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Más de 900 mil clientes de La Polar continúan con deudas repactadas unilateralmente

En medio de la mediática audiencia de formalización que dejó en prisión preventiva a tres de los cinco ejecutivos formalizados por el caso La Polar, el millón de afectados por las cuestionadas repactaciones unilaterales ha pasado a segundo plano. Según constató El Mostrador menos del 10% se acogió a los planes de compensación diferenciados que ofrecía la compañía, plan duramente cuestionado por el director del Sernac, Juan Antonio Peribonio. En un caso se ofrecía una tasa del interés del 1,6% para calcular el dinero a devolver a los que habían pagado todo, como para los que aún mantenían deudas. Para el segundo grupo, la tasa era el doble y sólo hubo un mes de plazo para acercarse a arreglar con la empresa. El Sernac espera, desde el 30 de septiembre, una respuesta que aclare ese y otros puntos aún en la nebulosa.


El plan de compensación impulsado por La Polar para redimir a más de millón de clientes repactados unilateralmente, no puede calificarse como un éxito: sólo 67.535 personas se acogieron a la propuesta.

El resto de los afectados, más de 900 mil clientes, mantiene la misma deuda repactada por la compañía sin su consentimiento. La mayoría que, en promedio, sufrió 8 repactaciones unilaterales, probablemente ni siquiera esté enterado.

Desde La Polar se defienden y aseguran que se han tomado una serie de medidas para regularizar estos. De hecho, explican que si cualquier persona se acerca a alguna de las tiendas comprobará que existen dos versiones de su deuda: la antigua (repactada sin consentimiento) y la nueva recalculada en base a diversos criterios. Lo importante, aseguran, es que las puertas están abiertas para sentarse a conversar.

César Barros, el presidente de la multitienda, destaca que todos los clientes de La Polar fueron retirados de Dicom, cosa que no queda clara al revisar la FECU entregada el 30 de septiembre.

Sabiendo el daño a la confianza que sufrió la cadena, la apuesta de la nueva administración es a proyectar una imagen más amable y comprensiva con los clientes estafados. Objetivo que, según el director del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), Juan Antonio Peribonio, y el director de Chile Ciudadano, Tomás Fabres, está bastante lejos de cumplirse. Principalmente porque las acciones de esta nueva Polar demuestran lo contrario. Para Peribonio, que a través del Sernac impulsa un juicio colectivo en contra de la compañía, es hora de “de que la nueva administración realmente se preocupe de sus consumidores”.

La antigua Polar versus la nueva

En enero de este año, Patricio Núñez abonó $900 mil a la deuda de $1,7 millones que mantenía con La Polar. En la compañía le dijeron que pagando ese monto su deuda estaba saldada, lo que le pareció extraño pero era la única solución para salir de Dicom y postular a un crédito hipotecario para financiar la casa propia y vivir con su pequeña hija y su esposa.

[cita]Peribonio señala que «no me gusta que tengamos un juicio colectivo que los actuales administradores no reconocen. La tramitación debería ser más simple y rápida para los consumidores, y que la empresa no utilice herramientas procesales para dilatar el juicio y leguleyadas para no responder frente a los afectados».[/cita]

Patricio, quien trabaja en la minera Doña Inés de Collahuasi y vive en Iquique, tenía un cupo de crédito que no superaba los $250 mil, con lo que había comprado varias cosas, pero tal como le sucedió a más de un millón de clientes, terminó con una deuda millonaria porque, según explica, ésta fue repactada unilateralmente por la empresa.

“Cuando se destapó la olla en junio y apareció en los medios lo que habían hecho, recién supe lo que había pasado. Luego se anunció que las personas afectadas iban a ser beneficiadas por un plan de compensación de la empresa. En julio me acerqué a la tienda para preguntar lo del reembolso y me dijeron que en Santiago tenían que verlo. Insistí varias veces. No pasó nada. Hasta hoy», explica el operador de sistema eléctrico en minas.

