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La economía internacional y Chile: un mediano plazo difícil Columna de opinión

La economía internacional y Chile: un mediano plazo difícil

«En la actualidad la economía chilena está estancada y, probablemente, en recesión. Para el año 2015 el Banco Central estima un crecimiento máximo de 2.5%, y las estimaciones privadas solo alcanzan a 2%».


El recientemente difundido Panorama Económico Mundial del FMI pronostica una actividad global moderada y frágil para el 2015, y para el mediano plazo. El crecimiento del PIB mundial estimado para este año fue rebajado, una vez más, a 3.1%. Esta cifra es menor al crecimiento de 3.4% del año pasado y, además, se estima que para el corto plazo todavía el balance de riesgos está inclinado a la baja.

Para el mediano plazo, el informe destaca múltiples factores que podrían determinar una actividad mundial lenta.

Aunque favorece al crecimiento el menor precio del petróleo, las economías avanzadas enfrentan una baja expansión de su productividad, muchas mantienen niveles altos de endeudamiento, debilidades en sus sistemas financieros, alto desempleo, bajas tasas de inversión y un lento crecimiento de su fuerza laboral por envejecimiento. Las economías emergentes, en general, están enfrentando los problemas de las caídas del precio y menor demanda de materias primas, un menor flujo de capitales externos, y muchas de ellas tienen empresas con alta deuda.

La mayor economía del mundo, China, está en un proceso de ajuste estructural de sus fuentes de crecimiento (menos exportaciones y más consumo), que está determinando menores tasas de crecimiento de su PIB y del de los países exportadores de materias primas.

Chile tuvo un progreso impresionante en materias económicas y sociales en los últimos 35 años. En 1980 el PIB per cápita chileno era el sexto de América Latina y el 2014, cuando superó los 23 mil dólares, fue el mayor de la región. Entre 1980 y el 2014 el producto per cápita de América latina y el Caribe, en relación con el de Estados Unidos, cayó en 21.5%, mientras que el producto per cápita relativo nacional aumentó 54.6%.

Más aun, el índice de desarrollo humano de Chile, que considera la esperanza de vida, los años de escolaridad promedio de la población, las expectativas de años de educación, además del ingreso per cápita fue, el 2013, el mejor de América Latina, y alcanzó al 87% del mejor índice global (Noruega). En las últimas tres y media décadas ninguna economía de América Latina y el Caribe tuvo un desempeño mejor, y esto fue posible porque las políticas económicas y sociales estaban enfocadas simultáneamente –cabe destacar– a fomentar el progreso social y el crecimiento económico.

En la actualidad la economía chilena está estancada y, probablemente, en recesión. Para el año 2015 el Banco Central estima un crecimiento máximo de 2.5%, y las estimaciones privadas solo alcanzan a 2%. En la coyuntura existe una política fiscal expansiva, un mayor tipo de cambio real y una política monetaria orientada a reducir las presiones inflacionarias.

Pero ¿cómo enfrentar esta perspectiva de crecimiento moderado de la economía mundial en el futuro cercano? El FMI sugiere, en general, reformas estructurales para mejorar la capacidad de ajuste y el crecimiento, y medidas para resguardar la estabilidad financiera. Siempre son importantes las reformas que faciliten la participación laboral, que hagan más flexible el mercado del trabajo, que generen mayor competencia, mayor productividad y que aseguren la solvencia y liquidez de los mercados financieros.

En Chile, la reforma recientemente aprobada, y las actualmente en desarrollo, no han tenido aquella orientación. Lo necesario son propuestas que aumenten el producto potencial, que mejoren la flexibilidad de la economía, y políticas sociales eficientes.

Guillermo Gutiérrez V.
Economista, Profesor, Universidad Gabriela Mistral

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