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Consumo de carnes alcanzó 84,2 kilos netos por habitante en 2011 y casi duplica el promedio mundial

Este volumen implica una variación positiva de 2,6% respecto al año pasado lo cual es levemente superior a la tasa de crecimiento promedio anual de los últimos 10 años (1,8%).


El consumo de carne por habitante en Chile durante el año 2011 alcanzó 84,2 kilos netos, según informó el ministro de Agricultura, Luis Mayol, al dar a conocer un cálculo de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa).

Este volumen implica una variación positiva de 2,6% respecto al año pasado lo cual es levemente superior a la tasa de crecimiento promedio anual de los últimos 10 años (1,8%).

«Lo anterior, nos sitúa en un nivel que coincide con la estimación que realiza FAO para los países desarrollados y casi duplica el promedio de 42 kilos que estima como consumo per cápita anual a nivel mundial. Nuestro principal consumo con 36,1 kilos por habitante al año, corresponde a carne de aves de los cuales 4,7 kilos son de carne de pavo. En segundo lugar se encuentra la carne de cerdo con 25,7 kilos, seguida de la carne bovina (21,7 kilos). En este último producto una proporción cercana al 50% es de origen importado», señaló el ministro de Agricultura.

Desde 1998, la carne de aves es la preferida por los consumidores nacionales, desplazando a la carne de bovinos. Lo anterior se debería a los grandes avances de la industria que llegaron a los consumidores con un producto que económicamente es más atractivo que las otras carnes y además se ha posicionado como un producto de fácil preparación y saludable.

En cuanto a la carne de cerdo desde mediados de la década de la década de 2007 existe un crecimiento continuo en la disponibilidad en Chile.

Durante 2008 supera al consumo de carne vacuna y según Odepa lo anterior se debe al esfuerzo del sector por llegar a los consumidores con un producto adecuado para las exigencias actuales, un producto sabroso, no engrasado, en presentaciones adecuadas para la cocina y a un precio conveniente.

En tanto la disponibilidad de carne bovina se ha mantenido relativamente estable en los últimos 10 años, con una tasa de crecimiento promedio anual de -0,2%. Sin embargo, durante el presente año se observa una baja brusca (-8,7%), llegando a solo 21,7 kilos por habitante.

Lo anterior obedece al aumento de los precios internacionales de este producto ya que el consumo nacional de carne bovina se ve fuertemente afectado por la posibilidad de importar carne a precios convenientes, pues prácticamente la mitad de nuestro consumo proviene de importaciones.

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