Según el director de Chile Ciudadano, Tomás Fabres, «muchas personas que habían pagado su deuda con La Polar, y lo habían hecho de más, llamaban todos los días para conocer la propuesta que ésta ofrecía. Pero desde la compañía les decían que había un problema computacional o que no estaban en el sistema. Cuando estaba por expirar el plazo de la propuesta recibían un mensaje en su celular o una llamada a la casa diciendo que estaba lista su oferta. Ellos iban el primer día hábil siguiente y les decían que la oferta ya estaba caducada».

El abogado representa a unos 60 clientes, aunque cree que se sumarán muchos más. Fabres también critica que en estos casos y también en el de aquellas personas que no habían pagado lo que adeudaban, las propuestas compensatorias enviadas no detallaban a qué correspondía la deuda ni cuando se hicieron los pagos.

Las críticas de Peribonio al plan compensatorio

El plan de compensación de la Polar, impulsado por el nuevo directorio, tuvo dos fases. La primera, que se inició el 21 de junio y se extendió hasta el 15 de septiembre, incluyó a 563 mil clientes –los que fueron identificados como repactados unilateralmente- e incluía un recálculo de la deuda hasta volver al monto adeudado original al que se le aplicó un interés de 1,6% mensual.

El segundo grupo estaba compuesto por los 511 mil clientes que fueron identificados por la empresa después de que estalló el escándalo y que fueron sindicados como «potenciales clientes repactados unilateralmente». A estos se les aplicó un interés mensual del 3% y sólo tuvieron  un mes para acogerse a la compensación, entre el 26 de septiembre y el 31 de octubre.

En vista de esta diferencia, Fabres opina que «la nueva Polar no ha tenido el comportamiento que esperábamos, porque no le da cuentas claras a sus clientes y además modifica las condiciones de compensación para ellos, haciéndolas más gravosas en el caso del segundo grupo».

El director del Sernac, Juan Antonio Peribonio, califica como «injustificada» la diferencia entre un grupo y otro.»Es algo horroroso. Pero legalmente no podemos impedir que lo hagan».

Peribonio no está conforme con el actuar de la “nueva” Polar, ya que señala que no observa cambios concretos en el actuar de la empresa con sus clientes. Entre otros puntos por cómo se desarrolló el plan de compensación. «En esa época y hoy también está desbordándose. Estamos hablando de poca claridad. La Polar no respondió una serie de requerimientos que le hicimos, como especificar cuánto fue el dinero que devolvieron. Nos informaron que habían sido alrededor de $900 millones».

Peribonio pone como ejemplo el oficio enviado a la empresa el 31 de agosto en que se le solicitó remitir una serie de puntos relativos al primer proceso de compensación. La respuesta de la empresa no aclaró varias aristas. El 30 de septiembre se envió un nuevo oficio en el que se pedía, entre otras cosas, detallar el resultado final de dicho proceso, y enviar «en el plazo de cinco días hábiles administrativos, todos los términos y condiciones de este nuevo plan compensatorio y, en especial, los fundamentos que explican por qué a este nuevo grupo de consumidores, también afectados por las repactaciones unilaterales y sin consentimiento de los titulares, se les pretende aplicar una tasa de interés mayor a la ofrecida en el plan de regularización inicial». A la fecha aún no ha sido contestado.

Por otro lado, el director del Sernac recuerda que inicialmente La Polar pretendía compensar a sus clientes a través de una tarjeta de regalo para canjear en la misma tienda. «Esto lo objetamos porque no era proporcional en relación a la gravedad de los hechos. Era un daño grave de tal magnitud que no se puede reparar con eso. Al principio no querían y en medio del tira y afloja se metió el ministro del Interior, luego de lo cual la empresa tuvo que devolver dinero en efectivo».
Tampoco respalda, aunque admite es una fórmula bastante utilizada en este tipo de conflictos, que  el proceso de compensación haya incluido un finiquito. «No nos gustó porque implicaba renunciar a acciones legales, por lo que probablemente si ganamos el juicio colectivo no se verán beneficiados con la sentencia. El problema es que había gente en Dicom que necesitaba urgentemente salir, y era muy difícil esperar a que saliera la sentencia».

