Esa es la noticia. Lo triste es que pocos lo saben y, peor aún, a pocos les interesa. Desde que el mismo Massú y Fernando González se retiraron, la atracción por el tenis en Chile ha decaído a niveles inimaginables. Tanto, que hasta se hacen chistes crueles con Paul Capdeville, quien tuvo la mala fortuna de convertirse sin mérito alguno en número uno de Chile en la época de vacas más flacas de nuestro tenis.
Qué lejos estamos de Fillol y Cornejo, quienes sin ser grandes maravillas, lograron llevar a nuestro país a la final de la Davis en 1976 y pelear durante una década con Estados Unidos (Stan Smith, Tom Gorman, Brian Gottfried) la supremacía en América, cuando la Copa tenía otro formato.
Luego tomaron la posta Hans Gildemeister y Belus Prajoux, más la irrupción de Ricardo Acuña, para mantener a Chile dentro del grupo principal, al menos a nivel sudamericano.
La siguiente es historia reciente y conocida, con el trío formado por Marcelo Ríos y los ya nombrados González y Massú, quienes bien pudieron llegar a instancias mayores con un poco de mayor compromiso del primero y un par de escalones más de calidad en los segundos.
No se trata de ser malagradecidos, pero ellos tenían méritos suficientes para alzarse con la ensaladera plateada. Tal como lo demostraron con los dos títulos conseguidos en 2003 y 2004 en la desaparecida Copa Mundial por Equipos (ATP World Team Cup) en Düsseldorf, Alemania.
Luego el tenis chileno cayó al nivel más bajo, con siete derrotas en los últimos nueve enfrentamientos. Las caídas más severas, a nivel de catástrofe, fueron ante República Dominicana y Barbados, países con tenistas semi profesionales.
Sin recambio generacional planificado, sin la calidad espontánea que nos salvó en otras ocasiones, Chile cayó al Grupo II Americano, que representa algo semejante a una Tercera o Cuarta División.
Massú, acompañado de Ríos, tiene a su cargo el equipo actual, lleno de juventud, ganas y talento en ciernes. Están Gonzalo Lama (21 años y 220° en la ATP), Christian Garín (18 años y 229°) y el nieto de Jaime Fillol, Nicolás Jarry (19 años y 192° en el ránking). A ellos se suma Hans Podlipnik, de 27 años y 177° en individuales.
La primera raqueta peruana es Duilio Beretta (422°), quien será acompañado por Juan Pablo Varillas (660°), Sergio Galdós (1.439°) y Duilio Vallebuona (1.541°). Pablo Arraya es el capitán.
“Tenemos tenistas jóvenes. La competitividad y la presión a veces pueden hacer que pierdas la cabeza. Estamos listos, preparados para jugar contra cualquiera. Vamos a dar batalla”, dijo Arraya, con su optimismo acostumbrado.
Pero Chile es ampliamente favorito. Por historia, ránking y localía. Y aunque Massú ha señalado que no quiere confiarse, como siempre ha sido un ganador, apuesta alto: “Hay muchos chicos que están trabajando bien. Pronto vamos a estar jugando el Grupo Mundial y no nos vamos a dar ni cuenta”.
Lo bueno es que todo lo que se logre ahora será positivo. Como un nadador que llega al fondo de la piscina y se impulsa con los pies para retornar a la superficie y volver a respirar. A partir del viernes, este desesperado quiere tomar una buena bocanada de aire fresco.
