Philippe Petitcolin estuvo en Chile y se reunió con el nuevo ministro de Justicia, José Antonio Gómez, y la directora del organismo, Claudia Gallardo.
Philippe Petitcolin no se ve un hombre preocupado. Matemático (tiene un Master) y amante del rugby, el CEO de Morpho está confiado en que su empresa está en Chile para quedarse y que tendrá una larga y exitosa presencia en el mercado.
Algunos pensarían que esa visión es fantasía pura, considerada la polémica que se generó durante el verano por las fallas en el nuevo proceso de fabricación de los nuevos carnés y pasaportes que gatillaron colas interminables en muchas de las oficinas del Registro Civil.
Morpho pertenece al grupo francés Safran. A fines de 2011, se adjudicó una controvertida licitación del Registro Civil para desarrollar por 10 años los pasaportes y cédulas de identidad de los chilenos. El contrato, que podría llegar a generarle ingresos por 400 millones de dólares, tuvo un dramático comienzo el 30 de septiembre de 2013: debió enfrentar un paro de funcionarios del Registro Civil que duró 18 días hábiles, la pérdida de aproximadamente 400 cédulas de identidad, el extravío de los datos de 900 pasaportes y caídas constantes de su sistema informático.
Los sindicatos los culpan de ser responsable por las fallas en el nuevo proceso y, paralelamente, Sonda –el rival que tuvo la concesión por 10 años– sigue tratando de impugnar el contrato por vías legales. Nada de eso parece inmutar a Petitcolin. Ni siquiera cuando se le informa que Sonda, empresa controlada por el empresario cercano al ex presidente Piñera, Andrés Navarro, habría contratado al abogado y lobbista Darío Calderón.
El ejecutivo francés estuvo en Chile y se reunió con el nuevo ministro de Justicia, José Antonio Gómez, y la directora del Registro Civil, Claudia Gallardo. Dice no estar preocupado por la larga batalla de Sonda y el Registro Civil y no ve una amenaza a la concesión, ya que tiene «plena confianza en que Chile es un Estado de derecho».
«Estamos en total cumplimiento del contrato. El sistema está funcionando bien. El nivel de enrolamiento crece sin mayores problemas y estamos entregando los documentos como estipula el contrato. En tres a seis meses el sistema será más amigable. Se abrirán más estaciones y se utilizarán las existentes en una forma más eficiente. Eso ayudará a reducir las colas», afirma Petitcolin.
Dice que el contrato anda bien y que hay cosas que pueden realizar en conjunto con el Registro Civil para hacer el proceso más fácil para la ciudadanía, pero reitera que Morpho está en «absoluta conformidad con las especificaciones del contrato».
El comentario es relevante, ya que, de acuerdo al contrato, están contempladas multas y sanciones por fallos en el sistema, rendimiento y plazos estipulados. En febrero el caso pasó a Contraloría, que es la que decidirá si Morpho debe o no pagar multas por los problemas del verano.
Hasta ahora, los tribunales han favorecido ampliamente al Registro Civil y Morpho en la larga batalla legal con Sonda por el contrato. De acuerdo a una fuente del Registro Civil, el marcador es hasta ahora 15-0 a favor del organismo.
Morpho le ganó el contrato a Sonda –que lo tuvo por 10 años– en la polémica licitación que comenzó en febrero de 2008, donde participaron varios consorcios internacionales. Desde entonces que la empresa controlada por el empresario Andrés Navarro ha efectuado una serie de actuaciones procedimientos judiciales administrativos, y ninguno ha sido acogido.
El último revés lo sufrió Sonda en el verano, cuando la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones determinó que la autoridad sí tenía facultades para dejarlo fuera del proceso (Sonda no tenía experiencia en las tecnologías con chip). La Corte rechazó el recurso interpuesto por Sonda contra el Registro Civil, en el que reclamaba por haber sido excluido de la licitación del nuevo sistema de identificación.
El Tribunal no sólo rechazó el recurso, sino que además condenó a Sonda a pagar las costas del juicio.
En un comunicado, la empresa de la multinacional francesa dijo que el fallo de la Corte de Apelaciones «viene a ratificar el proceso y validar la legalidad de la licitación mediante la cual Morpho se adjudicó el contrato».
Agrega que, con esta resolución, «se despejan todas las dudas que Sonda ha querido poner de manera insistente sobre un proceso exigente y riguroso que le permitió a Morpho convertirse en el nuevo proveedor de las nuevas cédulas y pasaportes con los más altos estándares de calidad y seguridad».
En el comunicado, Morpho expresa que «ninguna de las múltiples demandas presentadas por Sonda ha desviado ni desviará nuestro compromiso central de poner a disposición del país la mejor tecnología para el desarrollo del más moderno sistema de identificación, con los más exigentes estándares a nivel mundial».
Respecto al asunto, el abogado de Morpho, Tomás Aylwin, dio hace unos meses una entrevista en El Mercurio y mandó una carta al director del mismo diario. Según Aylwin, «el nuevo sistema de identificación del Registro Civil es uno de los más seguros y avanzados del mundo y, en tres meses, se han entregado 700 mil cédulas y pasaportes electrónicos, que por primera vez cumplen todas las medidas de seguridad internacionales requeridas. Es decir, más y mejores documentos que antes. Esto gracias al trabajo de los directivos y funcionarios del Registro Civil y de Morpho y pese a los obstáculos del anterior proveedor».
Petitcolin manifiesta que Morpho no se va a quedar solamente con el Registro Civil. «No vinimos a Chile sólo para hacer un negocio», afirma con fuerza. Dice que hay un enorme potencial y demanda de la ciudadanía para usar nuevas tecnologías y que el futuro es el negocio de la biométrica y la identidad digital.
El ejecutivo francés dice que hay mucha demanda por productos de identidad biométrica, pero a raíz de la crisis de los últimos años, hay muchos países con problemas presupuestarios y eso complica el negocio.
Agrega que Morpho tiene la suerte de ser parte de un grupo como Safran, que tiene 70 mil empleados e ingresos anuales de US$ 20 mil millones, y eso le da fortaleza.
Afirma que en la región el negocio va bien, aunque en Argentina y Venezuela pasan por momentos difíciles y no hay negocios nuevos.
