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Las señales que el consejero del Banco Central, Mario Marcel, dio ayer al mercado

Las señales que el consejero del Banco Central, Mario Marcel, dio ayer al mercado

Fue a través de cuatro entrevistas publicadas al mismo tiempo. En ellas el nuevo integrante del máximo órgano del instituto emisor dijo que los diversos actores eran corresponsables de liderar los procesos y no podían esperar que otros lo hicieran por ellos. Reconoció que había una tensión entre crecimiento e inflación.


El nuevo consejero del Banco Central, Mario Marcel, fue titular de portada en cuatro diarios impresos de la capital. Después de tres meses de haber asumido, decidió dar entrevistas por separado con el compromiso de que aparecieran todas hoy, jueves.

Si bien dijo que se ponía el sayo de consejero del Banco Central, no pudo evitar opinar de políticas públicas y de manejo fiscal. Mal que mal es el ideólogo de la regla fiscal. Y más allá de sus estimaciones macroeconómicas, sus opiniones sobre el tipo de liderazgo que se necesita en Chile fue uno de los temas que llama la atención que haya tocado:

“Hay un tema de corresponsabilidad que es importante. Uno no puede estar esperando siempre a que sea el Presidente o la Presidenta el que te va a convocar para esto o lo otro o te va a dar la respuesta. En Chile es necesario que haya más actores que tomen la iniciativa y asuman sus responsabilidades”, publica DF.

Y este punto se complementa con lo que expresa a Pulso: “Acá en Chile hay un mensaje importante que dar: ‘Mire, si a usted no le está yendo tan mal, no es que sea una excepción, es que la economía no está en crisis, sino que sigue creciendo y existen oportunidades de inversión’. Hay sectores cuyos niveles de deuda no son extremadamente altos, el crédito está barato, por lo tanto posibilidades de mejora de la demanda interna privada existen”.

Crecimiento potencial, un frenazo

A DF le hace ver su preocupación por la fuerte disminución del potencial de crecimiento. “A mediados de la primera década del 2000 estábamos todavía con un potencial del 5%. O sea, hemos perdido en la práctica dos puntos porcentuales de crecimiento en 10 años. Eso es mucho, es un frenazo muy grande en términos de crecimiento potencial. Es esperable que los países a medida que se desarrollan tengan un potencial de crecimiento menor, pero que se reduzca tanto en esta etapa de desarrollo y a esta velocidad es algo más bien inusual. Y es algo que tenemos que ver cómo revertir”.

En las cuatro entrevistas, Marcel es explícito en señalar que niveles del dólar en torno a $720 o 730 no obedecen a factores especulativos, sino que “lo que ha pasado con el dólar tiene que ver con esos fundamentales, con la apreciación del dólar en los mercados internacionales, con la caída del cobre. Claramente no están dados los argumentos para que exista una intervención cambiaria”, argumenta a DF.

Crecimiento vs. Inflación

El consejero no elude la tensión que existe entre crecimiento e inflación en el actual contexto económico donde se crece en torno a 2% y la inflación flirtea con el 4% anual. “Hemos sufrido presiones inflacionarias que provienen fundamentalmente del lado de la oferta –le contesta a DF–. Entonces, hemos estado en una tensión que no es fácil de resolver entre reducir la inflación y crecimiento. Al Banco Central le corresponde más bien lo primero como objetivo, pero al mismo tiempo en la medida que las presiones inflacionarias han venido del lado de la oferta, también tenemos que estar conscientes que tratar de ajustar la inflación sólo vía tasas de interés podría ser demasiado costoso para el país en su conjunto”.

En La Tercera señala que hay elementos que juegan a favor de un ablandamiento de la inflación, cuando dice: “En el último mes se han agregado otros factores que reducen las presiones sobre la inflación, como una menor actividad, que implica menores presiones de demanda y un precio del petróleo que implica menores presiones de costos. Por supuesto está el factor tipo de cambio, pero diría que en la medida que se tiendan a consolidar estas señales, nos vamos a ir alineando con las actuales expectativas de mercado”.

A Pulso le reconoce que “si estamos pensando en el rango de crecimiento 2016 que dio el BC, entre 2% y 3%, claramente nos estamos acercando más al 2%”. Idea que de una u otra forma les reitera a los otros tres medios.
Respecto a un posible repunte de la inversión es evidente que no pone muchas fichas allí. “El último trimestre de 2015 hubo una leve mejoría en áreas distintas de la minería como el transporte, pero no tenemos claro si continuará hacia adelante. Lo que sí es cierto es que la caída de la inversión que vimos por varios semestres tenderá a estabilizarse y ojalá empecemos a ver una recuperación”, le contesta a Pulso.

Cobre y presupuesto

Desde la perspectiva de Marcel, niveles de US$ 4 la libra para el cobre no se volverán a dar y lo más probable es que la demanda no mejorará significativamente en los próximos años. “Vamos a tener un período no menor de precio del cobre deprimido”, que actualmente está en torno a US$ 2 la libra.

Desde esta perspectiva, le hace notar a La Tercera que “a mí me tocó armar presupuestos con un cobre en US$ 0,70 la libra en 2002. Por esa razón sé que este tema conviene mirarlo con una perspectiva de mediano plazo, es decir, si se trata de una situación puntual o que va a persistir en el tiempo. Si va a pasar esto último, mejor identificarlo de inmediato e irse ajustando gradualmente en lugar de tener que hacerlo de manera brusca en el futuro, presionado por alguna otra circunstancia. En ese contexto entiendo la convocatoria que se ha hecho al comité de expertos de precio del cobre, para tener una visión más actualizada del precio de largo plazo, de manera de ir trazando un camino a la política fiscal que asegure que no haya que hacer ajustes de golpe”.

Al tiempo que rescata como positivo que el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, se haya comprometido con una reducción anual de 0,25 puntos porcentuales del déficit fiscal. “Trazó una trayectoria que se puede monitorear año a año… En la modalidad anterior, en que solo se fijaba una meta pare el último año del período, había que hacer un cierto acto de fe de suponer que eso iba a ocurrir”.

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