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Negocio bancario y restricción crediticia

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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En la lógica de la restricción crediticia actual, la política monetaria habría agotado sus márgenes de maniobra tradicional, pero le quedan aún muchos otros instrumentos, entre ellos la compra de sus propios bonos a dos o más años lo que permitiría bajar la tasa de interés de largo plazo.


El reciente desencuentro entre las autoridades de Hacienda y las del sistema bancario no es exclusividad de nuestra economía. Como es sabido cuando un banco central quiere sostener o acrecentar el nivel de actividad económica, baja su tasa de interés de referencia, es decir la tasa de interés a la cual el presta a corto plazo a los bancos que tienen necesidad de financiamiento y cuyo nivel debería transferirse en plazos breves a los créditos otorgados por los bancos.

Para responder a la crisis actual, los bancos centrales desde hace tiempo han bajado fuertemente sus tasas de referencia, las cuales se aproximan a cero en varios países (EE.UU., Reino Unido, Japón y otros) o a tasa muy bajas (1% en la zona euro); pero además los bancos centrales utilizan una enorme distribución de liquidez que llaman con candor «políticas monetarias no convencionales».  No obstante lo anterior, en casi todos los países señalados existe una queja sobre la estrechez del crédito y el comportamiento remolón de los bancos para bajar sus tasas.

Ahora bien, ¿qué es lo específico en el caso chileno? Primero, que el banco central redujo tardíamente sus tasas de interés de referencia de por si  elevadas. Hasta comienzos de enero dicha tasa fue de 8,25%, cuando era de toda evidencia que el problema que enfrentaba la economía  no era el de  inflación sino de recesión. Es cierto que el banco bajo rápidamente sus tasas en los meses siguientes llevándolas al 0,5% actual (desde el 10 julio). Segundo,  en el sistema bancario chileno no hay bonos tóxicos en las carteras de activos,  como en el caso de los países señalados, y por tanto no están obligados a hacer provisiones por esta razón y dejando menos recursos para crédito.

Tercero, los bancos chilenos están bien capitalizados o con abundantes fondos propios. En estas condiciones uno esperaría, que el sistema bancario chileno  tuviera una conducta más proactiva. ¿Cuál es la realidad?

Según la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras las tasas de interés promedio expresadas en términos anuales han bajado todas ellas al mes de junio respecto al mes de enero del presente año. Para las operaciones en pesos no reajustables a mas de 90 días, y tratándose de créditos mayores de 5 il UF y menores de 200UF, la  reducción es de casi 5 puntos porcentuales Para operaciones más cortas, es decir inferiores a 90 días, la reducción es de 9 puntos porcentuales para créditos mayores a 5 mil UF y poco mas de 5 puntos para créditos inferiores a 5 mil UF. En lo que se refiere a las operaciones reajustables en UF de más de un año, donde se involucra el crédito hipotecario o de inversión, los créditos mayores a 2 mil UF o inferior a esta cifra, la reducción de la tasa de interés es de 2,1 puntos porcentuales.

En lo que se refiere a operaciones ligadas al consumo mayores de 90 días, la tasa de interés de  las tarjetas de crédito, no obstante una baja de poco menos de 5 puntos porcentuales, sigue siendo muy elevada para créditos de hasta 200 UF, pues ella se situaba en junio en 47,52% y las líneas de crédito en 41,6%. Cabe observar que aquí estamos hablando de tasas de interés promedio sin conocer su dispersión, es decir, que proporción de los créditos están afectos a las tasas máximas y cuánto a las mínimas. Por otra parte el banco central acaba de informar que si bien en el mes de julio las tasas de interés se siguen reduciendo para los préstamos de consumo y comerciales para plazos entre 180 días y hasta un año, sin embargo las tasas para crédito de consumo entre 1 y 3 años y comerciales a más de un año aumentaron 1,5 puntos y 3 puntos porcentuales en el mes.

En cualquier caso, lo que queda en evidencia es que el esfuerzo hecho por los bancos para transmitir la baja de la tasa de referencia del banco central de 7.75 puntos porcentuales, son todavía muy limitadas, sobretodo habida cuenta que hoy los bancos captan depósitos a tasas bajísima y disponen además de instrumentos distintos a la tasa de referencia del banco central  que facilitan la liquidez. El argumento en que se escudan los bancos es que el riesgo de prestar en la actual coyuntura es más elevado. Volveremos sobre esto.

Un segundo elemento a tener en cuenta es la existente restricción al crédito. En efecto, los bancos, al igual que el primer trimestre del presente año, durante el segundo trimestre redujeron en 1,5% real  las colocaciones totales y las colocaciones comerciales de 2,9% real. Por otra parte los bancos privados disminuyeron su stock de colocaciones o cartera de crédito en 3,4% real. Una conducta contraria es la del BancoEstado que acentúo su crecimiento especialmente en colocaciones comerciales (18% trimestral) reduciendo así la participación de mercado de los principales bancos privados y presionando los Spreads a la baja.

Cabe hacer notar que hay un giro positivo en las tareas del BancoEstado en el último período respecto a las que le eran asignadas en administraciones pasadas, donde se le exigía sólo ser un banco comercial más y alinearse con los grandes bancos privados.

Por lo tanto los bancos privados no sólo se demoran en bajar significativamente sus tasas de interés, sino además ellos mantienen importantes restricciones al otorgamiento de crédito en vista del mayor riesgo  debido a la contracción de demanda que sufre actualmente nuestra economía. Como es sabido en la lógica del negocio bancario cuando la calidad de la cartera de préstamos mantiene su tendencia al deterioro, ello trae como consecuencia un significativo aumento del gasto de provisiones (18% real en el trimestre) lo cual finaliza por afectar la utilidad del sector. A pesar de ello se estima  que el sector bancario tiene  una rentabilidad sobre capital y reservas del orden del 15%.

Naturalmente los más afectados por la situación descrita son las empresas medianas y pequeñas pues ellas son cautivas de un mercado del crédito muy concentrado, ya que los cuatro principales bancos privados concentran casi dos tercios de las colocaciones y donde el grado de competencia en algunos segmentos es muy limitada no obstante las positivas incursiones del BancoEstado. Por el contrario, las empresas grandes se financian en el mercado de capitales colocando bonos o recurriendo al crédito externo donde sí existe un mercado muy competitivo.  

Podemos concluir que en la lógica de la restricción crediticia actual, la política monetaria habría agotado sus márgenes de maniobra tradicional, pero le quedan aún muchos otros instrumentos, entre ellos la compra de sus propios bonos a dos o más años lo que permitiría bajar la tasa de interés de largo plazo. En este contexto una política fiscal mas expansiva también puede ayudar  a romper y desentrampar  la lógica bancaria expuesta, en la medida que dicha política colabore a una recuperación  rápida de la demanda interna y el empleo.

*Alexis Guardia es economista.

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