No se sabe cuánta gente firmó este finiquito: «esta es información que tampoco quiso entregar La Polar aunque la solicitamos a la nueva administración hace varios meses. Otra información que ha negado es el informe completo del proceso de planes de compensación para no quedarnos sólo con la información de prensa, pero no hemos recibido toda la información que hubiésemos querido porque estamos enfrentados con ellos en un juicio colectivo. Y probablemente piensan que cualquier información que nos entreguen la usaremos. Por eso no me gusta la actitud de la empresa que debería transparentarlo todo».

Peribonio señala que «no me gusta que tengamos un juicio colectivo que los actuales administradores no reconocen. La tramitación debería ser más simple y rápida para los consumidores, y que la empresa no utilice herramientas procesales para dilatar el juicio y leguleyadas para no responder frente a los afectados».

Y recalca que “me gustaría que entendieran que el millón de consumidores está esperando”. Sobre todo tomando en cuenta que el abogado Davor Harasic representa a la compañía en el juicio penal y en la demanda colectiva. “Ellos han señalado la importancia de los consumidores, esperamos tengan la misma disposición en el juicio colectivo en relación al millón de afectados”

Dos versiones sobre la salida de clientes de Dicom

César Barros, Presidente del directorio de La Polar, rechaza que los resultados del plan de compensación no hayan sido transparentados. Al contrario, el ingeniero agrónomo destaca que el plan en cuestión demuestra la buena voluntad de la compañía con sus clientes, ya que “no teníamos ninguna obligación de hacerlo, porque el Sernac no nos daba nada a cambio”.

Según explica el ex presidente de SalmonChile toda la información fue entregada a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS). Efectivamente, en la FECU al 30 de septiembre se detalla que 45.883 clientes del primer grupo acogieron al plan con una tasa de 1,6%, mientras, el segundo grupo integrado por 21.652 personas tenía una tasa del 3%.

De ese total 18.502 obtuvieron la devolución de su dinero por un monto total de $3 mil millones mientras que 48.337 clientes pagaron el total de su deuda recalculada o un pie de su deuda recalculada y renegociaron el resto en cuotas.

Ni en la FECU entregada a la SVS ni en las respuestas al Sernac se detallan por qué hay dos tasas distintas. Según Barros la explicación está  “en que no hay constancia de que los clientes identificados en la segunda tanda hayan sido repactados unilateralmente. Lo podríamos investigar, pero tomaría tanto tiempo que preferimos darle algún grado de compensación a los clientes hayan sido o no renegociados”.

Además, señala que las características de ambos grupos eran muy diferentes. En promedio el primero sufrió 13 repactaciones unilaterales, mantenía una deuda de $1,3 millones y había pagado $270 mil. El segundo grupo tenía dos repactaciones en promedio, una deuda de $590 mil y había cancelado casi $700 mil.

Barros destaca que los clientes tanto de uno como de otro grupo fueron eliminados de Dicom durante el proceso de compensación. Y que ninguno fue reingresado. A pesar de ello en la FECU se informa que los clientes “se mantienen fuera del boletín comercial hasta el 31 de octubre”.

El presidente del directorio recalca que no es así, ya que terminado el plazo de los planes se decidió mantenerlos fuera por un nuevo período, aunque advierte que puede haber errores puntuales, por lo que llama a que la gente que aún esté en Dicom “recurra a La Polar y los vamos a sacar y además los vamos a renegociar en las mejores condiciones que se pueda”. Ofrece incluso mejores condiciones: “No les aplicaremos tasas máximas convencionales, dimos permiso al gerente para que lo haga hasta el 0,5% mensual”.

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