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Según Bloomberg la Sudamericana de Vapores puede ser una de las peores apuestas del Grupo Luksic

En momentos en que el crecimiento y los mercados bursátiles globales se desploman, pasará “mucho tiempo” antes de que la compra rinda frutos, si es que alguna vez suceda, dijo Jorge Ríos, un analista de Corpbanca, el cuarto mayor banco de Chile por valor de mercado.


Los Luksic se convirtieron en la familia más rica de Chile comprando malos negocios y transformandolos en exitosos. Con su inversión en Vapores esa racha podría estar llegando a su fin.

Quinenco, la compañia que controlan los hermanos Luksic, dijo el 2 de septiembre que compraría US$1.000 millones de un aumento de capital de US$1.200 millones en CSAV, la naviera más grande de América Latina. Con esa inversión los Luksic asumen el control de la compañía. Desde el anuncio del negocio, las acciones de Vapores, como se le llama a la compañía, han caído 43 por ciento.

Guillermo Luksic, que se convirtió en presidente de CSAV luego de que Quinenco le comprara el 10 por ciento de la compañía a la familia chilena Claro en marzo, sigue los pasos del multimillonario estadounidense Wilbur Ross, al apostar al mercado naviero a pesar de que este está en medio de una aguda recesión.

En momentos en que el crecimiento y los mercados bursátiles globales se desploman, pasará “mucho tiempo” antes de que la compra rinda frutos, si es que alguna ve suceda, dijo Jorge Ríos, un analista de Corpbanca, el cuarto mayor banco de Chile por valor de mercado.

“Esa compañía genera destrucción de valor”, dijo Ríos en entrevista telefónica. “No hay manera de que las acciones suban a corto plazo”. Ríos recomienda “conservar” las acciones y dijo que dentro de un mes cambiará y recomendará “vender”.

CSAV, que tiene sede en Valparaíso, perdió US$525 millones en el primer semestre de este año debido a la desaceleración de la economía global, los crecientes precios de los combustibles y la abundancia mundial de barcos, luego de ganar US$171 millones en 2010. Las pérdidas del tercer trimestre rondarán los US$339 millones del segundo trimestre antes de que comience la recuperación en 2012, dijo la compañía en una declaración del 26 de septiembre.

Las acciones han caído más de 80 por ciento respecto de su punto más alto en 12 meses del 28 de octubre de 2010. La propia Quinenco declinó 35 por ciento, mientras que el índice MSCI World ha declinado 16,6 por ciento este año.

“Confiamos en que con la capacidad que podemos sumar a la experiencia de Claro y con el respaldo financiero, podemos convertir CSAV en lo que fue alguna vez, y probablemente en mucho más que eso”, dijo Guillermo Luksic a la prensa el 8 de abril.

En una presentación ante organismos reguladores, CSAV dijo que el aumento de capital “es vital para reducir la volatilidad de los resultados y mejorar la competitividad de CSAV, dado que sólo mediante el incremento del porcentaje de flota propia la compañía puede encontrarse en niveles más adecuados en relación con el sector”.

En la misma presentación, CSAV dijo que buscará incorporar un socio mayor y que podría escindir Sudamericana Agencias
Marítimas SA, SAAM, su empresa de logística portuaria.

Andrónico, el patriarca de la familia Luksic, que murió en 2005, amasó la fortuna familiar con la compra de una firma deficitaria operadora de ferrocarriles en el desierto de Atacama en 1980, que luego convirtió en una mina de cobre con sede en Londres, Antofagasta Plc, que el año pasado tuvo ingresos de US$4.580 millones. Guillermo y sus hermanos, Jean-Paul y Andrónico, han expandido desde entonces las actividades familiares a oros sectores de la economía chilena.

En 2001, la familia aumentó su participación en Banco de Chile de 12 por ciento a 52,7 por ciento. El valor de mercado del banco se ha decuplicado desde la adquisición y ha alcanzado alrededor de US$9.500 millones, mientras que era de US$992 millones a fines de 2001, según datos que recopiló Bloomberg.

Quinenco también controla Cía. Cerverías Unidas, la mayor compañía cervecera del país y la segunda más grande de Argentina, con Heineken. Los ingresos anuales crecieron a US$1.790 millones en 2010 y eran de US$1.120 millones en 2006, según una presentación que la compañía preparó para inversores.

“No están entre los más eficientes en cada sector en el que participan, pero saben cómo negociar buenas relaciones”, dijo Patricia Pellegrini, una analista de la firma de operaciones LarrainVial en Santiago.

Se estima que la industria de transporte de contenedores, que el año pasado tuvo ingresos de unos US$200.000 millones, perderá entre US$2.500 millones y US$3.000 millones en 2011, dijo en una entrevista en agosto Philip Damas, director de cadenas de oferta y transporte marítimo de Drewy Shipping Consultants en Londres.

“El sector en su conjunto quemó efectivo en el segundo trimestre”, dijo Menno Sanderse, analista de Morgan Stanley en Londres, en entrevista telefónica del 27 de septiembre. “Las cosas no mejoran, sino que empeoran”.

CSAV, que comprende a su subsidiaria Norasia CSAV, es la octava firma operadora del mundo de barcos de contenedores, según Containerisation International, una empresa londinense proveedora de datos y análisis.

“Nunca pensaron que este año sería tan malo”, dijo Pellegrini, que recomendó a sus clientes vender las acciones de CSAV luego de que la compañía redujo sus perspectivas para el resto del año en su declaración de ingresos del segundo semestre el 26 de septiembre.

La familia tiene recursos para resistir una prolongada declinación naviera. Iris Fontbona, la viuda del magnate minero Andrónico Luksic, encabeza el clan, que según la revista Forbes tiene un patrimonio neto de US$19.200 millones.

“El tema es cuánto efectivo se quema entre ahora y el momento en que los activos vuelvan a ser caros”, dijo Sanderse, de Morgan Stanley. “Los bolsillos no tardan un tiempo infinito en vaciarse”.

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