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Así se informó a través de un comunicado a la comunidad ignaciana, medida que fue adoptada gracias a la presión de los apoderados luego de que la entidad informara que tres sacerdotes habían sido investigados y declarados culpables de abuso y transgresión de conciencia. [ACTUALIZADA]
Un acuerdo entre la Dirección del Colegio San Ignacio Alonso de Ovalle, el Centro de Padres y la Compañía de Jesús permitió el traslado de dos jesuitas sancionados canónicamente por abusos a menores que habitaban en la Residencia San Ignacio.
Así se informó a través de un comunicado a la comunidad ignaciana, medida que fue adoptada gracias a la presión de los apoderados luego de que la entidad informara que tres sacerdotes habían sido investigados y declarados culpables de abuso y transgresión de conciencia, detalla La Tercera.
Se trata de Jaime Guzmán, suspendido en 2012, quien además enfrenta otra causa que ya fue derivada al Vaticano, y Raúl González, acusado en 2012.
Tras recibir la información, el directorio del centro de padres sostuvo una reunión con el rector Marcelo Mackenney y el capellán Gonzalo Contreras, en la que las autoridades explicaron que el provincial de la compañía, Cristián del Campo, era quien debía decidir la conveniencia o no de que los religiosos permanecieran en el recinto educativo. Finalmente, se optó por alejarlos.
En tanto, un tercer denunciado, Juan Pablo Cárcamo, sancionado por transgresión de conciencia en un caso que no tiene relación con menores, no ha sido apartado de la comunidad.
Esta situación ocurre en el marco de la crisis que actualmente atraviesa la Iglesia Católica chilena, sacudida por una serie de escándalos por abuso sexual y encubrimiento por parte de sus miembros. De hecho, el próximo 21 de agosto, el arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati deberá declarar en la Fiscalía Regional de Rancagua en calidad de imputado ante su eventual responsabilidad por el delito de encubrimiento.
