Las dos industrias se ven amenazadas por las propuestas del nuevo gobierno y han decidido tomar la iniciativa. Luego de la salida de Colmena y Masvida, el gremio anunció que permitirá la migración de afiliados con preexistencias.
“¿Es una coincidencia?”, así fue consultado el presidente de la Asociación de Isapres, Hernán Doren, en la conferencia de prensa que dio ayer para anunciar el fin de las preexistencias como causa para impedir el cambio de Isapre por parte de un afiliado.
La consulta apuntaba al hecho de que la medida, inédita en el sector, había sido planteada por Colmena y Masvida, las dos Isapres que en los últimos seis meses dejaron el gremio, al ver que no se avanzaba en dichas iniciativas.
“Pongámoslo así”, respondió el líder del gremio, evitando atacar a sus ex socios que advirtieron que Banmédica y Consalud son las dos Isapres que impiden que se hagan cambios y son las que dirigen el gremio.
Pero Doren sí se encargó de enviar mensajes. En su alocución advirtió de entrada que esta medida, que podría beneficiar a un 60% de los afiliados con preexistencias, “es un trabajo hecho por estas Isapres” y luego la calificó como un “mentiz” (desmentido) respecto de las críticas hechas por Masvida y Colmena.
También reconoció que la demora de años que fue superada en cosa de meses, se pudo deber a que ahora sólo tuvieron que decidir tres grupos: Banmédica (incluyendo Vida Tres, ambas de Penta), Cruz Blanca (Bupa Sanitas) y Consalud (Cámara Chilena de la Construcción). “A lo mejor al ser menos pudo salir (aprobarse)”, deslizó.
En efecto, Colmena le señaló en su carta de despedida al gremio, el 28 de noviembre de 2013, que los dos temas eran los que hubieran querido avanzar y respecto de los cuales no vieron apoyo de sus entonces socios. “(…) Deseamos que se avance en la eliminación de las preexistencias como limitación para migrar de una institución a otra, asegurando por supuesto un mecanismo de compensación entre la Isapre que deja el afiliado y hacia la que lo recibe, de manera que los cotizantes gocen de libertad de elección y que los efectos económicos de dicha movilidad sean compensados con justicia entre las partes”, decía la carta.
Según Doren, el fin de las preexistencias como causal de cautividad, es un trabajo que lleva años analizándose en la industria, pero que posee una alta complejidad técnica, dado el efecto que puede tener para las empresas involucradas.
De hecho, fuentes de la asociación advierten que el fondo de compensación que se creará y que manejarán las Isapres involucradas, deberá tener un diseño “flexible”, que permita ajustarlo en caso de que se produzcan desequilibrios. Esto, porque si ocurriera que un número grande de afiliados comienza a fluir desde las distintas prestadoras de salud a una en particular, porque siente que tiene mejores planes que el resto, esto puede traer dificultades financieras.
Eso sí, Doren advirtió que el sistema tendrá un efecto neutro entre las Isapres, por lo que ninguna debería tener impactos en sus resultados.
La fórmula opera así: una persona decide cambiarse de Isapre, pero tiene una enfermedad preexistente. Si cumple diversos requisitos –entre ellos, no haber estado hospitalizado por dicha enfermedad en los últimos tres años ni estar en tratamiento por dicha afección– migrará sin que la Isapre se lo pueda impedir y la receptora deberá recibirlo obligatoriamente. Al mes siguiente de la llegada del nuevo afiliado, la isapre que lo acoge recibirá un pago por el costo que potencialmente su enfermedad implicará.
Doren dijo que es un acuerdo de buena fe, que ninguna Isapre quiere perjudicar a la otra, pero lo cierto es que puede haber diferencias. Para ello, indican fuentes del sector, el fondo de compensación incluye cláusulas de arbitraje y la vía para zanjar una diferencia sería la medicación del Centro de Arbitrajes de la Cámara de Comercio de Santiago.
La decisión del gremio ocurre a menos de dos meses de que otra industria cuestionada, la de las AFP, comenzara a tomar la iniciativa y ofrecer alternativas de reforma. La diferencia es que las propuestas no vinieron del gremio, sino que en forma separada por Habitat y Cuprum.
Las Isapres enfrentan un momento complejo. Aunque sólo atienden al 15% de la población chilena (el de más altos ingresos, pues el resto está en Fonasa) su impacto mediático es profundo y sus ganancias, si bien pequeñas al lado de negocios como el de la banca y cercanas a un tercio de las AFP, son objeto de duros ataques en el nuevo escenario político y social del país, dada la relevancia de la salud para la población.
Recientemente, el gobierno de Bachelet anunció la creación de una comisión que analizará cambios al sector y se especula que la industria podría variar drásticamente.
Algunos incluso creen que podrían dejar de existir como lo son actualmente y eventualmente pasar a ser meras aseguradoras.
Por eso, el anuncio fue sorpresivo. Aun más, porque Colmena y Masvida dejaron el gremio reclamando la inmovilidad en que estaba por culpa de Consalud y Banmédica.
Doren explicó ayer que la medida anunciada está pensada principalmente en beneficiar a sus afiliados y apenas se refirió a lo que esperan de la comisión creada, donde –además de ejecutivos de Consalud y Banmédica– fue nombrado el representante de Colmena, Gonzalo de la Carrera. Aunque envió un mensaje.
“Lo que esperamos está en que, y como se lo dije personalmente a la Presidenta Bachelet, entre todos seamos capaces de mejorar el sistema y no destruirlo”, dijo, añadiendo que “habría que saber lo que propone el gobierno” para evaluar si se podría destruir el sector con los eventuales anuncios que haga la administración de Bachelet.
Doren dijo que esperan que las isapres que no participan en el gremio se sumen a la iniciativa, aunque por ahora ninguno de los grupos se ha comunicado. Si no se unen, el beneficio será sólo para los afiliados a las isapres del gremio. Pero Colmena ya anunció que apoya la medida.
La asociación envió su propuesta hace quince días a la Superintendencia del ramo, la cual ha hecho numerosas consultas. Doren cree que podría requerirse una circular para poner en marcha la medida.
Y aunque dijo no tener detalles de las proyecciones que tienen de potenciales flujos entre una isapre y otra, indicó que, si la Superintendencia da el vamos, mañana “partimos pasado”.
