación VIART y la API, entre ellos, José Luis Torres Leiva, Alejandro Ugarte, Claudia Huanquimilla, Pablo Calisto, Luis Cifuentes, Ignacio Hernández, Joaquín Rodríguez y Alba Gaviraghi.

Sin embargo, la misiva no obtuvo respuesta.

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