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La ofensiva seductora de Obama apunta a Venezuela después de Irán y Cuba

La ofensiva seductora de Obama apunta a Venezuela después de Irán y Cuba

El acercamiento pone a prueba nuevamente la promesa del discurso de asunción de Obama en 2009 de “extender una mano” a los regímenes represivos y corruptos si estos están “dispuestos a abrir” el puño. La caída del precio del petróleo, el desplome de las reservas de divisas, una tasa de inflación de 68,5 por ciento y tensiones políticas crecientes son flagelos que castigan a Venezuela.


La ofensiva de seducción de estados poco amistosos encarada por el gobierno de Obama ha recorrido Myanmar, Irán y Cuba. Próxima parada: Venezuela.

Apenas meses después que el gobierno declaró que Venezuela era una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos, está trabajando para mejorar las relaciones, impulsado por la preocupación de que la agitación que reina allí desestabilice a la región.

Funcionarios del Departamento de Estado se reúnen discretamente desde abril con pares del gobierno de izquierda del presidente Nicolás Maduro para establecer lo que el secretario de Estado John Kerry ha denominado “una relación normal”.

El acercamiento pone a prueba nuevamente la promesa del discurso de asunción de Obama en 2009 de “extender una mano” a los regímenes represivos y corruptos si estos están “dispuestos a abrir” el puño.

La caída del precio del petróleo, el desplome de las reservas de divisas, una tasa de inflación de 68,5 por ciento y tensiones políticas crecientes son flagelos que castigan a Venezuela. Hay suficientes cosas en juego como para que ni siquiera una investigación del Departamento de Justicia sobre presuntos vínculos del principal funcionario venezolano que participa en las conversaciones con el tráfico de drogas haya podido hacer fracasar los contactos diplomáticos.

“Estados Unidos tiene aquí un objetivo más amplio, más allá de lo que piense del gobierno venezolano”, dijo Christopher Sabatini, profesor de estudios latinoamericanos de la Universidad de Columbia en Nueva York. “El objetivo es impedir un agujero negro que se trague a otras economías latinoamericanas”.

Alguien que critica con frecuencia la política exterior del gobierno tiene elogios cautelosos para la iniciativa. “Me alegro mucho de que el gobierno esté tratando de tomar contacto con ellos” en materia de represión política y la celebración de elecciones libres en diciembre, dijo el senador republicano por Tennessee Bob Corker, que preside la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.

Colas para el papel higiénico

Corker viajó a Caracas el mes pasado y regresó consternado de ver a los venezolanos haciendo colas frente a los comercios desde las primeras horas de la mañana con la esperanza de encontrar papel higiénico.

“Creo que nunca estuve en un lugar que tuviera más potencial y lo arruinara por completo”, declaró Corker en una entrevista. “Es muy triste”.

Además de una hiperinflación que agobia a la gente común y debilita el poder adquisitivo del gobierno, las reservas de divisas del país cayeron al nivel más bajo en doce años de US$15.370 millones el 27 de julio, de acuerdo con los datos que reunió Bloomberg. La canasta del país de crudo y productos de petróleo, una importante fuente de ingresos nacionales, se redujo 4,2 por ciento la semana pasada a US$45,87 por barril, según el sitio web del Ministerio de Petróleo. Hace un año, el barril de petróleo le aportaba a Venezuela unos US$96.

‘Miedo al contagio’

Venezuela y su compañía petrolera estatal tienen unos US$5.000 millones en pagos de bonos que vencen en los últimos tres meses del año y alrededor de US$10.000 millones en 2016, de acuerdo con los cálculos de Bank of America Corp.

El profesor de Harvard Ricardo Hausmann sostiene que Venezuela no tendrá otra opción que suspender el pago de su deuda el año que viene ante la escasez de productos básicos como medicamentos y leche.

“Uno de los temores es el contagio”, señaló Carl Meacham, director del programa de América del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington. Venezuela, que tiene las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo, ha ejercido su influencia en la región ofreciendo a sus vecinos energía y subsidios baratos.

Ahora que el país se está convirtiendo “cada vez más en un centro de carteles internacionales de la droga”, Meacham considera que el esfuerzo estadounidense apunta a impedir que se transforme en un narcoestado quebrado. “El derrame no sólo afectará a la gente de Venezuela sino que también tiene el potencial para afectar a países de toda la región”, explicó.

Socio comercial

También hay consideraciones estratégicas. Estados Unidos es el principal socio comercial de Venezuela. El país actualmente tiene voto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por ser uno de los diez miembros no permanentes y se ha aliado con Cuba y otras naciones hostiles a los Estados Unidos. Envía petróleo al régimen sirio pese a las sanciones de 2012 y el año pasado aceptó permitir que Rusia instalara bases navales y militares en sus fronteras.

Estados Unidos “quiere que Venezuela flexibilice sus posiciones internacionales respecto de países como Irán, Rusia, Siria y Grecia”, señaló Carlos Romero, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Central de Venezuela.

También existe el temor de que las tensiones con Venezuela atenten contra los esfuerzos de mejorar las relaciones con otros países latinoamericanos. Kerry dijo el 20 de julio que él y el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba hablaron sobre la relación entre Estados Unidos y Venezuela y de “nuestras esperanzas de poder encontrar una mejor forma de avanzar porque toda la región se vería beneficiada”.

‘Caída en la anarquía’

Hasta ahora, las conversaciones se han centrado en cuestiones regionales como el proceso de paz en la vecina Colombia y las elecciones de Haití, y en cuestiones internas como el encarcelamiento de dirigentes opositores y la necesidad de celebrar elecciones creíbles en diciembre con veedores internacionales, según un funcionario del Departamento de Estado que habló a condición de que se mantuviera su nombre en reserva.

Entre los objetivos inmediatos, se cuentan encontrar “una salida para la crisis política de Venezuela” y evitar su “caída en la anarquía”, dijo Sabatini de la Universidad de Columbia.

Meacham, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, está entre quienes cuestionan la eficacia de las conversaciones.

“¿Es el enfoque indicado? Hasta ahora, diría que no”, expresó. “No hemos visto progresos con los presos políticos, no los hemos visto comprometerse con los veedores internacionales”.

Sin embargo, Meacham sostuvo: “Abrir los canales de comunicación permitirá conseguir algo. Si las cosas salen mal, ayudará a Estados Unidos a “predecir y evaluar el alcance del daño que sufrirá la región”.

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